Con la reforma pensional aprobada el 14 de junio de 2024 habrá nuevas reglas de juego en el sistema a partir del 1 julio de 2025, donde los pilares (contributivo, solidario, de ahorro voluntario y el semicontributivo) tendrán implicaciones para distintos grupos poblacionales. Al último (el semicontributivo) se refirió la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), que lidera José Ignacio López.
Según el centro de estudios económicos, este es uno de los pilares más importantes de la reforma, ya que cobijará de manera mayoritaria a trabajadores informales que componen más de la mitad de los trabajadores que hay en el país (56,3% en abril de 2024, según el Dane), y que dadas sus condiciones difícilmente logran cumplir el total de semanas cotizadas para acceder a una pensión.
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En primer lugar, Anif resaltó que la informalidad tiene una alta correlación con la posibilidad de contar con una pensión y con qué tanto estará protegido el adulto mayor durante su vejez. Lo anterior, debido a que, por definición, un trabajador informal no cotiza a seguridad social. Además, la informalidad, a la cual pertenece el 56,3% de los ocupados del país, impide tener trayectorias de empleo continuas para mantener un ahorro constante en los fondos de pensiones, sea público o privado.
En muchos casos los ingresos de los trabajadores informales son inferiores al salario mínimo, lo que los margina de la posibilidad de cotizar.
Lo que cobija el pilar semicontributivo
Con base en lo anterior, explicó la Anif que el pilar semicontributivo busca cobijar a esta población. Según lo aprobado en el Congreso de la República, este pilar acogerá a los hombres con 65 años de edad o más y las mujeres mayores de 60 años que hayan cotizado entre 300 y menos de 1000 semanas.
Asimismo, el grupo de integrantes del pilar se divide en dos:
- Los que además de tener esas semanas cotizadas hacen parte del pilar solidario (hombres de 65 años o más y mujeres de 60 años o más en situación de pobreza extrema, pobreza y vulnerabilidad).
- Los que no cumplen con los requisitos para acceder a este pilar, ya que cuentan con un poco más de ingresos.
Renta vitalicia
La entidad explicó que para el primer grupo, el pilar semicontributivo reconoce una renta vitalicia que, en el caso del componente de prima media, se compone de las cotizaciones realizadas con base en ingresos iguales o menores a 2,3 salarios mínimos legales mensuales vigentes ($2.650.000 actuales) traídas a valor presente con la inflación definida por el Dane, más el subsidio del pilar solidario. Es decir, “no se reconoce ningún tipo de rendimientos para este grupo poblacional”.
Por su parte, en el caso de que la persona haya ahorrado en fondo privado, se reconocerá la renta vitalicia con base en el saldo.
Para el segundo grupo, es decir, aquellos que no hacen parte de la población en situación de pobreza y vulnerabilidad, la mesada que recibirán también se calculará a partir del valor de las cotizaciones que el trabajador haya hecho, con base en ingresos iguales o menores a 2,3 smmlv traídas a valor presente con la inflación definida por el Dane, para el componente del régimen de prima media (RPM).
No obstante, a este grupo se le reconocerán rendimientos del 3% efectivo anual y un subsidio del 20% para los hombres, y del 30% para el caso de las mujeres. Si bien se reconocen rendimientos y un subsidio, desde Anif resaltan que el diseño del pilar semicontributivo puede empeorar las condiciones para esta población.
“Para ilustrar lo anterior, supongamos el caso de una mujer de 57 años de edad que ha cotizado 900 semanas por ingresos equivalentes a un smmlv ($1.300.000 actuales), lo ha hecho desde los 20 años y a los 60 decidirá solicitar la devolución del saldo que logró ahorrar”, explicó la entidad. En el Rais, bajo las condiciones actuales del sistema, así ella no cotice los últimos tres años antes de solicitar la devolución, su ahorro continuará generando rendimientos.
Para este caso, Anif calcula un ahorro equivalente a $113 millones constantes de 2024.
Graves problemas para las mujeres
Por otra parte, y tal como quedó definido en la reforma pensional, a los 57 años la mujer no podrá acceder al pilar semicontributivo y deberá esperar tres años más para acceder a la renta. En ese caso, el ahorro permanecerá estático y no generará ningún tipo de rendimientos.
Además, en comparación con los rendimientos promedio históricos de un fondo privado, que ascienden al 4,3%, el 3% ofrecido por la reforma es sustancialmente menor.
“Bajo ese escenario, nuestras estimaciones muestran que la mujer, a sus 60 años bajo el pilar semicontributivo aprobado, alcanzaría $50,3 millones menos de ahorro en comparación con el escenario donde hubiera continuado bajo el esquema del Rais. Incluso, con el beneficio de 30% sobre el saldo resultante propuesto por la ley, la mesada pensional será menor en nuevo sistema. Como se observa, este tipo de personas quedarían en peores condiciones que las actuales”, anotó.
De igual manera, mencionó que en el caso de los hombres, como el subsidio se reduce al 20%, también empeoran las condiciones en el pilar semicontributivo respecto al escenario donde se ahorra individualmente en un fondo de pensiones privado.
Condiciones que no se cambiaron
Asimismo, otro problema que reconoció Anif frente a este pilar es que no se cambian las condiciones para la población que cotizó menos de 300 semanas y que no se encuentra en situación de pobreza extrema, pobreza o vulnerabilidad. Por tanto, es una población que queda desprotegida, ya que no es lo suficientemente pobre para poder acceder a la renta básica solidaria, pero tampoco le alcanza para ser parte del pilar semicontributivo.
“Según el texto aprobado, esta población podrá recibir una indemnización sustitutiva o, en el caso de que tengan ahorros en el RAIS, la devolución de saldos. Sin embargo, luego de la entrada en vigor de la ley, todos quedan excluidos de la posibilidad de cotizar y generar rendimientos, como hubiera sucedido si se hubieran quedado en el régimen de ahorro individual”, aclaró la entidad.
Con todo esto, el centro de estudios económicos considera fundamental pensar en un mecanismo que reconozca el esfuerzo del ahorro hecho por esta población. Además, llamó la atención sobre la necesidad de repensar algunos parámetros para que el pilar semicontributivo sea más incluyente y beneficioso para la población que no logra alcanzar el requisito de cotización, debido a que, bajo el esquema aprobado, muchas personas podrían quedar en peores condiciones que las que tendrían bajo un ahorro individual en el sistema actual.