El presidente Gustavo Petro informó que el Instituto Colombiano de Medicina Legal y Ciencias Forenses confirmó que la sotana que un obrero tuvo guardada desde la década de los 70 perteneció al sacerdote bogotano Camilo Torres Restrepo. El también sociólogo y líder político colombiano es recordado por integrar las filas del Ejército de Liberal Nacional (ELN).
“Informo al pueblo Colombiano y latinoamericano, a la Iglesia Católica, y a todas y todos los luchadores sociales del mundo, que hemos confirmado científicamente en medicina legal, que la sotana guardada por un obrero desde la década de los sesenta, antes que el sacerdote Camilo Torres Restrepo partiera a la insurgencia del ELN y a su muerte, y entregada a mí, en semanas pasadas por el cuidador, es efectivamente la sotana del padre Camilo Torres Restrepo”, afirmó el primer mandatario en X (antes Twitter).
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El jefe de Estado quiso mantener su memoria viva con la frase: “El amor resiste”. Sus declaraciones generaron polémica en la red social, debido a que algunos internautas consideraron que está haciendo apología al “crimen” y al “terrorismo”. Esto, teniendo en cuenta que el sacerdote hizo parte de una guerrilla responsable de varios actos criminales y que ahora está adelantando un proceso de paz con el Gobierno nacional.
El sacerdote Camilo Torres se unió a las filas del grupo armado en octubre de 1965, según el Banco de la República, y anunció públicamente su participación en la guerrilla hasta un año después, en enero de 1966. Sin embargo, un mes después de que se conociera su integración al ELN, fue abatido. Murió el 15 de febrero de 1966, en una operación militar llevada a cabo por la Quinta Brigada del Ejército.
La historia del primer sacerdote guerrillero
De acuerdo con Isabel Restrepo Gaviria, madre del difunto sacerdote guerrillero, Camilo Torres se caracterizó por ser “rebelde” desde niño. Por eso, fue el único de sus cuatro hijos que recibió “unas cuantas nalgadas” por parte de ella, debido a su comportamiento. Sin embargo, según detalló en una entrevista con la agencia Prensa Latina en Cuba, destacó en el sector académico por su inteligencia.
En 1947, mientras se formaba como profesional en Derecho, decidió convertirse en sacerdote. Años después, en 1954, recibió su ordenación. “A los 25 años se ordenó como clérigo secular, después de haber realizado unos estudios brillantes. El cardenal me llamó y me dijo que era un muchacho muy inteligente, con una inteligencia superior, y que lo iba a enviar a la Universidad de Lovaina. Marchamos entonces para allá. Nos pagaron los gastos”, detalló Isabel Restrepo en la entrevista.
Su ingreso al ELN no fue en realidad una sorpresa para su madre. “Yo comprendí que tenía que irse para las montañas”, aseguró su progenitora. Sabía que eso pasaría teniendo en cuenta que siendo sacerdote ya había generado mucha controversia por sus opiniones, tanto así, que ya no le permitían hablar “en ninguna parte”. Entonces, sin decir a dónde iba, se fue de su casa y entró a la guerrilla.
“Como estaba acostumbrada, no le presté mucha atención. Esa noche no se me ocurrió pensar que podía pasarle nada malo. Fue a fines de octubre de 1965. En la guerrilla, él no dejaba, según me han contado compañeros suyos, que le hicieran nada. Ni que le lavaran la ropa ni el plato. Él ayudaba en todo”, detalló.
Su propósito con apartarse de ciertas tareas y buscar la “revolución”, según detalló en su primer manifiesto publicado en el periódico Frente Unido en 1965, era brindar amor. “Yo he dejado los privilegios y deberes del clero, pero no he dejado de ser sacerdote. Creo que me he entregado a la revolución por amor al prójimo. He dejado de decir misa para realizar ese amor al prójimo, en el terreno temporal, económico y social. Cuando mi prójimo no tenga nada contra mí, cuando haya realizado la revolución, volveré a ofrecer misa”, aseveró entonces.