Un gato con dos caras fue adoptado por una familia en Santa Marta: sobrevive gracias a una madre de adopción

Entre científicos suele decirse que la probabilidad de que nazca un animal con dos cabezas es 100.000 en una, como ocurre, por ejemplo, con las serpientes; sin embargo, cada vez son más los casos de esta condición conocida como diprosopia que se registran, en parte, gracias al Internet.

Este es el caso de la familia Bonilla y de su gato con dos rostros a quien presentaron en la plataforma de entretenimiento china TikTok: “Quiero mostrarles algo sorpréndete, el nacimiento de un gato con dos cabezas. Normalmente se conocen como gatos janus y, la verdad, yo creo que solo Dios sabe por qué se da está condición biológica, genética de estos gatitos”.

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El felino, cuya condición fue bautizada en honor a la diosa romana Jano (que tiene dos rostros), fue abandonado junto con tres de sus hermanos en plena vía pública del municipio de Ciénaga, aunque, por fortuna, fue encontrado por una familia amorosa que los acogió.

“Ahorita ellos están con una madre adoptiva, una madre nodriza, que los acogió y esperamos que salgan adelante para hacerles sus chequeos veterinarios y determinar hasta qué punto pueden salir adelante, pero, igualmente, tenemos todas las esperanzas”, expresó la familia.

Desde entonces, el inusual gato ya tuvo su primera visita al veterinario y, aunque su pronóstico no es favorable debido a que en estos casos suelen presentarse anomalías varias en el organismo, los Bonilla se muestran esperanzados con casos como el de Louie y Frank, un gato janus que sobrevivió hasta los 15 años, en el 2014.

“El pronóstico en este caso, tiende a ser de reservado a malo. Normalmente, tienden a durar (con vida) solos unos días, pero vamos a hacer todo lo posible para sacarlo delante. En este caso, este es un chico, un niño, y logramos conseguirle una gatita lactante, porque fue abandonado junto con tres hermanitos, solitos, en Ciénaga, según los reportes”, reportó su veterinaria de cabecera.

Las malformaciones que resultan en ejemplares de dos cabezas no son exclusivas del reino animal ni representan una ventaja evolutiva. “Estamos hablando de malformaciones que tienen su origen intraútero, con una base genética o adquirida, por ejemplo, debido a infecciones o sustancias tóxicas”, explicó Alejandro Andersson, director del Instituto de Neurología de Buenos Aires (INBA), en una reciente entrevista.

Generalmente, en estos casos, uno de los cerebros tiende a dominar las funciones del cuerpo. “Ocurren diversos tipos de alteraciones; algunas cabezas no controlan nada, mientras que otras sí lo hacen. Es fundamental analizar caso por caso”, comentó Andersson. Los animales con esta condición suelen presentar malformaciones significativas, una esperanza de vida reducida y múltiples alteraciones, incluidas dificultades de movilidad.

La conducta habitual en estos ejemplares suele estar gestionada por un solo cerebro. “El otro cerebro puede no manejar nada o controlar sólo una parte limitada del cuerpo”, detalló el neurólogo. Además, explicó que no necesariamente deben estar involucrados en movimientos, ya que algunas funciones pueden estar vinculadas al aparato digestivo. En términos de necesidad de alimentación, Andersson indicó que normalmente la parte dominante del cerebro es la que regula esta sensación.

El cerebro humano tiene diversas áreas encargadas de distintas funciones, como el sistema simpático y parasimpático, que controlan la presión arterial, la temperatura y el aparato digestivo. En términos psíquicos y cognitivos, “todo depende de la malformación”, puntualizó.

Estos ejemplares pueden compararse con los casos de gemelos siameses, donde cada individuo tiene independencia mental pero comparte partes del cuerpo. “Los siameses pueden compartir tórax o aparato cardiovascular, pero cada uno tiene un pensamiento independiente”, aclaró Andersson. En los gemelos siameses, cada cerebro puede controlar un brazo diferente y cada gemelo siente hambre de manera separada, aunque esto puede variar según el caso particular.

Un ejemplo trágico del impacto de estas malformaciones es el caso de un potrillo que falleció pocos minutos después de nacer. “El problema con estos ejemplares es que a veces tienen tantos déficits que ninguno de los dos cerebros puede gestionar las funciones del cuerpo”, añadió el especialista. Estos casos ponen de relieve la complejidad de las malformaciones intrauterinas y la diversidad de sus manifestaciones en diferentes especies.

Las malformaciones intrauterinas pueden ser genéticas o adquiridas y ocurren debido a errores en la división celular que darían lugar a gemelos. En humanos, los siameses son la manifestación más común de este problema. “Cada historia es diferente y debe ser evaluada de manera particular”, enfatizó Andersson, subrayando la importancia de un estudio caso por caso en estos fenómenos patológicos.