Joven víctima de robo en Transmilenio fue chantajeado con sus chats y fotos privadas: “Estuve en el infierno por tres días”

Durante al menos tres días, Julián vivió un infierno a manos de la banda delincuencial que hurtó su teléfono en el sistema de transporte masivo en Bogotá

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La banda llegó a contactarlo en por lo menos cuatro ocasiones para pedirle que desbloqueara su celular - crédito Johan Largo/Infobae
La banda llegó a contactarlo en por lo menos cuatro ocasiones para pedirle que desbloqueara su celular - crédito Johan Largo/Infobae

Desde que las aplicaciones de mensajería instantánea, billeteras móviles y galerías fueron incorporadas a los dispositivos móviles, las bandas dedicadas al hurto de celulares identificaron que podrían sacar mayor provecho a sus actividades ilícitas. Cuenta de ello es el relato estremecedor de un joven bogotano que, en la estación de la calle 22 (Transmilenio) fue víctima de tres hombres, quienes, bajo la modalidad de cosquilleo, lograron quedarse con su celular.

“Fui robado y acosado cibernéticamente en Bogotá por las mismas personas que me robaron y, la verdad, los últimos tres días han sido un infierno”, recordó Julián antes de revelar más detalles sobre su historia.

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Insiste que se trataría de un “complot” en el que “varias personas” lo “ficharon” desde que ingresó a la estación, ubicada en la avenida carrera 14, entre calles 22 y 24, (localidad de Santa Fe) y, de esta manera, lograron aprenderse su clave antes de abordarlo y sacarle el celular de la pretina.

Durante tres días, fue contactado por al menos cuatro números distintos - crédito @julianvr21/ TikTok

“No sabía bien cómo era la estación de la calle 22, si no, no me hubiera subido ahí, sino que habría ingresado al sistema por otra. El caso es que me robaron el celular y no lo apagaron. Por el contrario, lo desbloquearon, parecían tener todas mis claves y entraron a mis cuentas, mi información privada, mi galería”.

“En esa búsqueda desesperada, dieron con mis carpetas ocultas. Me comenzaron a extorsionar con las fotos que yo tenía y, no solamente eso, también con los chats. Alcanzaron a meterse a mi cuenta de Instagram y no entiendo muy bien cómo lo hicieron, porque yo cambié mis contraseñas, pero creo que fue porque la tenía enlazada con Facebook y sentían muy malotes amenazándome”, narró el joven afectado.

“Tanto que llegaron a contactarse conmigo desde cuatro números distintos, una vez logré hacer la reposición, pero supuestamente no era una amenaza, solo querían que desbloqueara el iPhone para que pudieran utilizar el celular y les dije que no”, explicó.

Incluso, la madre de Julián fue contactada por los ladrones - crédito Johan Largo/Infobae
Incluso, la madre de Julián fue contactada por los ladrones - crédito Johan Largo/Infobae

Fue entonces que empezaron a extorsionarlo. Le dijeron que compartirían sus supuestas fotos y chats privados con menores de edad, lo que Julián desestimó en su denuncia y, cuando notaron que estaba tomando el control de la situación, lo amenazaron con llegar a su casa, pues, en el celular estaba guardada su dirección.

Me dijeron que iban a venir, que estaban armados y me mandaron fotos de sus supuestas armas, pero lo peor fue cuando entraron en mi Instagram y empezaron a borrar mi contenido, a la par que miraban mis chats privados y le tomaron pantallazos”, narró.

Una situación a la que le dio largas hasta que contactaron a su mamá y empezaron a compartir con ella los screenshots de sus supuestas conversaciones con menores de edad y a decirle que publicarían varias denuncias en su contra.

Los ladrones no solo amenazaron con realizar falsas denuncias en su contra, también con llegar a su casa, armados - crédito Andina
Los ladrones no solo amenazaron con realizar falsas denuncias en su contra, también con llegar a su casa, armados - crédito Andina

Sin duda, esto fue ‘la gota que rebasó el vaso’ y llevó a que Julián cerrara sus cuentas en redes sociales e interpusiera una denuncia ante la Fiscalía. “No soy un santo, obvio he tenido conversaciones... pero no con menores de edad. A diferencia de ellos, soy una persona con valores y ya hice la denuncia”.

Un proceso que, sin embargo, tuvo que realizar de manera virtual, debido a que, al llegar a la Fiscalía, le cerraron la puerta porque ya eran las 4:00 de la tarde.

“Este robo no lo hace cualquiera. Seguramente me robaron quienes ya lo han hecho antes en la olla de la 22 y estoy asustado, porque no sé si vayan a seguir acosándome a mí y a mi mamá con toda la información que tienen sobre mí”, dijo el joven.

Al final, decidió ceder a las exigencias de sus verdugos, quienes se quedaron con el celular que utilizaba para su trabajo. Julián vive de la creación de contenido, algo de lo que también se aprovecharon, pues empezaron a vender sus fotos y videos privados a través de chat.

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