En los 80 y 90, Colombia tuvo un auge en el crecimiento del poder de los narcotraficantes y con ello una masificación de la violencia que se registraba, siendo Pablo Escobar la cabeza visible del cartel de Medellín, el enemigo público de las autoridades en la nación y también para Estados Unidos.
En esa época, en los barrios populares en Colombia, principalmente de Medellín, los jóvenes tenían la opción de unirse a una estructura criminal o aislarse en el arte o la música. Dilson Alberto Díaz Gómez tomó el segundo camino y, luego de llegar a Bogotá, se enfocó definitivamente en ello, siendo uno de los fundadores de la banda de hardcore punk y metal llamada La Pestilencia.
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A pesar de ello, Díaz aún recuerda algunos aspectos de su infancia en Medellín, principalmente porque terminó relacionándose en algunos momentos con jóvenes que años más tarde serían lugartenientes de Escobar; uno de ellos fue Pinina.
En diálogo con El Tiempo, Dilson Díaz recordó que, sin saberlo, estuvo jugando con uno de los responsables del asesinato del ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla.
“Llegábamos hasta el Jardín Botánico y hacíamos un giro donde teníamos una rampa de cemento pegada a la calle y saltábamos con el impulso que traíamos de tres cuadras. Esa rampa después se volvió el paso de los manes que empezaron a trabajar para Escobar; pasaban con sus motos por ahí y se volvió un circuito. Uno de esos manes era Byron de Jesús Velásquez. Fue de los primeros que empezaron a pasar por la rampa y era el que mejor lo hacía de todos. Era flaco, alto, blanco. Mientras los niños jugábamos al monopatín, los adolescentes de 17 y 18 lo hacían en moto. Era el show. Hacía piques con su Yamaha y le decían Quesito porque era muy blanco”.
Estando en Bogotá, Díaz vio en el noticiero que uno de los jóvenes que permanecía con algunos miembros de su grupo de infancia terminó siendo uno de los autores del crimen que desenmascaró a Pablo Escobar, quien hasta el momento era reconocido como un empresario.
“Hay una toma de él cuando lo cogen. Vi la cara y dije: ‘Ay, marica, ese es Quesito’. Lo vi por televisión y ya vivía en Bogotá. En ese momento me dije: ‘Estos manes ya estaban metidos en todo ese cuento’. Era la confirmación de que la moto y todo ese rollo eran para otra cosa”, recordó Díaz.
Díaz indicó que la referencia a la muerte de un ministro en la canción Fango no fue un homenaje al joven que conoció en Medellín, sino una rememoración de la vida de Lara Bonilla. “No por Quesito, sino por el ministro Lara Bonilla. Héctor Buitrago, que la compuso en 1989, y parte de ese tema es tomado de una canción de The 4 Skins”, declaró el fundador de La Pestilencia.
Por último, Díaz recordó que mientras él viajó a Bogotá y se dedicó a la música, uno de sus amigos más cercanos fue asesinado por involucrarse con los sicarios de Escobar, con los que tuvieron contactos por medio del deporte.
“La música me gustaba mucho, pero el deporte también. En esos barrios, el fútbol es el que manda. Tampoco era que yo fuera el más calidoso. Me gustaba, jugaba de defensa y tenía equipo, pero no era el mejor. El pelado Álex jugaba en un barrio que se llama Lovaina, un espacio de tolerancia en esa época. Se juntaban a jugar Calavera, la Yayita, Pinina, la Urraca y otros muchachos que no terminaron bien”, explicó.