Él es monseñor Francisco Javier Múnera, nuevo presidente de la Conferencia Episcopal

En el marco de CXVII Asamblea Plenaria que desarrollan los obispos del país en Bogotá, se conoció que el arzobispo de Cartagena, monseñor Javier Múnera, es el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal para el periodo 2024 - 2027, reemplazando en el cargo al cardenal Luis José Rueda Aparicio.

De igual manera, también fueron elegidos monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja, como vicepresidente; y a monseñor Germán Medina Acosta, recién nombrado obispo de la Diócesis de Engativá, como secretario general.

“Es un servicio, es una misión y la asumimos confiados totalmente en la Providencia del Señor y también contando con el apoyo, la colaboración, la solidaridad de todo el pueblo de Dios, especialmente de nuestros hermanos obispos”, afirmó el presidente electo, monseñor Francisco Múnera.

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El nuevo presidente de la Conferencia Episcopal es Misionero de la Consolata, y ejerce su ministerio desde el 11 de febrero de 1999, luego de que el papa Juan Pablo II lo nombrara Obispo Titular de Acque Nouve di Numidia y Vicario Apostólico de San Vicente-Puerto Leguízamo.

“El 30 de mayo de 2019, al ser elevado el Vicariato Apostólico de San Vicente del Caguán a diócesis, monseñor Francisco Javier fue designado primer obispo de esta Iglesia particular. El 10 de agosto de este mismo año tomó posesión en esta nueva diócesis. En el año 2021, el 25 de marzo, el papa Francisco lo nombró arzobispo de la Arquidiócesis de Cartagena; tomó posesión de la sede el 22 de mayo de 2021″, señala la Conferencia Episcopal en un comunicado.

Previo a la elección de los tres arzobispos, la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal dieron sus impresiones frente a la realidad del país, donde definió que temas como la defensa de la vida, la familia y la educación, serán líneas prioritarias para la acción de los pastores en Colombia, a la luz del Evangelio y con voz profética.

Asimismo, el anterior presidente de la conferencia, cardenal Luis José Rueda Aparicio, presentó un informe de gestión con los principales retos, hechos y logros alcanzados bajo su dirección, resaltando a incidencia de la Iglesia colombiana para responder a los desafíos eclesiales y sociales del país.

“Insistimos en la necesidad de aportar al fortalecimiento de la institucionalidad, así como en buscar caminos de reconciliación, paz y unidad”, dijo el cardenal Rueda Aparicio durante la asamblea.

Tras la posesión, los obispos elegidos agradecieron la confianza depositada en ellos, y aseguraron que el análisis de la realidad del país hecho por el episcopado durante esta asamblea da cuenta de la fuerte incertidumbre que vive el país ante signos como los de la polarización y la violencia, pero también, de las potencialidades a partir de las cuales se puede avanzar hacia un país con mayores garantías y posibilidades de desarrollo integral.

“Creemos que en lo que debemos enfocar nuestro trabajo, especialmente de apoyo desde el Evangelio, es el respeto por la vida, la vida que es un don de Dios, la vida que es sagrada; por la familia, si tenemos familias sanas, tendremos una sociedad sana; y la educación. Los padres de familia tienen el derecho de elegir la educación más conveniente para sus hijos”, expresó el arzobispo de Tunja, monseñor Gabriel Ángel.

Finalmente, la nueva directiva de la Conferencia Episcopal hizo un llamado al Gobierno nacional, alcaldías, gobernaciones y demás líderes políticos del país para que “trabajemos mancomunadamente por la unión del país, construir un proyecto de nación que tanto bien nos hace, tanta necesidad tenemos de él; que fortalezcamos la institucionalidad y nuestra democracia, que seamos capaces de resolver nuestros conflictos a través de las vías del diálogo, de los consensos, de la conciliación y que, ante todo, conjuntamente, erradiquemos dos grandes males que afligen la patria: la violencia y la corrupción. Y con esos, en esas dos tareas, podemos empeñarnos todos para construir un país más equitativo, más solidario, más fraterno”.