Esta es la cascada casi desconocida en Cundinamarca llena de historias de hechizos y poderes curativos

El salto de agua está a pocos kilómetros del municipio de Vianí, pero es tan poco conocida que no se encuentra ni en Google Maps

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La cascada tiene pocos metros de altura, y es un atractivo turístico local del que se conocen leyendas - crédito captura de pantalla de VamosPues/YouTube y Google Maps
La cascada tiene pocos metros de altura, y es un atractivo turístico local del que se conocen leyendas - crédito captura de pantalla de VamosPues/YouTube y Google Maps

En Cundinamarca hay numerosas cascadas que capturan la atención de los turistas capitalinos, como el Salto del Tequendama. Pero también están aquellas ubicadas en climas cálidos que invitan a bañarse y a disfrutar de los tradicionales paseos de olla.

Sin embargo, una en particular destaca por su misticismo y belleza única, ya que no es tan conocida. De hecho, es muy difícil que esté registrada en buscadores geográficos como Google Maps: la cascada el Salto de la Bruja, o la cascada de la Bruja, ubicada en el municipio de Viani.

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Esta caída de agua, aunque poco conocida, ofrece a los visitantes no solo un espectáculo natural deslumbrante, sino también una rica carga de leyendas.

Un artículo publicado por el medio periodístico Las2Orillas, incluyó que en época precolombina, el territorio donde hoy se encuentra Viani, hogar de los bituimas, de la nación indígena panche, fue tierra de un cacique cuyo nombre significaba “Cumbre de Oro”. No obstante, esta versión histórica no cuenta con confirmación oficial.

Esta es la cascada el Salto de la Bruja, en Vianí - crédito Vamos Pues /YouTube

La leyenda que rodea a la cascada el salto de la bruja también sería fascinante. Se cuenta que una bruja bondadosa bendijo las aguas con su poder curativo y que, bajo la luz de la luna, otras brujas se reúnen en este lugar. Por eso, para los locales, este lugar turístico tiene un aire de misterio y encantamiento a la experiencia de visitar esta joya natural.

Cómo llegar al lugar

Para llegar a la cascada, el recorrido comienza en la vía a la vereda Manillas desde Vianí, accesible en carro por una vía destapada. Desde allí, es necesario emprender una caminata de aproximadamente una hora y media río arriba, donde algunos tramos requieren nadar y otros escalar. Aunque el camino presenta ciertos desafíos, la recompensa es disfrutar de los pozos cristalinos que forma la cascada al final del trayecto.

Vianí, Cundinamarca - crédito Google Maps
Vianí, Cundinamarca - crédito Google Maps

Así lo demostró el viajero del canal de YouTube Vamos Pues, a través de un video. Allí describió que el viaje desde Bogotá hasta Viani comprende una distancia de 89,6 km, con un recorrido estimado de 2 horas y 15 minutos en carro. Durante este trayecto, se encuentran dos peajes: Siberia y Guayabal.

Según la Gobernación de Cundinamarca, la ruta es “Viani-la Virgen Chircal-Chucuma Finca Rene Almanza”. Pero además recomienda “ir siempre en grupo, ya que la zona es boscosa, ir con ropa cómoda, botas de seguridad. No es recomendable llevar niños ya que en la zona se pueden encontrar con animales de alta peligrosidad”.

Así, quienes se animen a explorar esta cascada encontrarán no solo un destino natural exuberante, sino también la oportunidad de conectarse con la rica historia y mitología de la región. La promesa de aguas benditas y el misticismo de las leyendas locales hacen de la cascada el salto de la bruja en Viani un objetivo atractivo para el turismo del departamento.

La leyenda del Salto de Tequendama

El Salto del Tequendama, ubicado a 30 kilómetros al suroeste de Bogotá, es conocido tanto por su impresionante cascada como por la casa histórica que se erige frente a ella. Aunque en tiempos recientes ha sido asociado con sucesos trágicos, este sitio tiene una rica historia que se remonta a la época precolombina.

La casa construida al lado del Salto de Tequendama ya está siendo restaurada - crédito Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca
La casa construida al lado del Salto de Tequendama ya está siendo restaurada - crédito Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca

Según la leyenda muisca, el dios Bochica creó esta cascada con su bastón, para desinundar la sabana tras un gran diluvio. Este mito ha dado un aura mística al Salto del Tequendama, que además ha sido escenario de varias leyendas urbanas, como estudió en un artículo la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.

En 1923, se construyó una casa al estilo Museo Nacional de Río de Janeiro cerca de la cascada, que fue inaugurada en 1927 por una firma alemana. Originalmente sirvió como estación del ferrocarril del sur y luego se convirtió en un hotel aristocrático. Durante sus años de funcionamiento hasta mediados de los años 50, albergó a personalidades de la élite bogotana y de otras partes del país. Con el tiempo y bajo varios propietarios, la edificación cayó en deterioro, exacerbado por la contaminación del río aledaño.

El estado ruinoso del edificio continuó hasta recientes esfuerzos de renovación dirigidos por la Fundación Granja Ecológica El Porvenir, que transformaron la deteriorada estructura en un museo. Este nuevo Museo del Salto del Tequendama busca conservar la fauna y la flora del área, además de revivir la historia del lugar.

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