Transmilenio de Bogotá inició hoy el proceso para la incorporación de nuevos buses eléctricos y a gas, con el objetivo de contar con la flota eléctrica articulada más grande a nivel mundial.
Según la empresa, se espera que el 48% de los buses del sistema sean de bajas y cero emisiones. Esta iniciativa arranca con la publicación de una hoja de términos para la Etapa 1, que precede a un proceso de selección objetiva
En un evento reciente, Isabel Muñoz, directora ejecutiva de Invest in Bogotá, presentó la Nueva Era de TransMilenio junto a autoridades claves como Pedro Gutiérrez, subgerente general de TransMilenio, y Claudia Díaz, secretaria de movilidad de Bogotá.
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Este evento marca el inicio de la etapa 1 de la fase 6 del sistema de transporte TransMilenio, centrada en la adquisición de una nueva flota de buses eléctricos y la adecuación de infraestructura para su operación.
“Bogotá es una ciudad en transformación y la movilidad es uno de los mayores retos que enfrentamos como ciudadanos”, destacó Muñoz en su discurso, señalando la importancia de robustecer el sistema público de manera integral. En este sentido, la fase 6 contempla la adquisición de 296 buses de cero y bajas emisiones y la implementación de infraestructura de recarga eléctrica, con una inversión superior a los 244 millones de dólares.
El proyecto persigue una estrategia dual: reducir la huella de carbono del transporte público y mejorar la calidad de vida de los bogotanos y residentes de Soacha, integrando esta última de manera efectiva en el sistema. La secretaria Díaz subrayó, “Este proceso cobra relevancia hacia cómo nos seguimos moviendo de manera más sostenible en la ciudad, con 70% de los viajes realizados en transporte público, bicicleta o a pie”.
La fase 6 de TransMilenio prevé una estructura de doble licitación para la provisión y operación de la flota, permitiendo flexibilidad y eficiencia operativa. Una parte significativa de la licitación incluye la adecuación de dos patios: El Vínculo en Soacha, con una extensión de más de 66,000 m², y La Sexta en Bogotá, que cuenta con 6,000 m². Estos patios serán equipados con toda la infraestructura necesaria para recargar los buses eléctricos.
Gutiérrez explicó la estructura de remuneración: los pagos a los concesionarios incluirán tarifas por CAPEX de flota, administración de flota y CAPEX de infraestructura de recarga eléctrica, con descuentos por disponibilidad y eficiencia energética. La financiación estará respaldada principalmente por las vigencias futuras del distrito, con posible cofinanciación del Gobierno Nacional.
En términos de impacto ambiental, el proyecto se enmarca dentro del objetivo estratégico del Plan de Desarrollo de Bogotá, que busca avanzar en sostenibilidad y acción climática. Se espera que con estos nuevos buses, la reducción de emisiones de CO2 sea significativa, promoviendo así una mejora en la calidad del aire y salud pública, equivalentes a sembrar más de 1,700 árboles.
El evento también destacó la inclusión de la mujer en el proyecto, “Este proyecto promueve la inclusión de más del 13% de mujeres en todos los sectores y espacios de la cadena,” subrayó Gutiérrez, rescatando la importancia del liderazgo femenino en la gestión de TransMilenio.
Adicionalmente, el sistema está preparado para interoperar con futuros componentes del transporte público, como el Metro de Bogotá y el Regiotram de Occidente, garantizando así una integración más efectiva y amplia. Según Ortiz, “... Nos estamos preparando para tener un sistema interoperable de recaudo que reconozca la convivencia de los diferentes componentes, basado en estándares y medios de pago diversos”.
El proceso de selección tendrá varias etapas, iniciando con la publicación de los términos de referencia y continuando con una serie de consultas y presentaciones de ofertas. “Queremos que los concesionarios diseñen y propongan la mejor solución operativa posible”, enfatizó Gutiérrez. TransMilenio S.A., en colaboración con diversas empresas y organizaciones, se muestra optimista sobre el éxito de este proyecto y su implementación antes del final de este gobierno.
En resumen, el evento fue un llamado a la participación activa de empresas nacionales e internacionales, con el objetivo de transformar y modernizar uno de los sistemas de transporte más importantes de América Latina. La inversión en nuevas tecnologías y sostenibilidad promete dejar una huella positiva duradera en la vida de los bogotanos, contribuyendo a un futuro más limpio y eficiente para todos.