No cesan los problemas migratorios entre Colombia y Panamá, después de que el Servicio Nacional de Migración de ese país revelara este fin de semana que durante el 2024, con corte al 28 de junio, han atravesado la selva del Darién unas 197.389 personas de forma ilegal.
De hecho, los niveles de migración no se han logrado reducir, pues según informó Migración Panamá, solo en el mes de junio unas 27.375 personas lograron atravesar el tapón, de las cuales 21.747 son mayores de edad y unos 5.628 resultan ser menores de 18 años.
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En las cifras generales de migración de 2024, la autoridad migratoria aseguró que, según datos de Unicef, se encuentran 30.000 menores de edad, de los cuales aproximadamente 2.000 niños hicieron el recorrido solos o separados de sus familias por la peligrosa selva.
Asimismo, las autoridades confirmaron que los principales grupos nacionales que atraviesan esta región son: venezolanos, colombianos, ecuatorianos y chinos. “160 mil 621 personas de América del Sur, 19 mil 781 de Asia, 11,413 de Antillas, 5 mil 527 de África y 47 de otras regiones”, señaló Migración Panamá en un comunicado.
De hecho, ante los insistentes llamados sin mayores respuestas al Gobierno colombiano, el presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, anunció el viernes 28 de junio su intención de firmar un convenio con Estados Unidos para la repatriación de los migrantes que cruzan el tapón del Darién con el objetivo de llegar a ese país norteamericano.
Según indicó Mulino, buscará discutir este acuerdo con la delegación estadounidense liderada por el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, durante la toma de posesión presidencial el lunes. En una conferencia de prensa en la provincia fronteriza con Colombia, Darién, Mulino detalló que el acuerdo contemplaría la repatriación por vía aérea de migrantes principalmente de origen venezolano, ecuatoriano, colombiano y chino.
“Espero suscribir un convenio con Estados Unidos respetuoso y digno para que entre los dos países comencemos los procesos de repatriación de toda esta gente que está aquí acumulada”, afirmó el mandatario tras inspeccionar el campamento temporal de Lajas Blancas, donde al viernes se encontraban unos mil migrantes esperando el transporte hacia Costa Rica.
El presidente electo, quien asumirá el mandato el 1 de julio, se comprometió desde su campaña a cerrar el paso por el Tapón del Darién, una ardua ruta selvática que en 2023 fue transitada por más de quinientos mil migrantes.
Mulino planea desplegar cientos de policías fronterizos para bloquear los puntos de entrada en la selva utilizados por los migrantes. Mulino calificó la actual crisis migratoria como “de otra dimensión”, describiendo situaciones desgarradoras como niños pidiendo agua.
El mandatario también manifestó su preocupación por el impacto ecológico y económico que este flujo migratorio genera en el parque natural protegido del Darién y denunció que Panamá no puede tolerar esa situación. Además, insistió en la necesidad de presentar una queja internacional ante Naciones Unidas o de elevar una “voz de protesta grave”.
Por otro lado, un informe de la relatora especial de las Naciones Unidas, Siobhán Mullally, advirtió sobre los riesgos adicionales que enfrentan los migrantes en Colombia antes de cruzar al Darién, tales como la trata de personas y la violencia sexual. Las organizaciones delictivas que operan en la región también explotan a niños y jóvenes de comunidades afrodescendientes e indígenas, utilizándolos como guías y porteadores.
El nuevo presidente, acompañado de su equipo ministerial designado, visitó el lugar y obtuvo de primera mano una perspectiva de la ausencia de control y los desafíos humanitarios. Expertos señalan que el plan de repatriación propuesto por Mulino podría ser costoso y difícil de implementar a gran escala, considerando las limitaciones logísticas.