No se detiene la polémica por los recientes ataques del presidente Gustavo Petro contra la prensa colombiana, después de que se revelara la presunta red de tráfico de influencias que estaría liderando el hermano de una de las mujeres más poderosas del Gobierno nacional, Laura Sarabia.
De hecho, después de que el presidente acusara a la periodista María Jimena Duzán de realizar un “periodismo Mossad” —refiriéndose al entrenado grupo de inteligencia israelí con capacidad de infiltrarse para desestabilizar Gobiernos e impedir posibles ataques terroristas—, Petro apareció en la mañana del domingo 30 de junio para justificar sus airados comentarios contra la prensa y a la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip).
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Según indicó en su cuenta de X, sus comentarios son una respuesta a los ataques que, según él, ha recibido por parte de los medios de comunicación colombianos que no están alineados con su Gobierno y que han pretendido “desprestigiar” sus acciones.
“Tengo todo el derecho humano de defenderme de la mentira y la calumnia. A veces se cree, que por ser de izquierda, puedo ser destruido ante la opinión pública con la falsedad, pues mal haría en enseñarle a la sociedad que congenio con esa práctica. Hace unas décadas se asesinaba a las personas que pensaban diferente, hoy, con otras prácticas, se hace lo mismo”, criticó.
De hecho, el mandatario aseguró que, a lo largo de su trayectoria política, nunca ha contado con el apoyo de los grandes medios de comunicación, a pesar de las investigaciones que ha adelantado desde el Congreso de la República, cuando fue legislador.
“A mí me correspondió asumir durante una década la denuncia de la gobernanza paramilitar y pocos, muy pocos, periodistas me acompañaron. Era riesgoso en verdad, pero había una realidad objetiva detrás que lo impedía: quienes ordenaban el paramilitarismo eran gente de poder. El gran capital tiene periodismo, lo paga, tiene la mayoría de los medios, la gente trabajadora y humilde no”, aseguró.
Sin embargo, entre varios sectores políticos creció la indignación hacia el presidente Gustavo Petro, después de que el concejal de Bogotá, Daniel Briceño, hiciera pública una alianza del sistema público de medios Rtvc con el canal oficialista del Gobierno del régimen venezolano de Nicolás Maduro, Telesur.
Según insinuó el cabildante capitalino, el mandatario estaría trabajando para cambiar su imagen a través de los recursos públicos, ahora apoyado por Venezuela y los canales que se han alineado con el continuismo de Maduro, al que han catalogado como dictadura.
“Mientras el presidente ataca a los medios de comunicación y a los periodistas de Colombia llamándolos ‘prensa Mossad’ en RTVC firman convenios de asociación con TELESUR en Venezuela. Esa es la “libertad” de prensa que les gusta”, critico el concejal.
Según denunció Briceño, se trata de un convenio de cooperación que tendrá vigencia hasta el 31 de diciembre de 2026 y que fue aprobado por la entonces gerente de Rtvc, Nórida Rodríguez, con el objetivo de “aunar esfuerzos para el desarrollo de actividades, programas, productos, proyectos y servicios de interés recíproco propios de sus objetivos y funciones, con miras al aprovechamiento regional, generando experiencias conjuntas de apropiación social del conocimiento que permitan la divulgación del patrimonio cultural de la región suramericana”.
Aunque la alianza no supone recursos iniciales, sí da vía libre para que Rtvc disponga de presupuestos para adelantar productos audiovisuales en favor de los gobiernos colombiano y venezolano, lo que ha despertado el malestar de internautas y miembros de la oposición.
Entretanto, Gustavo Petro también aseguró que supuestamente la información emitida por la prensa no está basada en la realidad, sino en los intereses políticos y económicos de los grandes grupos empresariales, restando importancia a la información emitida por los principales medios de comunicación.
“La perspectiva del gran capital, su visión sobre las pensiones, la salud, los grandes negocios, con lo público se irradia masivamente, la visión desde la mujer trabajadora, desde la región excluida, desde la víctima del olvido, desde el viejo sin pensión no puede expresarse. Cuando los jóvenes quisieron expresar sus ilusiones y esperanzas, fueron tratados “periodísticamente” como terroristas y criminales”, aseguró.
Sin embargo, el presidente aseguró que sus afirmaciones no buscan que las notas de prensa se alineen con su Gobierno, aunque sus recientes declaraciones por investigaciones en contra de una de las mujeres más poderosas del Ejecutivo pusieron en duda sus palabras.
“No me interesa un periodismo adocenado a mi gobierno, cuando el periodismo descubre hechos irregulares que yo no he visto, actúo de inmediato; pero cuando la calumnia se generaliza, al señalarme de prácticas antidemocráticas, sin ninguna prueba, como “las chuzadas” de las que fui yo mismo y mi familia víctima, o de inventarse “links” inexistentes para generar la imagen de un presidente corrupto, o una especie de tonto que nombra o desnombra por consejas, no”, criticó.