En 2024, Netflix lanzó Hermanos por accidente, un documental dirigido por Alessandro Angulo Brandestini que narra la impactante historia de dos parejas de gemelos que fueron intercambiados al nacer en Bogotá hace 33 años.
El documental, producido por Laberinto, explora las vidas de Jorge y Carlos Bernal y William y Wilber Cañas, quienes crecieron en ambientes distintos, sin saber que sus verdaderas familias biológicas eran otras.
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Desde Infobae Colombia entrevistamos a Diana Camargo B., productora general del documental, quien detalló el proceso narrativo y técnico que implicó la realización de esta obra. Según Diana, la motivación para contar esta historia en profundidad surgió porque, aunque ya se había tratado en otros programas, estos se enfocaban más en la anécdota y menos en las personas involucradas.
“El documental te permite indagar con mayor profundidad y explorar más elementos y variables de una historia. Encontramos, la producción, que acá había muchos aspectos interesantes para explorar, conocer a los hermanos con mayor profundidad y también elementos como la genética, la influencia del contexto cultural, la educación, las familias, el contexto del campo y de la ciudad.”
Para lograr un relato auténtico, el equipo de Laberinto pasó por un riguroso proceso de preproducción. Diana explicó que lo más importante era ganar la confianza de los gemelos y sus familias para que pudieran compartir sus vidas. Esto implicó numerosas reuniones de investigación con el co-guionista Diego Chalela, el director Angulo, y el periodista Juan Guillermo Mercado, de Séptimo día.
“Luego empezamos a hablar con las familias, con la madre de los gemelos de Santander, hermanos y hermanas y amigas. Fue un proceso de indagación muy interesante que nos reveló líneas temáticas importantes, ayudándonos a construir lazos de confianza fundamentales. Fueron meses intensos y muy interesante”.
La anécdota de cómo los hermanos se encontraron después de 25 años fue esencial para captar la atención del público desde el principio. Laura y Yanet, las amigas que iniciaron la investigación, jugaron un papel crucial en esta narrativa, dando un punto de entrada atractivo y empático para el espectador.
Camargo también mencionó el desafío de encontrar la estructura narrativa adecuada. La forma en que se presentarían las reacciones y personalidades de los hermanos fue un aspecto delicado, ya que cada uno procesó la situación a su manera y ritmo.
Camargo destacó la colaboración del equipo, incluyendo a los editores María Clara García y Esteban Muñoz, para lograr una representación justa y conmovedora de cada individuo: “Lo más difícil fue encontrar la línea narrativa. Cómo mostrar la reacción de todos los hermanos, con mucha delicadeza”.
En el documental se puede apreciar las dinámicas de cada uno de los hermanos, su aceptación y conflictos emocionales y psicológicos, al momento de darse cuenta de que su vida familiar cambió.
En cuanto al interés en el género documental, Diana señaló que Laberinto tiene experiencia en encontrar personajes e historias de vida interesantes que ofrecen un punto de vista positivo y diferente: “Nos ha interesado mucho las personas y las cosas que les inquietan. A veces son anécdotas que cambian el curso de la vida, a veces son sueños que se persiguen hasta que se logran, en fin. Hay muchas posibilidades en el universo documenta”.
Laberinto ha logrado éxito con documentales musicales debido a la rica tradición cultural de Colombia. Sin embargo, en esta ocasión, el enfoque en las vidas de los hermanos Bernal y Cañas y su forma de enfrentar la adversidad presentó un motor narrativo poderoso.
El mensaje del documental es claro: resiliencia y perdón. Según Diana, “nos habla de la familia, la construcción de una familia, la manera de aceptar a las demás personas y aprender de ellas.” A través del documental, se espera mostrar que Colombia está llena de historias humanas y familiares que merecen ser conocidas, y que es posible realizar documentales que conecten emocionalmente con el público.
El equipo detrás de Hermanos por Accidente incluyó en la dirección de fotografía a Alfredo Ruíz y Carlos Hernández, en la dirección de arte a Iván Hartmann, y en la dirección musical a Alejandro Reyes y Lorenzo Caballero, entre otros profesionales destacados. La postproducción de sonido fue realizada por Sonata Films y la de imagen por 2.35 Digital. La película fue financiada a través del Fondo Fílmico Colombiano (FFC) de la Ley 1556, administrado por la Comisión Fílmica de Colombia.
Camargo concluyó la entrevista destacando el valor de mostrar perspectivas positivas y diversas de la realidad colombiana, brindando así al mundo una visión más completa y humana del país.