Barranquillera se hace viral por negarse a que diagnóstico de cáncer terminal aguara su fiesta de 50 años

Entre amigos y familiares, la barranquillera Gloria Espinosa escribió el final de su historia el pasado miércoles, 26 de junio, luego de que los médicos de su tratamiento contra el cáncer le dijeran que tenía entre tres y seis semanas de vida.

Gloria fue diagnosticada en el 2012 con liposarcoma mixoide, un extraño tipo de cáncer que ataca las células que almacenan el tejido grasos del cuerpo y, desde entonces, se ha enfrentado a múltiples cirugías, quimioterapias y radioterapias.

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Sin embargo, en 2020 le informaron que su tratamiento dejó de funcionar y, desde entonces, su salud fue desmejorando hasta que, en su última visita al médico, fue desahuciada. Una noticia que, sin embargo, no logró desanimarla a celebrar su cumpleaños número 50, en el que, con una valentía de admirar, despejó toda duda sobre su vida y cómo se siente sabiendo que podría terminar en cualquier momento:

“Una de las preguntas que me hacían era qué haría en caso de que Dios me dijera que tenía más tiempo de vida, pero en estas circunstancias. Y yo contesté que mi respuesta sería no. Realmente, estoy más preparada para irme que para quedarme. Llevo 12 años en los que no me he arrugado ante nada, que todo lo que me han dicho lo he hecho y no me quedo con nada, ni tiro la toalla”, manifestó.

Y es que, como admitió frente a todos, “en 2012 comenzó mi lucha contra el liposarcoma. Pasaron siete años de controles rigurosos hasta que los tratamientos ya no funcionaron. Ahora tengo cinco tumores, el más grande mide 26 centímetros y afectan varios órganos vitales”.

Lejos de sentirse triste o derrotada, Gloria agradece haber mantenido la calidad de vida a la que estaba acostumbrada hasta el último momento, y que el malestar y los dolores propios de la enfermedad aparecieron horas antes de conocer la noticia sobre su inminente deceso y no antes:

“Me voy tranquila, la última palabra ya la tuvo Dios. Es lo que yo le pedí. Le pedí calidad de vida y hasta hoy la estoy teniendo. Le pedí que me llevara cuando me empezaran los dolores, y ya, me empezaron el lunes y el martes me dieron el último diagnóstico. Me siento agradecida con Dios, con la vida y con ustedes que han sido mi familia, porque cada una sabe todo lo que me ha tocado vivir y guerreármela, pero no me han faltado ni un solo día”.

El cáncer se ha consolidado como una de las principales causas de muerte en las Américas. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el año 2020, esta enfermedad provocó cuatro millones de muertes en la región. En Colombia, la situación es especialmente preocupante, ya que el cáncer es la segunda causa de muerte, solo superada por las enfermedades cardiovasculares.

Además, en 2020, el Observatorio Global del Cáncer (Globocan) reportó más de 113 mil nuevos casos de cáncer en Colombia. Los tipos más comunes fueron cáncer de mama (15,509 casos), próstata (14,460 casos), colon y recto (10,783 casos), estómago (8,214 casos) y pulmón (6,876 casos). A pesar de los avances en investigación y tratamientos, la incidencia de esta enfermedad continúa en aumento.

El cirujano oncólogo de mama y tejidos blandos, Carlos Lehmann, explicó a Infobae Colombia que la expectativa de vida ha aumentado significativamente, lo que conlleva una mayor probabilidad de aparición de cáncer. “En el siglo 19 la expectativa de vida era de 29 años, ahora en Colombia es de 75 y 76 años. En países como Noruega y Suecia el promedio es de 82 años. Entre más longevos seamos, más cáncer vamos a tener”, afirmó Lehmann.

El Instituto Nacional de Cancerología estimó que en 2021, un 41% de los nuevos casos de cáncer correspondieron a adultos mayores de 65 años, y la mitad de estos pacientes pertenecían al régimen subsidiado de salud. Esto plantea un gran reto para el sistema de salud del país, que a veces enfrenta la falta de recursos y la desigualdad en la disponibilidad de servicios médicos, complicando el manejo de la enfermedad en etapas avanzadas.

Los especialistas de la Clínica del Country subrayan la importancia de llevar un estilo de vida saludable y obtener un diagnóstico temprano. Muchas veces, la falta de concientización sobre la importancia de chequeos regulares es un obstáculo significativo en la lucha contra el cáncer, pues la detección suele ocurrir cuando la enfermedad ya ha avanzado.

El cáncer de mama es uno de los tipos más comunes y afecta significativamente a las mujeres en todo el mundo. En 2020, se registraron casi 16 mil nuevos casos en Colombia con un saldo de 4,500 muertes. Lehmann indicó que los tratamientos actuales son más efectivos y menos invasivos, destacando la menor necesidad de quimioterapia y el uso de terapias hormonales y dirigidas.

El cáncer de próstata también representa un gran desafío, con un alto porcentaje de hombres afectados a partir de los 80 años. El urólogo oncólogo Juan Camilo Ospina recomienda chequeos periódicos a partir de los 40 o 50 años, especialmente si existen factores de riesgo como antecedentes familiares.

Para el cáncer de pulmón, aunque a nivel mundial es una de las principales causas de muerte, el oncólogo Kelman Ojeda señala que en el 90% de los casos está vinculado al tabaquismo. Sin embargo, ha aumentado la incidencia en no fumadores, lo que requiere estrategias de detección temprana.

El cáncer de cérvix es uno de los pocos que se pueden prevenir. La vacunación contra el papiloma humano y chequeos médicos regulares son esenciales para su detección. El doctor Henry Rodríguez, de la Clínica del Country, enfatiza la importancia de estos métodos para reducir la incidencia y mortalidad.

El cáncer gástrico, aunque menos común, es igualmente letal. El oncólogo Andrés Muñoz alerta sobre sus síntomas y destaca la importancia de tratamientos integrales que incluyan la resección endoscópica y las terapias pre y postquirúrgicas necesarias.

Finalmente, el cáncer de colon y recto tuvo 10,783 casos nuevos en 2020 en Colombia. Juan Carlos Velásquez, médico internista, destaca la necesidad de hábitos saludables y atención médica temprana, especialmente ante factores de riesgo como antecedentes familiares y dietas poco saludables.

El conocimiento y la acción temprana son cruciales para abordar este problema de salud pública. Aunque todavía no exista una cura definitiva para el cáncer, la detección precoz y los tratamientos avanzados son las herramientas más efectivas en la actualidad.