El miércoles 7 de julio, la Policía de España informó sobre la desarticulación de una de las mayores bandas de explotación sexual de mujeres, en el país ibérico.
De acuerdo con información de las autoridades españolas, durante la investigación que duró meses, más de 500 mujeres, mayoritariamente colombianas, habrían sido explotadas en la ciudad de Málaga (sur de España).
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Las condiciones laborales impuestas por la organización criminal eran perjudiciales para la salud de las mujeres. Se las forzaba a trabajar las 24 horas del día, los siete días de la semana, incluso durante su menstruación.
Además, no se les permitía ni elegir ni rechazar a los clientes o servicios, y se les obligaba a realizar los actos sin preservativo, lo que resultó en la propagación de enfermedades de transmisión sexual entre varias de ellas.
De igual manera, para ejercer un mayor control sobre ellas, las víctimas eran vigiladas permanentemente por medio de cámaras instaladas en los pisos que solo podían abandonar dos horas al día con autorización previa de las encargadas.
Durante el operativo en el sur de España, las autoridades logaron la liberación de once víctimas y de la captura de veinticinco personas, ocho de ellas ya ingresaron en prisión. Los agentes policiales clausuraron los cuatro pisos prostíbulo e hicieron registros domiciliarios en los que se intervinieron 145.338 euros en metálico y 1,2 kilos de cocaína.
Según con información de las autoridades, la investigación se llevó a cabo luego de conocer tres denuncias a los canales de la policía española contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual para facilitar la colaboración ciudadana y la denuncia, anónima y confidencial, de este tipo de delitos.
¿Cuál era la promesa para las mujeres?
La red, perfectamente estructurada y con un elevado número de miembros, captaba a una parte importante de sus víctimas en sus países de origen, principalmente Colombia. Las mujeres, en situación de gran precariedad económica, eran engañadas con falsas ofertas de trabajo en un centro estético en España, propiedad de la organización.
Una vez en territorio español, eran informadas de una deuda contraída por la gestión y los gastos del viaje. Los explotadores les advertían que debían saldar dicha deuda ejerciendo la prostitución, mientras que aumentaban constantemente la cantidad mediante sanciones y multas injustificadas.
La red, que generaba un beneficio anual estimado en más de un millón y medio de euros, también se dedicaba a distribuir sustancias estupefacientes en los pisos que controlaba. Obligaban a las mujeres a consumirlas y promover su uso entre los clientes para prolongar la duración de los servicios y maximizar los beneficios, lo que en algunos casos derivaba en lesiones para las víctimas.
Otro banda que delinquía con colombianas
La Policía de España desmanteló una organización de trata de personas que explotaba sexualmente a extranjeras, en su mayoría colombianas, mediante engaños y amenazas. Durante un operativo en Badajoz, las autoridades capturaron a tres individuos y liberaron a dos mujeres colombianas retenidas en una casa de servicios sexuales.
Las investigaciones revelaron una red con conexiones entre España y Sudamérica, que captaba mujeres vulnerables para explotarlas sexualmente. Las víctimas eran sometidas a coacciones, amenazas y agresiones, incluso con armas de fuego, para obligarlas a prestar servicios sexuales en clubes nocturnos y ‘casas de citas’.
“Los investigadores lograron establecer que la organización criminal captaba a las víctimas en su país de origen con el fin de trasladarlas a España para ejercer la prostitución. Una vez aquí las informaban de la deuda que habían contraído y que debían satisfacer íntegramente con los beneficios obtenidos de los servicios sexuales, no percibiendo ningún porcentaje de los mismos hasta completar el pago de la deuda”, declararon las autoridades españolas.