Petro señaló que la reforma laboral “no es un capricho”, tras la advertencia que hizo Álvaro Uribe del proyecto

El debate en torno a la reforma laboral propuesta por el Gobierno tomó un nuevo giro tras las declaraciones del expresidente Álvaro Uribe Vélez, el domingo 30 de junio, en las que criticó la iniciativa de la administración gubernamental, señalándola como un intento de regresar a políticas del pasado sin considerar la realidad económica actual.

En respuesta, el presidente Gustavo Petro utilizó sus redes sociales para ofrecer una defensa detallada de su propuesta, por lo que desafió las críticas del ex jefe de Estado y expuso su visión sobre el futuro del trabajo en Colombia.

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A pesar de que el Congreso está actualmente en receso legislativo de mitad de año y se reanudará con la nueva legislatura el 20 de julio, la reforma laboral pasó exitosamente su primer debate y continuará su curso en el próximo periodo legislativo, donde deberá ser discutida y aprobada en tres debates adicionales.

Por medio de un video compartido en plataformas digitales, el expresidente Uribe Vélez expresó su preocupación por los efectos de la reforma laboral en la economía y el empleo en Colombia. “La reforma laboral, por costos y pánico a empleadores, estimula más la informalidad y no crea empleo de calidad. Además, sin más empleos habrá más oferta de trabajadores y menos buenas condiciones laborales”, afirmó Uribe

En su mensaje, Uribe señaló que la reforma laboral actual “estimula más la informalidad y no crea empleo de calidad”, además de afirmar que la propuesta no introduce nuevos incentivos para los empleadores. El líder del Centro Democrático también cuestionó la necesidad de derogar normativas laborales existentes, las cuales, según él, fueron establecidas durante su presidencia.

Según el exmandatario, la iniciativa gubernamental es una reminiscencia de las políticas del pasado, caracterizadas por la confrontación y el “odio comunista”, y sugirió que hay otros caminos para mejorar las condiciones laborales, como el aumento del salario y la reducción de la jornada laboral.

“La reforma no crea recargos, sino que aumenta los existentes”, declaró Uribe, al destacar que la medida podría obstaculizar la flexibilidad laboral y la contratación en el país. Además, hizo referencia a la supuesta amenaza que representa para el empleo y la economía nacional, con el argumento de que otras estrategias como el aumento del salario mínimo podrían beneficiar más a los trabajadores sin desalentar a los empleadores.

En reacción a estas palabras, el presidente Gustavo Petro utilizó su cuenta en la red social X (antes Twitter) para defender la reforma laboral y rechazar las críticas de Uribe. En su mensaje, el mandatario destacó que “la reforma laboral no es un capricho. En el gobierno Uribe y anteriores, se pensó que la ganancia del empresario aumentaba si se alargaba la jornada, desaparecía el festivo y se deterioraba el salario relativo”.

“Quiero cambiar esto y poner a Colombia en la senda de la productividad”, afirmó Petro, subrayando la importancia de expandir la educación pública como un medio para mejorar la productividad y la riqueza nacional.

Petro continuó explicando su propuesta, al destacar que “en las sociedades modernas la explotación se da vía incremento de calidad de los medios de producción; bajo este concepto, si se organiza el trabajador, puede generar altos salarios, menos horas de trabajo y más calidad de vida, sin que disminuya la ganancia del empresario; al contrario, esta aumenta sustancialmente por la alta productividad”.

El mandatario también lamentó lo que describió como “torpeza económica y egoísmo social” por parte de las élites económicas y políticas del país, responsabilizándolas de mantener a Colombia como el país más pobre de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) con la jornada laboral más larga y la menor productividad. En contraposición, propuso un pacto nacional centrado en la productividad y la educación pública como pilares para el desarrollo económico y social del país en el siglo XXI.