En medio de los esfuerzos para mantener el orden en Barranquilla, el ‘Plan Lluvias’ implementado por la Policía Metropolitana demostró su eficacia. El sábado 29 de junio se realizó la captura de cuatro individuos y la aprehensión de un menor de edad por su participación en una asonada.
Durante altercados en la localidad Metropolitana, las unidades de reacción motorizada de la Policía actuaron de manera rápida. Estas unidades están compuestas por personal de vigilancia, Undmo, Prevención y Educación Ciudadana, y Tránsito. Su presencia en las zonas históricamente conflictivas es clave para controlar este tipo de situaciones.
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Los arrestados se encontraban involucrados en enfrentamientos utilizando armas blancas y objetos contundentes. Según la Policía, estas capturas fueron vitales para prevenir posibles lesiones personales, daños a la propiedad e incluso homicidios.
El ‘Plan Lluvias’ no solo se enfoca en el control, también incluye un fuerte componente de prevención. Este trabajo preventivo, fundamental para reducir los enfrentamientos entre jóvenes, es coordinado por el Grupo de Prevención y Educación Ciudadana en colaboración con la Oficina para la Seguridad y Convivencia Ciudadana de la Alcaldía Distrital.
“Si bien el ‘Plan Lluvias’ es de control, existe un trabajo de prevención que ha contribuido a la disminución de estos enfrentamientos. Es realizado por el Grupo de Prevención y Educación Ciudadana, en coordinación con la Oficina Para la Seguridad y Convivencia Ciudadana de la Alcaldía Distrital”, indicó la Policía en un comunicado.
La Policía también destacó que “son varios programas en los que se vinculan a los jóvenes y se les motiva a permanecer en entornos educativos, productivos y crear un proyecto de vida. Pero también existe un componente investigativo que busca judicializar por distintos delitos a quienes hagan parte de estos enfrentamientos”.
Víctimas de enfrentamientos bajo la lluvia
La violencia en Barranquilla y su área metropolitana continúa dejando heridas profundas en la comunidad, especialmente entre los jóvenes. La noche del miércoles 26 de junio, en el barrio La Candelaria del municipio de Soledad, se produjo un trágico enfrentamiento a las 8:00 p. m. en la transversal 12D con calle 55A.
Bajo un aguacero y la oscuridad, un grupo de jóvenes se enfrascó en una violenta disputa que terminó con tres personas heridas, entre las que se encuentra una menor de edad en estado crítico. El conflicto, en el que se usaron piedras, machetes y balazos, alcanzó un punto crítico cuando uno de los involucrados disparó un arma de fuego, por lo que hirió a tres personas.
Saidy Andrea Fontalvo Caicedo, una menor de 15 años que no participaba en la pelea y se encontraba bajo el techo de una terraza, recibió un disparo en el rostro. La bala se alojó en su médula espinal, que le causó lesiones gravísimas. Fue trasladada de urgencia a un centro asistencial, donde su pronóstico sigue siendo reservado.
Los otros dos heridos fueron Óscar Enrique Cervantes Cantillo, de 69 años, y Óscar Enrique Cervantes Escorcia, de 38 años, quienes al parecer son padre e hijo. Ambos también resultaron víctimas colaterales del tiroteo.
Este incidente se suma a una serie de episodios violentos que han azotado la región. Un caso similar ocurrió el pasado 4 de mayo en el barrio El Bosque de Barranquilla, donde un adolescente de 15 años murió tras recibir una pedrada en la cabeza durante una pelea entre pandillas.
La creciente violencia tiene a la comunidad atemorizada. En las zonas populares, los enfrentamientos entre jóvenes armados se están convirtiendo en una triste rutina, generando un clima de inseguridad y miedo.
Las autoridades locales expresaron su preocupación por la escalada de violencia y prometen aumentar los esfuerzos para detener esta ola de inseguridad que sigue afectando a tantas familias. En este sentido, se anunciaron medidas adicionales de vigilancia y programas preventivos para abordar las raíces del problema y ofrecer a los jóvenes varias alternativas alejadas de la violencia.