Impresionante caso de acumulador compulsivo en Ibagué: tenía más de tres toneladas de basura “guardadas” en su casa

En las entrañas del barrio Jardín Santander, de la comuna 8 de Ibagué, se escondía tras la fachada de una vivienda de apenas un piso el que, a simple vista, parecía ser un relleno sanitario, aunque para su propietario era un tesoro que, casi que a diario, seguía alimentando con los desechos de otras personas.

Así habría quedado registrado por la Secretaría de Salud municipal que llegó hasta el inmueble, foco de infecciones. en compañía de la Policía Metropolitana para intervenir el lugar y sacar las tres toneladas de basura que, desde hace semanas, mantenían fuera a su propietario, ante la imposibilidad de siquiera acostarse.

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“Acudiendo ante la queja de un ciudadano del sector de Jardín Santander, hicimos la intervención de esta vivienda, donde se presentaba una persona que acumulaba basura. Nosotros estamos haciendo la evacuación de toda esta basura que era foco de reproducción de ratones, cucarachas, serpientes y muchas otras enfermedades que ponían en riesgo la salud de todos los habitantes de este sector”, precisó la secretaria de Salud municipal, Liliana Ospina, en un video, compartido a través de sus redes sociales.

Desocupada y tras un proceso de limpieza exhaustico podría, nuevamente, ser un hogar para el adulto mayor que residía en ella; sin embargo, queda en el aire si tendrá o no acompañamiento psicológico, pues su problema es conocido entre la comunidad médica como el trastorno de acumulación compulsiva y debe tratarse.

El trastorno de acumulación compulsiva se caracteriza por la dificultad para desechar pertenencias, motivada por la creencia de que es necesario conservarlas. Esta afección puede generar condiciones de hacinamiento en el hogar, con espacios reducidos para moverse entre objetos apilados, afectando el uso regular de las áreas. Las superficies como mesadas y escritorios suelen estar repletas, y el desorden puede extenderse a espacios como garajes y patios.

Los síntomas del trastorno aparecen comúnmente en la adolescencia. Las personas afectadas tienden a acumular objetos que, con el tiempo, pueden abarrotar sus hogares, incluso si carecen de valor real. Estos comportamientos pueden intensificarse con los años, afectando gravemente la vida diaria.

A pesar de las obvias complicaciones, quienes sufren de acumulación compulsiva muchas veces no reconocen el problema, lo cual complica el acceso al tratamiento. Sin embargo, la terapia intensiva, especialmente la terapia cognitivo conductual, ha mostrado ser eficaz en la modificación de comportamientos y creencias.

Entre los síntomas se incluyen la adquisición de una cantidad excesiva de objetos y la consecuente dificultad para desecharlos. Esto genera un desorden que impide utilizar las áreas del hogar para sus fines previstos, ocasionando conflictos familiares, aislamiento social y problemas laborales.

En casos severos, la acumulación puede llegar a incluir animales, quienes suelen no recibir cuidados adecuados debido a las condiciones insalubres generadas por el hacinamiento.

Si se presentan síntomas de este trastorno, es vital buscar ayuda médica o psicológica. En algunas comunidades, existen instituciones dedicadas a abordar este problema. La intervención de las autoridades locales puede ser necesaria si la acumulación pone en riesgo la salud o seguridad de los afectados.

La acumulación compulsiva tiene factores de riesgo asociados, como la personalidad, antecedentes familiares y eventos estresantes de la vida, como la pérdida de un ser querido o un divorcio. A menudo, el diagnóstico de este trastorno se realiza al tratar otras condiciones como la depresión o la ansiedad.

El tratamiento principal es la terapia cognitivo conductual, que se enfoca en modificar las creencias y comportamientos relacionados con la acumulación. En algunos casos, el uso de medicamentos, especialmente inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, puede ser complementario.

La participación de familiares y amigos es crucial en el proceso de tratamiento, particularmente para personas mayores o con enfermedades que dificultan el manejo del desorden. Para los niños, es fundamental que los padres colaboren activamente en el tratamiento para evitar reforzar conductas de acumulación mediante la “adaptación familiar”.