Preocupados se encuentran los bogotanos tras conocer el video con el que un particular expuso a un repartidor que se paseaba con un menor de edad en el interior de su maleta, de la empresa OHG Mensajería.
Lejos de ser una idea ingeniosa con la que se “ahorró” algo de espacio en el asiento, otros conductores insisten en que, tanto él como su acompañante, pusieron en riesgo la vida del infante. Y es que lo único que evitaba que abriera la nevera y cayera al suelo eran las cremalleras, ya que, incluso, el candado y las hebillas de seguridad iban abiertas para permitirle tomar algo de aire cuando faltara en la maleta.
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Una solución “peligrosa” sobre la que otros ciudadanos estarían solicitando masivamente, a través de las redes sociales, que se tomen correctivos para evitar que vuelva a registrarse, pues varias preguntas sobre el estado del niño aún siguen sin ser responderse.
En Colombia no existe una normativa clara sobre el transporte de menores de edad en motocicletas u otros vehículos de dos ruedas. Sin embargo, el decreto número 35 del 2009, establece en Bogotá y su área metropolitana una “restricción al tránsito en motocicletas, mototriciclos, cuatrimotos, motociclos, ciclomotores y motocarros. Restringir en el Distrito Capital el tránsito de motocicletas, mototriciclos, cuatrimotos, motociclos, ciclomotores y motocarros con acompañantes menores de diez (10) años y/o mujeres en estado de embarazo”.
“Ya no los trae la cigüeña, ahora llegan por domicilio”, “El que grabó debió haber denunciado. Esto puede ser un secuestro”, “¿Por qué el que graba no ayuda?”, “Llevan niños al jardín y los devuelven”, “¿Trata de personas?”, “Debieron haber filmado también la placa”, “A primera vista, se le mide a todo”, “No sea así, debió haber llamado a la Policía”, “Que miedo”, “¿Mensajería humana?”, se lee entre las reacciones a la publicación, varias de ellas preguntando por las medidas que deberían haberse tomado contra el conductor y su acompañante.
Recomendaciones para el transporte de niños en moto
Especialistas en movilidad y seguridad vial sugieren que los menores de 10 años no sean transportados como acompañantes en motocicletas. Esta recomendación se basa en la normativa vigente que, además de velar por la seguridad de los niños, impone sanciones a quienes infrinjan la ley.
Para los niños mayores de 10 años, es obligatorio cumplir con las medidas de seguridad adecuadas. Estos deben portar un casco y un chaleco que se ajusten correctamente a su tamaño. Asimismo, es importante que el menor de edad viaje siempre en el asiento trasero y no en la parte delantera del vehículo, evitando así situaciones de riesgo.
Otro aspecto relevante es la postura del menor durante el trayecto. Las piernas del niño deben ser lo suficientemente largas para alcanzar los posapies de la motocicleta. Además, debe mantenerse en el centro del asiento, sin inclinarse hacia los lados, lo que podría comprometer su seguridad y la estabilidad del vehículo.
Es fundamental que el menor entienda la importancia de mantenerse quieto mientras la motocicleta esté en movimiento. Movimientos bruscos o comportamientos lúdicos pueden distraer al piloto y provocar accidentes. Por esta razón, se debe instruir al niño sobre la conducta apropiada durante el viaje.
Finalmente, se recomienda que el menor esté siempre resguardado detrás del piloto, protegiéndose del viento y de otros factores que puedan interferir en su comodidad y seguridad.
Estas recomendaciones buscan reducir los riesgos asociados a la movilidad de menores en motocicletas y fomentar el cumplimiento de las normas de tránsito.
Joven que “salió” con un repartidor denunció que de todos los pedidos se robaba un bocado
Un relato compartido por el creador de contenido Santiago Rodríguez, también conocido como Santcholo, en su sección titulada ‘Las peores citas de mis seguidores’, ha generado una oleada de comentarios negativos sobre las prácticas inapropiadas de salubridad y conductas cuestionables en el ámbito laboral de las plataformas de delivery.
Una de sus seguidoras compartió su experiencia al conocer a un joven domiciliario a través de Facebook, con quien acordó una cita. Al verse, él la recogió en una moto con una caja de entregas de una reconocida aplicación. Sin embargo, la cita, que inicialmente parecía una invitación a comer, derivó en una ayuda no solicitada en las entregas de pedidos del joven.
La situación empeoró cuando el chico abrió un pedido de salchipapas, tomó una porción con las manos sucias y le ofreció una a su cita, asegurando que era una práctica “normal” y “nunca descubierta”. El relato continuó con otros pedidos, incluyendo una rebanada de pizza, en los que el repartidor aplicó una serie de técnicas ingeniosas y fraudulentas para encubrir su acción y ofrecer una apariencia de alimentos intactos.
La historia compartida por Santcholo generó gran preocupación, sobre todo entre clientes frecuentes de estas apps, por la manera en que serían manipulados sus alimentos; ya que, incluso, el joven repartidor llevaba sus propias cintas de seguridad para hacer pasar los alimentos por limpios.