Luego de conocerse varios videos en los que reclusos del patio 3 celebran una fiesta de cumpleaños con drogas y licor en la cárcel La Tramacúa, de Valledupar, la Procuraduría General de la Nación suspendió de su cargo a su director, el mayor (r) Carlos Yecid Molina Chaparro.
La decisión se tomó en principio por un periodo de tres meses, de acuerdo con lo que informó el ente investigador luego de la grabación que se conoció en redes sociales, hecha con un celular por uno de los mismos reclusos, y la que se observa a uno de los presos celebrando su cumpleaños con una parranda que incluyó, además, música, licor y estupefacientes.
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Luego de la recopilación de pruebas documentales y varios testimonios, la Procuraduría busca establecer “las presuntas conductas irregulares de funcionarios a cargo del mayor Molina Chaparro, quienes habrían permitido no sólo la realización de festejos sino también el ingreso de bebidas embriagantes, armas, estupefacientes y celulares”.
“¡Plata es lo que hay!”
Los dos videos que se conocieron en redes sociales dieron cuenta del ambiente festivo que se vivió al interior del patio 3, en donde se pudo ver cómo el recluso que grabó los dos fragmentos de la parranda incitaba a los demás a consumir perico, el cual tenía en un plato el homenajeado, quien repartía el estupefaciente a sus compañeros, en medio de los tragos, la música a todo volumen sin que ningún guardia opusiera resistencia a la celebración.
“¡Sople sople!” gritó el reo que realizó el video, quien agregó que “el cumpleañero está regalando marihuana y perico a todo el mundo”, y finalizó su grabación diciendo “plata es lo que hay”, dejando en evidencia que los presos no la pasan tan mal dentro del penal.
Debido a estos dos videos que se conocieron el miércoles 26 de junio, el mismo director del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), Daniel Gutiérrez, aseguró que sí hubo una fiesta en la cárcel La Tramacúa de Valledupar y destacó que cuatro guardianes están siendo investigados como parte de la indagación que se abrió dado que habrían participado de los hechos. Adicional a esto siete reclusos serán trasladados como consecuencia del festejo desmesurado.
Por último, el procurador regional del Cesar, Miguel Ángel Rocha, indicó que el director de la penitenciaria “pudo haber incurrido en omisión de sus funciones ya que es el encargado de dar lineamientos de seguridad y control en el centro reclusorio”.
Asimismo, el Ministerio Público busca definir si la riña que se presentó dentro del centro carcelario el 17 de junio, y cuyo saldo fue de cuatro internos heridos, tendría vínculos con “los escándalos de rumba y licor denunciados”.
La riña en la cárcel La Tramacúa que dejó cuatro reos heridos
Cuatro reclusos de la Penitenciaría de Alta y Mediana Seguridad de Valledupar fueron trasladados de urgencia al Hospital Rosario Pumarejo de López tras resultar heridos en una riña múltiple con armas blancas, en hechos que se registraron la mañana del lunes 17 de junio en el patio tres de la cárcel La Tramacúa.
Las personas involucradas fueron identificadas como José Fernando Barbosa Pacheco, quien sufrió una herida en el pulmón izquierdo, y Gonzalo Arturo Palomino Flores, quien presenta una puñalada en el tórax con compromiso pulmonar grave, requiriendo cirugía. Por su parte, los otros dos heridos, Fraid Casarubia y Freddy Dulce, tienen lesiones superficiales en brazo y pecho, consideradas como no graves, destacó El Heraldo.
Sobre los motivos de la pelea, no se ha recibido información detallada por parte del personal del Inpec, aunque el caso fue reportado a la Policía Nacional. Cabe destacar que los involucrados permanecen privados de la libertad por distintos delitos. Uno de ellos, Gonzalo Arturo Palomino Flores, se encuentra cumpliendo una condena por homicidio dictada por un juez de Chiriguaná, aunque sostiene su inocencia y ha presentado una apelación.
Esta situación se suma a lo que viven varios penales en todo el país, y que en medio de operativos sorpresa a las celdas de los recluidos, han dejado el decomiso de cientos de celulares y libretas con datos personales, que los mismos delincuentes usan para operar desde las cárceles extorsionando a ciudadanos.