El miércoles 26 de junio, en Medellín se conoció que una cabina del Metrocable de Medellín de la Línea K se desprendió del cable y cayó de una altura de treinta metros aproximadamente. El siniestro dejó a una persona sin vida y a otras veinte con graves heridas.
Frente al miedo que pueda suscitar un acontecimiento de estos, sistemas de Medellín deben contemplar rigurosos protocolos de seguridad que parten de la revisión de la infraestructura y los mecanismos que operan para prestar el servicio.
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De hecho, en Bogotá el Transmicable de Ciudad Bolívar se ha convertido en un componente vital del sistema de transporte de Bogotá que lleva a miles de ciudadanos a los barrios que están en las alturas de los cerros del suroccidente de la capital.
Así, Transmilenio comunicó que este cable aéreo requiere un mantenimiento meticuloso para garantizar su operación segura y eficiente. Albert Barrera, ingeniero y gerente de mantenimiento de La Rolita, el operador actual del sistema, detalló cómo se llevan a cabo estas tareas.
“Nuestro sistema cuenta con sensores que conectan toda la información de su comportamiento. Todo es monitoreado, por eso se presentan paradas preventivas”, explicó Barrera. Estos procedimientos aseguran la identificación y tratamiento de potenciales fallos antes de que se conviertan en problemas graves, como una caída.
Las inspecciones y el mantenimiento de las cápsulas de Transmicable
El mantenimiento del Transmicable se lleva a cabo bajo un cronograma que incluye inspecciones diarias, semanales, mensuales, trimestrales, semestrales, anuales y plurianuales, según lo que emitió la Alcaldía. Cada uno de estos periodos tiene tareas específicas para garantizar la seguridad y eficiencia del sistema.
Según la descripción, en el mantenimiento diario, el personal capacitado realiza inspecciones de las plataformas y lleva a cabo intervenciones y lubricaciones durante la noche. Estas rutinas se siguen meticulosamente usando listas de verificación. “Antes de abrir la operación, se hacen pruebas de verificación del sistema para que todo sea seguro para los pasajeros”, informó Barrera.
Ahora bien, las inspecciones semanales se centran en confirmar que todas las partes mecánicas y eléctricas estén en buen estado. Se llevan a cabo lubricaciones y se cambian piezas según las indicaciones del fabricante del sistema. La confirmación de la correcta operación de estos componentes es esencial para evitar interrupciones en el servicio.
De hecho, estas inspecciones se hacen más profundas y se realizan pruebas de los equipos. También se llevan a cabo ensayos no destructivos en algunas piezas. Estas revisiones buscan detectar cualquier signo de desgaste que podría no ser visible en las inspecciones más frecuentes como las diarias.
Adicionalmente, el ingeniero Barrera aseguró que “no hay riesgo de accidente como que se caiga una cabina”. El sistema está diseñado con múltiples protocolos de seguridad y monitoreo constante, lo que permite parar las operaciones y realizar intervenciones cuando sea necesario.
Los fabricantes ofrecen asistencia técnica
Con la asistencia técnica del fabricante Dopelmayr, que cuenta con más de 100 años de experiencia en transportes aéreos, se asegura que el mantenimiento del TransMiCable siga los más altos estándares de calidad y seguridad. “Más del 50% de los colaboradores conocen el Sistema, pues vienen del operador anterior”, añadió Barrera.
Respecto a las inspecciones plurianuales, estas son las más exhaustivas. Involucran la revisión y posible recalibración de componentes críticos, asegurando que el sistema pueda funcionar de manera óptima por periodos prolongados. Estos mantenimientos son complementados con auditorías y revisiones por parte de organismos externos para garantizar la transparencia y la rigurosidad de los procedimientos seguidos.
Cada tipo de mantenimiento, aunque sustentado en principios similares, tiene niveles de profundidad distintos. La meta común es la inspección minuciosa para asegurar el correcto funcionamiento del sistema. Para Albert Barrera, la coordinación y la precisión son clave. “Todas las rutinas de mantenimiento cuentan con una lista de chequeo, donde según la tarea programada, se lubrica, se inspecciona, se verifica o se cambia, de ser necesario”, detalló.