El 29 de junio de 2024, la Santa Sede dio a conocer los dos nuevos nombramientos episcopales en la Iglesia católica.
El padre Edwin Raúl Vanegas Cuervo, que desde el 10 de abril era vicario episcopal territorial de San José en esta misma jurisdicción, fue nombrado obispo auxiliar de Bogotá. Por otro lado, el obispo auxiliar de Bogotá desde agosto de 2021, monseñor Germán Medina Acosta, fue designado por el papa Francisco como obispo de la diócesis de Engativá.
El padre Edwin Raúl Vanegas Cuervo, el 4 de diciembre de 1999, fue ordenado sacerdote en la arquidiócesis de Bogotá por el cardenal Pedro Rubiano Sáenz. El ahora obispo auxiliar de la capital del país es especialista en teología fundamental de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma en 2009, licenciado en teología de la Universidad Pontificia Bolivariana en 2011 y adelantó estudios doctorales en teología en la Universidad Pontificia Comillas, Madrid en 2015.
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En el 2018 fue rector del Seminario Mayor, y posteriormente acompañó a las comunidades urbanas y rurales de la vicaría de San José, ubicada en el sur oriente de Bogotá.
Por otro lado, el nuevo obispo de la diócesis de Engativá, monseñor Germán Medina Acosta, fue ordenado obispo auxiliar de la arquidiócesis de Bogotá el 14 de agosto de 2021 por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia.
Germán Medina es licenciado en teología, en 1989, de la Pontificia Universidad Javeriana; magíster en psicología comunitaria, en 1996; y especialista en ética y pedagogía de valores, en 1998, de la misma universidad.
En 2014, fue miembro del Consejo Presbiteral, párroco en San Juan de Ávila en el 2015, miembro del Consejo Presbiteral, en representación de la Vicaría Episcopal Territorial de San Pedro y animador del equipo arquidiocesano para la formación permanente en 2016; finalmente, se desempeñó como obispo titular de Aradi y obispo auxiliar de Bogotá, ordenada por el papa Francisco.
A principios del mes de junio, en Vatican News, un servicio ofrecido por el dicasterio para los temas de comunicación de la Iglesia católica, se publicó un comunicado titulado ‘Escuchar el grito de la tierra y de los pobres en Colombia’. En este, se pide identificar las oportunidades de colaboración para alcanzar la paz en el país. Este mensaje fue dirigido por el papa Francisco al Grupo de Trabajo por Colombia, donde se reunieron 17 miembros de Estados Unidos, Europa y América Latina.
Cáritas también se comprometió ante el papa Francisco, argumentando que mientras estén en el país priorizará “escuchar de manera sinodal el grito de la tierra y el grito de los pobres”, enfatizando que el compromiso de la Iglesia católica es con los indígenas y las personas menos favorecidas.
“Frente a fenómenos como el narcotráfico, la violencia, la corrupción y la desigualdad que condicionan significativamente la búsqueda de la justicia social en Colombia, la Iglesia está comprometida con la búsqueda de respuestas para hacer menos difícil y dramática la vida de campesinos, indígenas, afrodescendientes y sectores populares en las zonas urbanas”, dice el texto.
El Grupo Trabajo por Colombia se inauguró en el 1997, y tiene como objetivo analizar la realidad que se vive en el país, identificando oportunidades de trabajo que logren consolidar la paz. “El GTC trabaja especialmente por la consolidación de la paz y la justicia social en el país latinoamericano. A pesar de los avances en la distribución de la tierra, la lucha contra la desigualdad y la búsqueda de una solución pacífica al conflicto armado, aún no se han producido cambios profundos capaces de fortalecer la esperanza de los más pobres”, indica la Iglesia católica.