Extranjera capturada por extorsión en Bogotá era prófuga de la justicia: había sido condenada a 15 años

En la mañana del lunes 24 de junio, la Policía de Bogotá informó sobre la captura en flagrancia de una persona por el delito de extorsión en la localidad de Barrios Unidos.

De acuerdo con información de las autoridades, se trataría de una ciudadana extranjera, quien fue sorprendida recibiendo la suma de cuatrocientos mil pesos a un ciudadano en el barrio Siete de Agosto.

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En el desarrollo del nuevo Modelo del Servicio de Policía orientado a las personas y los territorios, uniformados de la Estación de Policía Barrios Unidos fueron alertados a través de una llamada telefónica sobre un ciudadano que denunciaba que estaba siendo extorsionado en ese momento, razón por la que solicitó acompañamiento de la Policía del cuadrante.

Fue así como agentes llegaron en el momento exacto cuando esta persona estaba entregando el dinero y fue abordado mediante el procedimiento de registro a personas.

De esta manera, le hallaron en su poder una cadena y unos dijes de oro, la suma de 30 mil pesos en efectivo y los 400 mil pesos recibidos durante la extorsión.

Así como lo explicó el mayor Carlos Cely, comandante de la estación de Policía Barrios Unidos, “gracias al oportuno llamado de un ciudadano, se logra la captura de una persona por el delito de extorsión, pues en días anteriores había hurtado unos elementos y estaba exigiendo un dinero”.

El oficial agregó además que la persona capturada fue identificada como ciudadana extranjera y mediante verificación de antecedentes en el Sistema Penal Oral Acusatorio, tenía una orden de captura vigente por el delito de fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones, “con condena pendiente de cumplir de 15 años de prisión”, indicó el mayor Cely.

De esta manera, fue dejada a disposición de la Fiscalía General de la Nación para que responda por los hechos que se le atribuyen.

La Policía Metropolitana de Bogotá, a través del Grupo de Acción Unificada por la Libertad Personal (Gaula), anunció a finales de mayo una estrategia para combatir a las bandas criminales dedicadas a la extorsión en la ciudad.

Denominada Plan Troya, esta iniciativa busca reducir la extorsión en las localidades de Suba, Santa Fe, Puente Aranda y Kennedy, áreas con altos índices de este delito, según informaron las autoridades.

El teniente coronel Carlos Andrés Cárdenas Sierra, comandante del Gaula de la Mebog, explicó que el éxito del Plan Troya radica en el factor sorpresa. Los policías del Gaula, especializados en investigación criminal y combate urbano, intervienen en puntos críticos y sectores comerciales de la capital, ofreciendo acompañamiento, capacitaciones y sensibilización en la ruta de atención a los casos de extorsión. Estos operativos móviles buscan generar mayor confianza en la ciudadanía.

En lo que va del 2024, las autoridades han desarticulado cuatro estructuras dedicadas a la extorsión, capturado a 70 personas y realizado intervenciones en lugares estratégicos como Corabastos y San Victorino.

El teniente coronel Sierra destacó que las denuncias han permitido identificar puntos de atención prioritaria, permitiendo actuar sorpresivamente en diferentes localidades para enfrentar a los delincuentes.

En acciones coordinadas por el Distrito y las autoridades, se capturó a veinte personas presuntamente vinculadas al Tren de Aragua, una de las bandas de delincuencia común organizada (Gdco) que extorsionan a comerciantes en varias zonas del sur de Bogotá.

Las detenciones se efectuaron en las localidades de Bosa, Kennedy y Ciudad Bolívar, pero también se registraron arrestos en el centro de la capital, lo que sugiere que esta organización está extendiéndose a áreas de Santa Fe, afectando a bares, casas de lenocinio y empresas de reciclaje.

Entre los detenidos se encuentran cinco cabecillas que lideraban la estructura de extorsión, incluyendo a alias Ratón y alias Caracas, identificados como los principales líderes de la banda.

Para lograr estas capturas, los agentes e investigadores judiciales realizaron diversas actividades, como entrevistas, reconocimientos fotográficos, cotejos morfológicos, búsquedas selectivas en bases de datos, interceptaciones telefónicas y declaraciones juradas, detallando exhaustivamente el modus operandi del grupo delincuencial.