Un reciente informe del Banco de Bogotá generó preocupación en torno al déficit fiscal del Gobierno Nacional Central. Entre enero y abril de 2024, el déficit alcanzó el 2,4% del Producto Interno Bruto (PIB), el peor margen registrado desde 2006.
El análisis del área de Investigaciones Económicas del banco, que lidera Camilo Pérez Álvarez, resaltó la urgencia de que el Estado enfoque sus esfuerzos en cumplir con la meta de recaudo tributario y supervise de cerca la ejecución presupuestal para contrarrestar la situación.
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Según el análisis, para respetar la regla fiscal (norma que establece que el límite de deuda es igual a 71% del Producto Interno Bruto -PIB- y el ancla de deuda es igual a 55% del PIB), el Gobierno necesita recortar $50,8 billones. El informe destaca que “desde ahora, los reflectores pasarán de estar puestos únicamente en el cumplimiento de la meta de recaudo tributario y ahora los datos de ejecución presupuestal tendrán un mayor peso”.
Caída del recaudo tributario
La caída en el recaudo tributario dejó las finanzas públicas en una situación ajustada, por lo que está en riesgo el cumplimiento de la regla fiscal para 2025, según alertó un informe anterior del Banco de Bogotá. Este documento indicó que el desfase en la estimación de crecimiento del PIB real (3,0% vs. 2,6% del consenso) podría afectar negativamente la meta de recaudo tributario.
“Para 2025, teniendo en cuenta que el desfase persiste en la estimación de crecimiento del PIB real, la meta de recaudo tributario podría verse afectada también a la baja”, explicó el informe.
En cuanto a la ejecución presupuestal, los datos de junio ya evidenciaron un esfuerzo significativo por recortar el gasto, con un cierre por debajo del 50% de los recursos implementados. En mayo, la contracción ya era notable, cerrando en 31,6%. Este ajuste ha permitido un margen de error pequeño pero crucial para el Gobierno en su intento de sanear las finanzas.
“La publicación confirma que, desde ahora, los reflectores pasarán de estar puestos únicamente en el cumplimiento de la meta de recaudo tributario y ahora los datos de ejecución presupuestal tendrán un mayor peso”, declaró el equipo de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá.
El balance de la entidad concluye que la consolidación fiscal para 2025 demanda que el Estado priorice tanto el recaudo tributario como una estricta vigilancia en la utilización de los recursos públicos. Los déficits persistentes complican la situación, y el equipo de Investigaciones Económicas del banco ha insistido en la necesidad de ajustar las proyecciones económicas a las realidades actuales para evitar riesgos mayores en el futuro.
Meta de cumplimiento de la regla fiscal para 2023
Sobre las finanzas del Gobierno, el Comité Autónomo de Regla Fiscal (Carf) emitió el 9 de julio un pronunciamiento. Al respecto, aseguró que el Gobierno nacional cumplió con la meta definida por la regla fiscal para 2023.
“Produjo un Balance Primario Neto Estructural (BPNE) de -1,2% del PIB; 0,2% del PIB menos negativo que la meta de transición de -1,4% del PIB establecida por la Ley 2155 de 2021, para el año pasado”, precisó.
Además, que consistente con el BPNE, el Balance Total del Gobierno Nacional, de 4,3% del PIB, fue un punto porcentual menor que en 2022, con lo cual se completaron tres años consecutivos de reducciones del déficit fiscal. De igual forma, en 2023, el Balance Primario se redujo a -0,3% del PIB (desde -1.0% en 2022).
Según la entidad, estos resultados, y la apreciación nominal, permitieron que la deuda neta se situara en 53,8% del PIB, nivel que está por debajo del ancla determinada para esta variable en la Ley de la Regla Fiscal, de 55% del PIB.
También, el Carf indicó que “cerca del 40% de la deuda neta del GNC está denominada en dólares. La apreciación que se observó en 2023 contribuyó de forma importante (en cerca del 60%) a la reducción de la relación deuda neta a PIB”.