Explica la Misión de Observación Electoral (MOE) que la Asamblea Nacional Constituyente es uno de los mecanismos contemplados en la Constitución de 1991 para reformarla. Para su procedimiento, tanto el Senado como la Cámara de Representantes deberán aprobar una ley para consultarle a la ciudadanía acerca de la convocatoria a este mecanismo.
Así las cosas, para la aprobación de la ley se requiere del apoyo de la mayoría de los integrantes del Congreso de la República.
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Sobre este asunto se habla desde hace varios días en Colombia, debido a que el presidente Gustavo Petro propuso este mecanismo para hacer cumplir sus ideas políticas, ante los obstáculos que tiene en la corporación para sacar reformas adelante. Asimismo, el recién nombrado ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, manifestó que es necesario un “acuerdo nacional” para que esta surja.
No obstante, son más las dudas que las certezas que hay al respecto. Ejemplo de ello es la publicación que hizo el exministro de Hacienda y también exministro de Agricultura Juan Camilo Restrepo al respecto.
Cinco ideas sobre la constituyente
Por medio de X (antes Twitter), el exfuncionario dio a conocer cinco ideas sobre la propuesta de la constituyente. Son las siguientes:
- Como la propuesta se ha lanzado por el Gobierno antes de que haya unos mínimos de acuerdo nacional, queda la impresión de que lo que se quiere em el Gobierno Petro es poner al país a “votar corriente” durante los próximos dos años, sin que nada serio acontezca al final.
- El Gobierno publicó una profusa lista de temas que podrían ser objeto de una constituyente, pero no ha clarificado cuales de estos asuntos pertenecen al área de la ley y cuales al de la Constitución. Por ejemplo, menciona salud, educación, pensiones, reforma rural, los cuales han sido objeto de propuestas de reforma legal y no constitucional.
- En síntesis: ni el presidente Petro, ni el ministro Cristo le han explicado al país por qué se necesitan de reformas a la Constitución para solucionar los problemas que vivimos, sin necesidad de meternos en una “vaca loca” constitucional. Hay, eso sí, que abonarle al ministro Cristo que habló con claridad que una eventual asamblea constituyente tiene que hacerse por los cauces previstos en la Constitución del 91.
- Lo grave no es que hace unas pocas semanas el ministro Cristo dijera que no se necesitaba asamblea constituyente. Lo lamentable es que no ha logrado explicar por qué ahora sí se necesita. La vaguedad de sus primeras declaraciones no se compagina con la gravedad del asunto que se está manejando.
- Por último, el peor aval que ha recibido la idea gubernamental de una asamblea constituyente es el otorgado por el ELN, por la Nueva Marquetalia y por las disidencias de las Farc. Ciertamente, por este camino no vamos a llegar a un gran acuerdo nacional.
‘Mucho toque-toque’
El exministro de Hacienda Mauricio Cárdenas escribió una columna para El Tiempo denominada “Segundo tiempo” en la que hizo duras críticas al presidente Gustavo Petro y las promesas vacías de su gobierno. A su parecer, el segundo periodo del mandatario se caracteriza por “un exceso de anuncios, promesas y expectativas”. Utilizando una metáfora futbolística, Cárdenas asegura que “mucho toque-toque, pero con resultados tangibles que dejan mucho que desear”.
Uno de los temas más polémicos es la propuesta de una asamblea constituyente. Cárdenas argumenta que esta tiene un fin “puramente electoral”, ya que Petro busca transformar los comicios en un plebiscito acerca de la necesidad de una nueva constitución. “El voto por el ‘Sí’ representaría el cambio, lo que sea que eso quiera decir”, criticó. Además, Petro podría usar este escenario para “calificar a quienes se le opongan de retardatarios y defensores del statu quo”.
Para Cárdenas, Colombia no necesita una nueva constitución. Explica que “la calidad de las instituciones se mide en función de la estabilidad que generan y, al mismo tiempo, la capacidad de adaptarse a un mundo cambiante”. Sostiene que la Constitución de 1991 cumple con esa dualidad, destacando que “ha tenido la solidez para enfrentar momentos de gran complejidad económica y política, como las crisis de 1998-2000 y más recientemente la pandemia”.
Cambios significativos
Del mismo modo, la Constitución de 1991 facilitó cambios significativos en temas sociales. “En lo político ha permitido librar la guerra y negociar la paz, en un contexto de mayor pluralismo; Gustavo Petro es el mejor ejemplo. También ha servido como plataforma para grandes cambios en temas álgidos, como el aborto y los derechos de las minorías, incluyendo los de la población LGBTIQ+,” asegura. Por tanto, refuerza su argumento de que “claramente no es una constitución estática ni retardataria”.
Cárdenas cree que la verdadera razón detrás de la propuesta de una constituyente es que Petro busca “asegurarle un futuro a su proyecto político”. Esto incluiría la reintroducción de la figura de la reelección presidencial y un aumento de la representación política en regiones donde su movimiento es fuerte. Opina que, al no estar centrado en la gestión, Petro en realidad quiere consolidar su poder y mantenerse en el escenario político más allá de su mandato actual.
El exministro también alertó sobre sectores de la extrema derecha que podrían apoyar la constituyente de Petro con la intención de “medir fuerzas y, de paso, unir a la oposición que hoy luce fragmentada”. Sin embargo, considera que esta estrategia es un error y señala que “el país pierde, como perdió Chile al contraponer una constitución de izquierda con una de derecha”.