Conozca el spa de sal subterráneo en Zipaquirá: ofrece masajes a 180 metros de profundidad

El lugar está a solo una hora de las afueras de Bogotá

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Este es el único spa
Este es el único spa de Colombia a 180 metros bajo tierra - crédito desalcolombia/Instagram

Hay personas que dicen que el que “peca y reza empata”, pero muy pocos se refieren a “quien reza y se relaja...”

En Zipaquirá, un conocido municipio ubicado a una hora de Bogotá, se encuentra una de las atracciones más singulares del país: la mina de sal de Zipaquirá. En este histórico lugar, los fieles y turistas curiosos acuden para explorar la famosa Catedral de Sal.

Pero no solo se trata del recinto religioso, sino de un exclusivo spa subterráneo que ofrece exfoliaciones, masajes y otros tratamientos con sal natural, y que se encuentra dentro de la mina, a casi doscientos metros de profundidad.

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Además de masajes, los usuarios pueden interactuar con la sustancia con sus manos y sus pies, ya que se puede caminar sobre la sal.

Desal es el nombre del spa subterráneo, ofrece una serie de tratamientos en un entorno en el que todas las paredes, pisos y techos son sal. Según la información disponible en su página web, el propósito de este espacio es lograr una “conexión de mente, cuerpo y espíritu en un escenario privilegiado”. Los principales servicios y tratamientos tienen en común el uso de minerales extraídos de la mina.

“Además del interés turístico por su particular arquitectura y ambiente religioso, encontrarás una nueva razón para visitar la Catedral de sal de Zipaquirá”, es lo que afirman en Desal, el spa construido bajo tierra, en la mina de sal.

Una influencer detalló la experiencia en el spa que está en la mina de sal de Zipaquirá - crédito unarolaviajera/TikTok

Lo que ofrece este spa

Una recomendadora turística, a través de TikTok, mostró una de visita al lugar que incluyó casis todas las experiencias que se pueden vivir en el sitio. Por ejemplo, uno de los paquetes ofrecidos por Desal tiene un costo de aproximadamente 166.000 pesos colombianos. Este incluye masajes enfocados en hombros, espalda y cuello, así como la entrada a la Catedral de Sal, una salida en tren y una bebida caliente.

En total, la experiencia dura cuarenta minutos, de los cuales veinte se destinan al masaje y el resto a actividades complementarias, como una sesión de aromaterapia y tiempo en el sendero de sal.

Así es el establecimiento de relajación - crédito desalcolombia/Instagram

Los gestores del spa, además, sugieren que “es recomendable llegar dos horas antes de la reserva para recorrer la catedral con tranquilidad”. A su vez, para aquellos que buscan una experiencia más completa, existe un plan de 266.000 pesos que también incluye la entrada a la catedral, la salida en tren y la bebida caliente, pero ofrece un masaje integral que abarca no solo hombros, espalda y cuello, sino también otras partes del cuerpo, y extiende la experiencia a una hora completa, con 40 minutos dedicados al masaje y el tiempo sobrante a otras actividades.

Ahora bien, hay otros planes de mayor precio, que superan los 400.000 pesos por persona que dura una hora y media, adicionales a la hora y media que dura el recorrido en la Catedral de Sal. Esta experiencia agrupa masajes, baños de aguas herbales en los pies, bebida y proción de fruta, limpiezas y aromaterapia.

Uno de los atractivos del espa es el sendero de sal - crédito desalcolombia/Instagram

“Las sales de la mina de sal de Zipaquirá, debido a sus componentes minerales, ayudan a liberar del cuerpo tensiones generales, contracturas musculares, agotamiento nervioso y alteraciones comúnmente causadas por el estrés. Actúan también como revitalizador, re-energizarte y regulador circulatorio, devolviendo al cuerpo su frescura y vitalidad natural”, indica la empresa de relajación en su página web.

Y agregaron que “la perfecta combinación entre un exótico ambiente, la aromaterapia, musicoterapia y masajistas expertos, te darán una experiencia inolvidable de descanso y relajación (...) en un espacio totalmente natural” .

La historia de la mina de sal se remonta a 1930, cuando los mineros construyeron una capilla improvisada en uno de los túneles. Este primer intento de capilla finalmente se cerró debido a que las filtraciones de sal pura agrietaron sus paredes, considerándose insegura. La actual versión de la catedral, que se visita hoy en día, permanece en el municipio aledaño a la capital como un punto focal de turismo religioso y arquitectónico.

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