El trabajo conjunto entre investigadores de la Policía Metropolitana de Bogotá y la ciudadanía, especialmente de la localidad de Santa Fe, en la zona centro, permitió que a menos de una semana de su hurto en un concesionario, ocho motos y dos patinetas eléctricas fueran recuperadas en un parqueadero clandestino.
Así lo informaron en las últimas horas agentes de la Policía que desde el pasado miércoles 19 de junio y hasta el lunes 24 estuvieron siguiéndole la pista a los delincuentes que con una barra metálica rompieron las puertas de vidrio del concesionario afectado.
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En una camioneta, los siete delincuentes lograron transportar los vehículos hurtados en cercanías al centro comercial Unicentro e intentaron esconderlos en el centro de la ciudad, hasta donde llegaron las autoridades con ayuda de los vecinos del sector y sus denuncias telefónicas.
“Gracias también a la denuncia pública y el aporte de la ciudadanía, se pudo dar con la recuperación de seis motocicletas y dos patinetas eléctricas. Los delincuentes son materia de investigación. Estamos tras una organización dedicada al hurto de establecimientos y toda esta información la tienen también quienes llevan el proceso en la Fiscalía. No hubo capturas, pero hay pistas claras de estos criminales”, explicó el comandante operativo de la Policía de Bogotá.
Al momento de realizar el operativo de recuperación, ninguno de los implicados se encontraba en el parqueadero, aunque todos los vehículos seguían en el lugar y en óptimas condiciones.
Un alivio para el propietario del concesionario que, agradecido, dijo en entrevista para el Ojo de la noche que estaban “muy contentos porque pues es una bendición y agradecemos todo el apoyo, uno: de los medios de comunicación” y dos: “de la Policía y su grupo de inteligencia, porque hubo un equipo demasiado, demasiado bueno tras este proceso”.
Autoridades advierten sobre las modalidades de hurto a vehículos más comunes en la capital:
• “Quieto” (atraco): con el uso de amenazas se obliga al conductor a abandonar el vehículo; esta denominación proviene de la frase de “quédese quieto y bájese”, o similares, que son típicas en esta modalidad.
“Bajonazo” o intimidación (atraco): frecuente en vehículos de servicio público (taxis), puesto que se lleva al conductor hasta un sitio aislado o periférico y se le obliga con amenazas a bajarse del vehículo.
• Halado: se realiza cuando el carro está sin pasajeros, parqueado en bahías o en la calle; mediante distintas técnicas (algunas de las cuales se describen en el escrito) los delincuentes se llevan el automóvil.
• “Estuche o pluma” (llave maestra): el carro se abre y enciende con una pluma (llaves hechizas elaboradas con seguetas, destornilladores o de carbón).
• Entrega o de confi anza: se da por descuido de los conductores, cuando abandonan el auto dejando las puertas abiertas y el carro encendido o con las llaves puestas. Esta situación es aprovechada para abordar el vehículo y huir con él.
• “El taco”: se usa un martillo o taco para romper el encendido del carro, el cual se enciende haciendo ignición con los cables.
• Con bujía: se emplea una bujía húmeda (los delincuentes la ponen en su boca para humedecerla) y se lanza contra un vidrio para fragmentarlo.
• Autorrobo o asegurado: cuando una persona quiere deshacerse del vehículo (por lo general para cobrar un seguro) y contacta a los delincuentes para planear el hurto del carro con la complicidad del propietario. Hay un acuerdo de dinero que paga el propietario a los delincuentes, y acuerdan realizar la denuncia brindando a los delincuentes el tiempo sufi ciente para ocultar, vender o despiezar el auto.
• De control (suplantación de autoridad): en esta modalidad los delincuentes emplean distintivos o disfraces de la autoridad para engañar a víctimas fi ngiendo un retén o requisa, invitándolos a abandonar el automóvil y aprovechando para huir con él.
• Inicio: en esta modalidad se tiene un mayor trabajo previo, se ubica el vehículo que se va a hurtar y se busca la complicidad de vigilantes o encargados de la seguridad del vehículo. También se da por complicidad de lavaderos y parqueaderos donde los propietarios dejan las llaves de los carros, y los delincuentes pagan por las copias de las llaves10 para luego hurtar los vehículos.
• “Tomasiado o tomasera” (uso de sustancias psicoactivas): es la modalidad más común en las zonas de entretenimiento nocturno (bares o restaurantes). Una persona se gana la confi anza del propietario del vehículo (por lo general son mujeres atractivas) y le proporciona alguna sustancia psicoactiva (escopolamina o ativan), para incapacitarlo con el propósito de hurtar el vehículo y otras pertenencias.
• “Choque” (atraco): se usa un carro antiguo o hurtado para golpear por detrás un automóvil; cuando el conductor baja a mirar lo sucedido, otro integrante del grupo se sube al vehículo y huye.
“Lujos” (hurto autopartes): con el carro estacionado o en movimiento, se hurtan los accesorios o partes de lujo del carro, es decir, espejos, antenas, tapas de llantas, radios, entre otros.
• “Creación de empresa fachada” (estafa): creación legal de una empresa dedicada a la comercialización de vehículos, que inicia un proceso formal de compra y venta con los propietarios de automotores. Luego de pagar un pequeño monto de dinero al propietario, se tramitan los documentos para la entrega a un nuevo acreedor de buena fe. Finalmente, el vehículo es vendido por la empresa y nunca se le paga al propietario contactado el dinero convenido en la promesa de compraventa.
• “Martilleo”: se borran los seriales e identifi caciones del auto y se usa una placa o molde para “martillar” nuevas marcas en el vehículo.
• “Picar”: hace referencia al despiece o desguace de los carros hurtados.
“Darle vida al auto” (falsedad en documento y falsedad marcaria): creación de los documentos legales de un vehículo (matrícula, registro de importación, pago de impuestos, placas, entre otros), con la complicidad de funcionarios públicos encargados de estos trámites administrativos.
• “Gemeleo” (falsedad en documento y falsedad marcaria): es la adaptación física (chasis, placas, color, entre otros) de un vehículo hurtado a un vehículo que se encuentra transitando en el mercado.