El padre de un soldado asesinado le pidió a Petro que “se ponga los pantalones como se los tiene que poner”

En un trágico incidente ocurrido en Valdivia, Antioquia, al menos seis militares murieron y otros cuatro resultaron heridos al caer en un campo minado en una zona marcada por disputas entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Farc. El conflicto armado en esta región llegó a niveles alarmantes, con el uso de artefactos explosivos que ponen en peligro la vida de los habitantes y miembros de las Fuerzas Armadas.

El alto comisionado para la Paz, Otty Patiño, expresó su condena y preocupación por el uso de explosivos en el conflicto, e instó a los grupos armados a cesar esta práctica. “Seguiremos trabajando en nuestro compromiso con la paz de nuestro país. Requerimos a los grupos armados eliminar en su totalidad el uso de estos artefactos explosivos, que atentan contra la vida, la dignidad y los territorios. También hacemos un llamado al cumplimiento de su palabra en los acuerdos alcanzados en las mesas de paz”, señaló Patiño.

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El comisionado también extendió sus condolencias a las familias de los soldados fallecidos y manifestó su esperanza de que los heridos se recuperen pronto. “Extendemos nuestra solidaridad y condolencias a sus familiares, compañeros y seres queridos y en especial a nuestras Fuerzas Armadas”, añadió.

Entre las víctimas del ataque se encontraba el soldado profesional Yeison Gómez Chima, de 25 años, originario de Riohacha, La Guajira. Gómez, que había enviado una fotografía a su madre indicando su ubicación, soñaba con mejorar las condiciones de vida de su familia a través de su servicio militar. La noticia de su muerte dejó devastada a su familia y a la comunidad de su barrio, Jorge Pérez.

El padre de Yeison, en un mensaje lleno de tristeza y rabia, hizo un llamado urgente al presidente Petro para que tome medidas más contundentes contra la delincuencia que vive el país.

“El Gobierno no está haciendo lo necesario. El presidente que se ponga los pantalones como se los tiene que poner, porque estamos dejando que la delincuencia se apodere del país y cada día pierden la vida más jóvenes. Hay dolor en cada familia y nos unimos a las otras cinco familias que están también en este dolor y en este vacío de perder a un ser querido, a un hijo tan joven de 25 años con la vida por delante, un dolor tan grande que tenemos y le pedimos al presidente que se ponga los pantalones”, declaró el padre de Yeison.

La familia Gómez espera ahora la llegada del cuerpo del joven soldado, que había servido año y medio en las Fuerzas Armadas.

El municipio de Samaniego, situado en las montañas del departamento de Nariño, fue profundamente afectado por el uso de minas antipersona y otros artefactos explosivos instalados por grupos armados entre 2005 y 2008. Este conflicto dejó un saldo trágico: 164 habitantes fallecidos o con heridas permanentes. Como resultado, el desminado humanitario se convirtió en una prioridad esencial para la región.

En el marco de los diálogos regionales de paz que se desarrollan en Nariño, el Gobierno enfocó sus esfuerzos en abordar este grave problema, propiciando conversaciones directas con el Frente Comuneros del Sur. El miércoles 12 de junio se llevó a cabo en Samaniego un foro titulado ‘Desminado humanitario y pedagogía para la paz’. Según Geovanny Melo, secretario de Gobierno del municipio, el objetivo del evento fue concienciar a las comunidades sobre la urgencia del desminado humanitario y ofrecer información crucial sobre este proceso, incluyendo la Educación en el Riesgo de Minas (ERM).

Este foro está estrechamente vinculado a los diálogos sostenidos con el Frente Comuneros del Sur, ya que uno de los compromisos iniciales de este grupo armado es colaborar en el desminado humanitario. No obstante, se destacó la ausencia de miembros o representantes del grupo armado en el evento.

Durante el foro, se enfatizó la importancia de sensibilizar a la población sobre los peligros que aún representan las minas antipersona y los pasos necesarios para su remoción segura. La iniciativa busca no solo la eliminación de estos artefactos peligrosos, sino también la creación de un entorno seguro y preparado para la construcción de una paz duradera.