Los primeros seis meses de Galán desde el Concejo de Bogotá: seguridad y drogas, los principales problemas

El 29 de octubre de 2023, Carlos Fernando Galán superó a los demás candidatos a la Alcaldía de Bogotá y sin necesidad de una segunda vuelta, se convirtió en el nuevo mandatario de la capital de Colombia.

Desde el 1 de enero de 2024, el representante del Nuevo Liberalismo ha encabezado el nuevo poder del distrito; en lo que han sido meses marcados por el “tecnicismo” que busca implementar en Bogotá, pero también, esto le ha ocasionado múltiples críticas.

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El 30 de junio se cumplieron los primeros seis meses de Galán al frente de Bogotá, tiempo que ha sido marcado por múltiples hechos de inseguridad, las polémicas que generó el Plan Distrital de Desarrollo y las consecuencias dejadas por el fenómeno de El Niño.

Es por ello que en Infobae Colombia recolectamos la postura de algunos miembros del Concejo de Bogotá frente al mandato de Galán hasta el momento.

Tras seis meses de gobierno del alcalde Galán, desde Con Toda por Bogotá, vemos que su gestión empezó con acciones que enviaron el mensaje de tener un gobierno al frente de los problemas. Durante los incendios de comienzos de año el alcalde hizo presencia en las zonas afectadas, organizó puestos de mando unificados (PMU), trasladó su despacho a la zona, donde también realizó consejos de gobierno y mantuvo a la ciudadanía informada; sin embargo, al momento de comunicar el racionamiento zonificado de agua, su presencia fue menos contundente, se circunscribió a hacer un llamado a cuidar el agua.

De ahí en adelante, sus acciones como “gerente” han carecido, en nuestra consideración, del carácter resolutivo que demandan los problemas de la ciudad. Hasta hoy no hemos visto mayores resultados en temas como el manejo de residuos (Bogotá sigue sucia), la inseguridad (que acecha, sobre todo, la extorsión), la gobernanza del espacio público (que sigue desperdigada), o el empleo (aun sin estrategia de reactivación económica explícita), solo por dar algunos ejemplos.

A propósito de la discusión y reciente aprobación del Plan Distrital de Desarrollo 2024- 2027 “Bogotá camina segura”, valoramos la actitud de escucha y la voluntad política de lograrlo por Acuerdo Distrital. Sin embargo, se puede decir que esta, que es la principal hoja de ruta de la ciudad, no tiene impronta, un propósito común en torno al cual articular las acciones, más allá del interés por generar confianza. Estamos convencidos de que la confianza se construye con resultados y con acciones encaminadas a resolver problemas y eso no se ve con claridad ni en el Plan, ni en las acciones de la administración.

Creemos que hace falta determinación, inventiva y creatividad, y perderle miedo al riesgo. Somos conscientes de que no es fácil, pero para eso elegimos gobernantes.

La mayoría de bogotanos aún no sienten el cambio de administración, la ciudad cada día está peor en temas de seguridad, Galán en su programa como candidato hizo muchas promesas que hoy no se ve que inicien a materializarse, por ejemplo, el decreto que prohíbe el consumo de sustancias psicoactivas en el espacio público, a pesar de que lo anunció con bombos y platillos y es necesario porque el consumo ha crecido y como lo he denunciado muchas veces está afectando los entornos escolares.

Además, la extorsión está disparada, parece no tener solución y ni que decir del aumento de la violencia intrafamiliar y de los delitos sexuales. Hablan de capturas, pero la realidad es que la ciudadanía denuncia todos los días en las redes sociales como ocurren múltiples casos de delincuencia.

Otra gran promesa que ha incumplido Carlos Fernando Galán es con el manejo de las basuras, se comprometió a supervisar a los operadores, a activar procesos sancionatorios y a trabajar con la comunidad, pero ni lo uno ni lo otro, la ciudad sigue igual de sucia que con la administración anterior, siguen los mismos 700 puntos críticos.

Ahora las obras de valorización que son otro dolor de cabeza siguen sin avanzar al ritmo que necesita la ciudad, especialmente el comercio, que ha sido uno de los más afectados por esos cierres eternos de vías. En el plan de desarrollo que presentó al Concejo quedó el sin sabor de no seguir avanzando con las líneas de metro que la ciudad requiere, como sería una tercera línea y asegurar la segunda que en algo quedó con el gobierno de Claudia López.

Algo que preocupó en el plan de desarrollo es que Galán intentó crear nuevos impuestos para los bogotanos, lo que hubiese sido un golpe duro para los ciudadanos, afortunadamente por mis críticas y la de algunos colegas logramos que repensara esa decisión y fueron retirados por la administración.

Bogotá es una ciudad de retos, esperemos que con la aprobación del plan de desarrollo, se vea que su gobierno realmente avanza, pero sobre todo que los ciudadanos sientan que hay mejoría, que algo está pasando y que crean que Bogotá es una ciudad en la que se puede vivir bien.

En los primeros seis meses de mandato, el alcalde mayor de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ha mostrado un gobierno decente, respetuoso y de buenas formas, tanto con sus copartidarios como con sus contradictores, y en general con todos los actores políticos de la ciudad y del país; eso lo diferencia radicalmente del gobierno de su antecesora, la exalcaldesa Claudia López, quien evitaba a toda costa la construcción de consensos y, por el contrario, no perdía oportunidad para imponer sus ideas y denigrar de aquellos que pensaban distinto.

Por otro lado, Galán ha asumido con sensatez y responsabilidad las emergencias derivadas del fenómeno de El Niño, como los incendios en los cerros orientales y actualmente la escasez de agua y sequía del embalse de Chingaza. Es de resaltar su liderazgo y llamado a la unidad en momentos de crisis para Bogotá; sin embargo, ha faltado celeridad y firmeza en el envío de mensajes y la toma de decisiones fundamentales para la capital.

La seguridad sigue siendo una preocupación latente en la ciudadanía y un punto débil en la agenda del alcalde. Seguimos esperando un respaldo férreo a la fuerza pública y el fortalecimiento de sus capacidades, la expedición de un nuevo decreto que restrinja el expendio y consumo de drogas en el espacio público, especialmente en parques y entornos escolares y la adecuación de inmuebles para la custodia de personas privadas de la libertad, que permita, a corto plazo, deshacinar los centros de detención transitoria y al mismo tiempo garantizar que los criminales sigan privados de la libertad.

Hoy Bogotá no camina segura, las cifras son prueba de ello, por supuesto que hay avances, pero si realmente queremos recuperar la tranquilidad de la ciudad en los siguientes cuatro años, Galán y su gabinete deben probar carácter y avanzar con decisión en ese propósito.

El alcalde Carlos Fernando Galán debe actuar con mayor contundencia en temas como seguridad y consumo de drogas en el espacio público, seguimos viendo con mucha preocupación casos de sicariato, hurtos, extorsión y hasta intentos de secuestros.

Esto no puede seguir siendo el pan de cada día de los bogotanos, es por esto que en el Plan Distrital de Desarrollo insistimos en la necesidad de más tecnología, incluimos proposiciones relativas sobre el mantenimiento de las cámaras de vigilancia, la interconexión entre los sistemas de videovigilancia del sistema de transporte con el C4 (Centro de comando, control, comunicaciones y computo).

En cuanto al tema de las drogas, es alarmante el consumo de los menores en los colegios, tenemos un aumento de casi el 40% entre niños de seis y once años; nunca se emitió un decreto como se había prometido.