En la mañana del lunes 8 de julio, la Policía de España informó a través de un comunicado sobre un sicario colombiano prófugo y uno de los más buscados en el país ibérico.
De acuerdo con información de las autoridades españolas, se trata de Jonathan Montoya Rendón, de 39 años. “Es un peligroso sicario colombiano buscado por un delito de asesinato con alevosía desde mayo del año pasado”, indicó la Policía.
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Además, las autoridades españolas agregaron que “el fugitivo accedió en 2009 al Hospital 12 de Octubre de Madrid donde, en cooperación con otras personas, terminaron con la vida del capo colombiano Leonidas Vargas, que en ese momento se encontraba hospitalizado”.
Según con la descripción de la Policía Nacional, el colombiano tiene las siguientes características físicas: Mide 1,86 metros, tiene la piel blanca, complexión atlética y ojos y pelo de color negro.
Las autoridades españolas solicitó una campaña para solicitar la colaboración ciudadana y obtener información sobre el sicario colombiano. Cualquier dato puede ser enviado de forma confidencial al correo electrónico losmasbuscados@policia.es, dirigido a los investigadores de la Sección de Localización de Fugitivos.
De igual manera, la institución catalogó a diez delincuentes como los más buscados y potencialmente ocultos en España. Entre ellos, cuatro están clasificados como “peligrosos” o “extremadamente peligrosos”.
La lista incluye a tres narcotraficantes, un violador, un sicario, dos pederastas, dos homicidas y un ladrón de carros. Todos son reclamados por la justicia española u otras jurisdicciones y enfrentan acusaciones que podrían conllevar severas penas de prisión.
El crimen y la víctima
A sus 39 años, es un conocido de las fuerzas de seguridad, buscado desde mayo por un delito de asesinato con alevosía. En 2011 fue condenado a 24 años y tres meses de prisión por su participación en el asesinato, ocurrido dos años antes, de Leónidas Vargas en el Hospital 12 de Octubre de Madrid. Vargas, capo del cartel de Caquetá, fue atacado mientras se encontraba hospitalizado. Montoya guió al autor material de los disparos hasta la habitación donde estaba internado el narcotraficante.
El 8 de enero de 2009, dos individuos ingresaron al Hospital 12 de Octubre en Madrid, España, en busca de Leónidas Vargas, quien había sido capturado como heredero de Gonzalo Rodríguez Gacha, alias El Mexicano. Al llegar a la habitación 537, encontraron a un paciente y le preguntaron si era Leónidas Vargas.
El enfermo respondió negativamente y señaló a un hombre de unos 60 años que se encontraba al frente suyo por una hipertensión pulmonar. Uno de los sicarios le pidió al enfermo que se diera la vuelta y disparó contra Vargas en cinco ocasiones. Las cámaras del hospital registraron el hecho.
El asesino, identificado como Jonathan Andrés Ortiz, nacido en Medellín en 1985, recibió un pago por acabar con la vida de este histórico criminal. Ortiz y otros tres individuos –José Jonathan Fajardo Ospina, Jonathan Montoya Rendon y Alexander Salazar Cortes– fueron condenados por el Tribunal Supremo de España a penas de entre 23 y 25 años de prisión por su participación en este crimen.
Fajardo y Montoya vigilaban para que nadie se percatara de lo sucedido en la habitación, mientras que Salazar entregó el arma con silenciador a Ortiz.
Ese mismo mes, Héctor Fabio Vargas, hermano de Leónidas, de 47 años, y su novia, la actriz Liliana Lozano, de 30 años, fueron encontrados muertos en un paraje entre Palmira y Pradera, en el Valle del Cauca, Colombia.
Los dos asesinatos llevaron a las autoridades a considerar la hipótesis de un ajuste de cuentas entre narcos y la posibilidad de que los Vargas hubieran sido asesinados para quedarse con los negocios de Leónidas en Colombia, pese a llevar tres años preso en España.
Leónidas Vargas comenzó su carrera criminal bajo la tutela del narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha, alias El Mexicano. Tras la muerte de Gacha en 1989, Vargas se convirtió en su heredero y consolidó su poder en Caquetá, su región natal. En 1993 fue capturado y condenado a 19 años de prisión por narcotráfico y enriquecimiento ilícito. Pasó casi 11 años en la cárcel y sus bienes, valorados en cerca de 29 millones de dólares, fueron expropiados.