Autoridades sellaron la ‘Mansión del Chicó’: hacían fiestas clandestinas con menores de edad en Bogotá

Vecinos del sector ya habían denunciado quejas por los altos niveles de ruido provenientes del lugar

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Las autoridades distritales junto con
Las autoridades distritales junto con la Policía de Bogotá sellaron 'La Mansión del Chicó' - crédito La Mansión Chicó Oficial LMCO/Facebook

Las autoridades colombianas cerraron un establecimiento conocido como “La Mansión Chicó”, en el barrio Chicó, Bogotá, tras recibir múltiples denuncias de vecinos por la realización de fiestas clandestinas. La Policía atendió uno de los llamados de la ciudadanía y realizó un operativo donde se encontraron más de 160 menores de edad consumiendo alcohol y sustancias psicoactivas en el lugar.

El operativo se llevó a cabo con la colaboración de la Policía de Bogotá, la Alcaldía Local de Usaquén y la Secretaría de Gobierno (SDG). Según el Distrito, “En el exterior del establecimiento, madres y padres de los menores solicitaban su apertura, ya que la actividad se desarrollaba a puerta cerrada. Tras la apertura de la puerta y la solicitud de asistencia del Cuerpo Oficial de Bomberos Bogotá, los y las menores de edad fueron entregados a sus familiares y se procedió a suspender la actividad económica del inmueble”.

Por fiesta clandestina, la Alcaldía
Por fiesta clandestina, la Alcaldía de Bogotá clausura reconocido recinto de fiestas al norte de la ciudad - crédito Alcaldía de Bogotá

Las autoridades impusieron una suspensión del lugar por tres meses, debido a la falta de documentación conforme al artículo 87 de la Ley 1801.

Las fiestas clandestinas realizadas en un inmueble denominado ‘La Mansión Chicó’, ubicado en el norte de Bogotá, han generado graves problemas para los residentes de los barrios Santa Paula y Chicó. Cada fin de semana, alrededor de 400 personas se congregan en el lugar, convocadas a través de redes sociales, especialmente TikTok e Instagram. Estas celebraciones empiezan a las 10 de la noche y pueden prolongarse hasta las 11 de la mañana del siguiente día, lo que ha generado altos niveles de ruido y disturbios constantes, según informaron los vecinos en el medio Semana.

Fiesta en 'La Mansión de Chicó' realizada en el año 2019 - crédito @junabernal.10/Instagram

El sitio, que ha sido objeto de sellos por parte de la Policía en múltiples ocasiones, continuaba operando de manera clandestina. Las fiestas incluyen la presencia de menores de edad, consumo de alcohol y peleas, así como la invasión de calles con vehículos de alta gama.

El concejal David Saavedra señaló en la revista Semana que las denuncias de los vecinos han sido atendidas por las autoridades. “Hemos dispuesto de un equipo para que acompañe las intervenciones de las autoridades y escuchen a los vecinos afectados”, declaró Saavedra. También informó sobre la gravedad de la situación durante los operativos recientes, donde se hallaron armas blancas, licor, menores de edad y evidencia de maltrato animal.

“El consumo de sustancias psicoactivas en ese lugar, actividades no permitidas en usos del suelo, adicionalmente trancones, riñas, peleas, es lo que hemos encontrado”, dijo el secretario. “Hasta ahora hemos impuesto un régimen de visitas al lugar para poner las sanciones hasta que la ruta nos permite. Cuantas veces nos toca ir a cerrarlo, lo vamos a hacer”, agregó el funcionario.

Las autoridades locales, incluyendo la Secretaría de Seguridad de Bogotá, han prometido acciones más contundentes y continuas. El secretario de Seguridad, César Restrepo, aseguró que se llevarán a cabo inspecciones permanentes en el área y se considerarán medidas como la extinción de dominio para frenar estas actividades.

Los residentes afectados han manifestado que el problema persiste a pesar de las intervenciones de las autoridades, quienes sellan el lugar solo para que los administradores reabran poco tiempo después. Según los testimonios recogidos, cualquier persona que pase frente a la fachada de La Mansión Chicó no percibiría que en su interior se lleva a cabo una fiesta clandestina, ya que aparenta ser una residencia convencional.

El concejal de Bogotá David Saavedra, quien denunció la situación, afirmó que cada fin de semana se congregaban alrededor de 400 personas mediante convocatorias en redes sociales. “Las fiestas inician a las 10 de la noche y terminan en ocasiones a las 11 de la mañana del siguiente día. Los habitantes del sector afirman que al parecer los dueños se hacen pasar por ‘sindicatos’ para burlar la acción de las autoridades”, explicó el concejal.

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