Desde el domingo 7 de julio, Colombia dio un paso significativo hacia la sostenibilidad con la entrada en vigor de la prohibición de plásticos de un solo uso a nivel nacional. Esta medida, que forma parte de la Ley 2232 de 2022, busca reducir la contaminación ambiental mediante la implementación gradual de restricciones hasta el 2030, afectando un total de 21 productos.
La ley no pasó desapercibida y generó debate desde mucho antes de ser sancionada dos años antes de la implementación. Mientras que grupos ambientalistas recibieron la medida con entusiasmo, gremios y pequeños empresarios, cuya actividad económica depende en gran medida de estos productos, expresaron su preocupación y escepticismo.
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El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible resaltó que esta normativa es crucial para las iniciativas de sostenibilidad que se están llevando a cabo en el país. Según explicó la ministra Susana Muhamad, “con esta ley aspiramos a que, para el 2030, todos los plásticos producidos en Colombia sean reutilizables o reciclables. Invito a todos a considerar alternativas al plástico de un solo uso provenientes de la economía circular o a dejar de usar esos artículos que hoy parecen indispensables”.
El comité ambiental destacó que entre los productos prohibidos se incluyen bolsas plásticas, utensilios desechables y envases para alimentos, cuya eliminación progresiva contribuirá considerablemente a la reducción de residuos plásticos. La norma establece sanciones severas para las empresas que incumplan, con multas que van desde 100 hasta 50.000 salarios mínimos mensuales legales vigentes, además del decomiso de productos plásticos y la posibilidad de clausura temporal o definitiva de sus establecimientos.
“Esperamos que esta transición al modelo de economía circular se visibilice de manera contundente en la COP16, ya que es parte de la convención de biodiversidad para abordar la crisis de contaminación por microplásticos y el tratado global sobre plásticos de un solo uso, que está en negociación para eliminar los plásticos no esenciales”, añadió la ministra Muhamad, en La FM.
Las excepciones a la regla
La normativa incluye excepciones específicas para ciertos tipos de bolsas de plástico, permitiendo su uso sin sanciones bajo determinadas condiciones.
- Bolsas reutilizables o de uso industrial: estas bolsas se producen utilizando polímeros más duraderos como el polietileno de alta densidad (Hdpe) o el polipropileno (PP). Están diseñadas para soportar múltiples usos y cargas pesadas, gracias a su mayor grosor y resistencia en comparación con las bolsas de un solo uso. Se promueve el uso de estas bolsas debido a su durabilidad y capacidad para ser reutilizadas en múltiples ocasiones, lo cual disminuye notablemente la cantidad de bolsas desechadas y reduce el impacto ambiental.
- Bolsas para fines médicos por razones de asepsia e higiene: estas bolsas se fabrican en ambientes controlados para evitar contaminaciones, utilizando materiales como el polietileno de baja densidad (LDPE) o el polipropileno. La exención de estas bolsas se justifica por la necesidad de mantener altos estándares de higiene y prevenir infecciones en entornos médicos, donde las alternativas al plástico todavía no son viables.
- Bolsas para contener productos químicos peligrosos: estas bolsas se producen utilizando plásticos que resisten diversas sustancias químicas, como el polietileno de alta densidad (Hdpe) o el polietileno de baja densidad lineal (LLDPE). Estas bolsas actúan como una barrera segura para el manejo y transporte de productos químicos peligrosos, protegiendo tanto a las personas como al medio ambiente de posibles contaminaciones.
- Bolsas fabricadas con 100% de materia prima plástica reciclada: Estas bolsas se producen utilizando resinas recicladas obtenidas de procesos posconsumo o posindustrial. Estas bolsas fomentan la economía circular al reintroducir materiales plásticos en el ciclo productivo, contribuyendo a la reducción de residuos y a la disminución del impacto ambiental.