En el Gobierno de Gustavo Petro, al parecer, nunca hay tranquilidad. Esto, debido a los recurrentes casos polémicos que involucran hechos de corrupción, como el de los 40 carrotanques de La Guajira, que se compraron con sobrecostos por $20.000 millones, hecho que le costó la salida del cargo al entonces director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd) Olmedo López, así como al subdirector de la misma entidad Sneyder Pinilla.
El hecho prosiguió con la denuncia que hizo Pinilla sobre $4.000 millones que habían sido entregados al presidente del Senado, Iván Name, y al presidente de la Cámara, Andrés Calle, para que dieran trámite a la reforma pensional y a la laboral del Gobierno, para que resultaran aprobadas, hecho que está en investigación.
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Ahora, un nuevo caso grave asoma. Por medio de un comunicado anónimo, trabajadores del sector hidrocarburos dieron a conocer a Infobae Colombia un posible caso de corrupción y varias contradicciones, por lo que acusan crisis administrativa por culpa del Gobierno Petro.
Señallaron que desde la llegada del presidente Gustavo Petro el sector de hidrocarburos en Colombia cayó en una espiral de contradicciones y mala gestión administrativa: “A pesar de las promesas de cambio y transición energética, la realidad es que altos funcionarios disfrutan de salarios exorbitantes y beneficios, mientras los ingenieros petroleros sufren jornadas agotadoras y salarios reducidos”.
Indignación por desequilibrio salarial
Para estos, resulta indignante que un grupo de más de 12 administrativos, con salarios por las nubes, parezca estar más enfocado en tareas insignificantes que en contribuir al desarrollo del sector.
Asimismo, criticaron que, en contraste, los ingenieros de petróleos, que realmente sostienen la operación, se ven menospreciados y mal remunerados. Por ende, manifiesta que este desequilibrio revela un profundo desprecio por la verdadera fuerza laboral que mantiene en pie la industria.
“La situación se agrava con rumores de favoritismo dentro de la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), donde un funcionario parece intentar beneficiar a las petroleras sin criterio técnico. Con frases como ‘estoy a una llamada de Petro y del ministro’, este personaje suena como un emisario de la corrupción, desatando tensiones entre representantes del Ministerio de Minas y funcionarios del Gobierno. Este favoritismo se enfoca en proyectos peligrosos como la inyección de aire y la combustión in situ, que amenazan con causar daños ambientales irreparables”, apuntaron en una carta.
También dijeron que el discurso del Gobierno Petro es, como mínimo, hipócrita, ya que “afirman oponerse a nuevos proyectos de hidrocarburos mientras disfrutan de los altos salarios y beneficios que estos mismos proyectos generan”.
Ministerio de Minas sumido en el caos
Por eso, cuestionaron que las entidades adscritas al Ministerio de Minas y Energía están sumidas en el caos, sin un rumbo claro, y con nombramientos que solo agravan la situación. Para ese, las contradicciones y la incompetencia reinan en un sector que clama por directrices claras y apoyo normativo.
“En la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) las cosas no son diferentes. Las denuncias de malas decisiones, favoritismos descarados y maltrato a contratistas son constantes. El ministro Omar Andrés Camacho no solo ha guardado un silencio cómplice, sino que también ha permitido que su amigo personal, Rafael Fajardo Moreno, realice contrataciones por más de $10 millones mensuales sin cumplir con las obligaciones y funciones necesarias. Este comportamiento es un insulto a los principios de un gobierno que se autoproclama del cambio”, precisaron.
Nido de malas decisiones y abuso de poder
De igual manera, el sindicato lamentó que la administración de Petro permitió que la ANH se convierta en un nido de malas decisiones y abuso de poder, con denuncias de maltrato laboral y fallas técnicas que solo empeoran la situación. Según estos, “la omisión y la indiferencia de los jefes inmediatos ante estos problemas solo profundizan la crisis”.
Insistierin en que el sector de hidrocarburos en Colombia, que durante años ha sido un pilar económico y social, ahora se enfrenta a un futuro incierto y desesperado. Esto, debido a que “la falta de una hoja de ruta clara y transparente, y la continua retórica vacía del Gobierno de Gustavo Petro ponen en peligro no solo a la industria, sino también al bienestar del país”.
Por último, aseveraron que “es imperativo que se realicen cambios drásticos en la administración para garantizar un manejo justo y sostenible del sector de hidrocarburos, antes de que sea demasiado tarde”.