Las lluvias en el país se han intensificado en la última semana, y ciudades como Barranquilla son las más afectadas por los problemas continuos de arroyos que presenta, los cuales han perjudicado vehículos y casas recientemente. El 28 de junio, las autoridades empezaron la búsqueda de un menor de nueve años que desapareció luego de caer a un arroyo que atravesaba el barrio El Bosque, en el suroccidente de la capital del Atlántico.
Según información de la comunidad, el menor se encontraba jugando fútbol con sus amigos cuando la pelota salió dirigida hasta la zona del arroyo. El niño, al intentar recuperarla, cayó y fue arrastrado por la corriente.
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El capitán Jaime Pérez, comandante del Cuerpo de Bomberos, en entrevista con Noticias Caracol, dijo que avanzan con la búsqueda, pero no ha dado resultado.”En estos momentos el Cuerpo de Bomberos está ejerciendo una búsqueda por toda la zona aledaña, donde presumimos que se fue el niño en el arroyo. Igualmente, personal de Ponalsar, de Gestión del Riesgo, está realizando las gestiones para tratar de rescatar al menor”, resaltó.
La Policía Metropolitana de Barranquilla, de la mano con los habitantes de la comunidad El Bosque, desplegó un operativo de búsqueda que se extiende por las diferentes ramificaciones del arroyo; sin embargo, son conscientes de las complicaciones del terreno para hallar al menor.
En mayo, una de las principales vías de Barranquilla quedó colapsada tras un fuerte aguacero que afectó en mayor medida a la carrera 65, entre las calles 85 y 86. Según la ciudadanía, por medio de las redes sociales, un carro y un bus con pasajeros a bordo se hundieron al intentar cruzar por el sector.
La comunidad se solidarizó con la situación y trató de apoyar a los conductores para que pudieran salir del lugar, por lo que no hubo reporte de personas lesionadas; sin embargo, hubo significativas pérdidas materiales.
En el mismo mes, un hombre de 51 años de edad fue arrastrado por el arroyo El Salado, Atlántico. La víctima fue identificada como Raúl Valencia, que se sentó en la orilla, pero ante su alto grado de alicoramiento, cayó a las aguas y la corriente se lo llevó.
Según los vecinos de la zona, Valencia tenía como costumbre lanzarse por ese afluente cada vez que llovía; sin embargo, fue sorprendido por la fuerza de este, y la comunidad comenzó a gritarle para que saliera del lugar, pero su cuerpo desapareció.
La Alcaldía de Soledad, por medio de un comunicado, informó: “De acuerdo con las informaciones obtenidas por el Comité local de Atención y Prevención de Riesgos, se encontraba, al parecer, en estado de alicoramiento y se acostó sobre la vía sin prever la arremetida de las aguas del arroyo El Salao en el sector de Villa de las Moras”.
Alexis Rodríguez, coordinador de la Oficina de Gestión de Riesgos y Desastres de Soledad, aprovechó la situación para lanzar un llamado de conciencia y dar recomendaciones a los habitantes: “Mucho cuidado con los arroyos, mucha prevención. Mucho cuidado con los niños. Y lo más importante, no lanzar basura a los arroyos y ser muy respetuosos con estas escorrentías, las cuales tienen mucha fuerza y nos pueden arrastrar”, dijo.
Rodríguez agregó que la oficina de Salud pública dispuso de un equipo de profesionales para brindar apoyo psicológico a los familiares de Raúl para el acompañamiento correspondiente en todo el proceso, en especial a su madre, que es una persona de la tercera edad y es difícil que supere la situación.