A nivel general, los términos sismo, terremoto y temblor son considerados sinónimos por diversas autoridades y diccionarios. Según la Real Academia Española, terremoto se define como un movimiento brusco de la corteza terrestre, lo cual coincide con la definición de sismo. Sin embargo, existe una diferenciación en el uso coloquial de estos términos en diferentes regiones.
En Latinoamérica, donde los movimientos de las placas tectónicas son frecuentes, las palabras temblor y terremoto se utilizan a menudo para describir fenómenos de distinta magnitud. Generalmente, un temblor se asocia con un movimiento sísmico de menor intensidad y duración limitada a pocos segundos, mientras que un terremoto se refiere a un fenómeno más fuerte, con potencial destructivo significativo y una duración que puede extenderse a minutos. De otro lado, la palabra sismo se refiere a cualquier movimiento de la corteza terrestre, sin importar su intensidad o consecuencias.
El Instituto Geofísico del Perú reconoce estas diferencias y señala que en el uso cotidiano, un temblor es identificado como un sismo leve y menos dañino, mientras que un terremoto implica mayores daños a infraestructuras y posibles víctimas. Sin embargo, este mismo instituto coincide con la Real Academia Española en que, pese a estas distinciones coloquiales, los términos pueden ser considerados sinónimos y utilizados indistintamente en contextos profesionales y científicos.
Preparar a los niños para un temblor es esencial para garantizar su seguridad y tranquilidad durante estos eventos naturales. Es importante explicarles de manera simple y tranquila qué es un temblor, adaptando la información a su nivel de comprensión para evitar generar temor innecesario.
Enseñarles las acciones básicas durante un temblor puede marcar la diferencia. Los niños deben conocer qué hacer: agacharse, cubrirse debajo de un mueble resistente y agarrarse hasta que termine el movimiento. Esta información debe ser reforzada a través de prácticas periódicas en diferentes entornos, como en casa y en la escuela.
Mostrarles las salidas de emergencia en casa y en lugares frecuentados es fundamental. Los niños deben estar familiarizados con las rutas de evacuación y practicarlas regularmente. Estos simulacros ayudarán a que sepan cómo actuar sin entrar en pánico en caso de un sismo real.
Tener un kit de emergencia accesible y bien provisto también es crucial. Este debe incluir alimentos, agua, linterna, baterías y una lista de contactos de emergencia. Además, es vital que los niños sepan dónde se encuentra este kit y cómo utilizarlo en caso de necesidad.
El país ha vivido un año muy movido por cuenta del alto número de sismos que ha registrado el Servicio Geológico Colombiano en 2023. Y es que, en el transcurso del jueves 17 de agosto, varios temblores ocasionaron una serie complicaciones en la infraestructura de algunas edificaciones y a su vez costó la vida de una persona.
De acuerdo con el Servicio Geológico Colombiano (SGC), en el Litoral del San Juán (Docordó) - Chocó se presentó un movimiento telúrico de Magnitud 3.5.
“Evento Sísmico - Boletín Actualizado 1, 2024-07-09, 08:11 hora local Magnitud 3.5, Profundidad 65 km, El Litoral del San Juán (Docordó) - Chocó”, precisó el SGC.