Copetones de Bogotá en peligro: cambio climático y urbanización pasan factura

Estudio identifica principales factores que ponen en peligro a estas aves icónicas de la región bogotana, incluyendo la urbanización creciente

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Investigación muestra cómo el aumento
Investigación muestra cómo el aumento de temperatura y la pérdida de hábitat afectan negativamente a los copetones y otras especies - crédito iStock

Los copetones, aves emblemáticas de Bogotá, están experimentando una preocupante disminución en su población. Un estudio de los ornitólogos Gary Stiles, Loreta Rosselli y Susana De La Zerda, titulado ‘Changes over 26 Years in the Avifauna of the Bogotá Region, Colombia: Has Climate Change Become Important?, (que en español traduce: Cambios durante 26 años en la avifauna de la región de Bogotá, Colombia: ¿Ha cobrado importancia el cambio climático?), revela que el número de estas aves ha caído significativamente en las últimas décadas.

El hallazgo principal del estudio es que factores como el cambio climático, la urbanización creciente y la presencia de aves migratorias están afectando negativamente a los copetones. De acuerdo con la investigación, los cambios en el clima llevaron a un aumento de la temperatura media anual en casi 2 grados, lo cual ha alterado el hábitat natural de estas aves.

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Este estudio contó con la colaboración de varias instituciones, incluyendo la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia, la asociación Bogotá de Ornitología, el grupo Sostenibilidad Ambiental de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales, y la American Bird Conservancy de Estados Unidos.

La población de copetones disminuye
La población de copetones disminuye significativamente debido a la crisis climática y la transformación urbana, según ornitólogos - crédito iStock

Además, especies de aves como el tordo parásito incrementaron la presión sobre los copetones al incubar sus huevos en los nidos de estos pájaros, causando que los polluelos de tordo, mucho más grandes, sean criados por los copetones. La expansión urbana también ha contribuido a la disminución de los copetones. La conversión de casas residenciales grandes con jardines en bloques de apartamentos sin vegetación adecuado redujo los espacios idóneos para los nidos de estos pájaros.

Asimismo, la contaminación auditiva en áreas urbanas ha afectado su distribución en la ciudad. Según Jhon Pulido, experto en ornitología, indicó que “podría haber una relación entre el lugar en el que habitan con la contaminación auditiva. Normalmente se ve que se distribuyen en localidades como Fontibón, Engativá y Teusaquillo y tienden a estar más hacia los bordes de la ciudad y zonas más tranquilas”.

El estudio, que utilizó datos obtenidos del conteo anual de aves llevado a cabo en parques, humedales y bosques alrededor de Bogotá, revela que la población de aproximadamente el 20% de las especies analizadas ha disminuido mientras que el 31% ha aumentado y el 50% se ha mantenido constante.

Otro factor relevante es la presencia de depredadores como los gatos que, aunque no tienen un impacto significativo en la disminución de la población de copetones, representan una amenaza adicional. La mirla patinaranja, otro ave migratoria procedente de Argentina, ha encontrado un hábitat en Bogotá y se alimenta de los huevos y polluelos de los copetones, contribuyendo así al decline de la especie.

Resultados indican cómo estos factores
Resultados indican cómo estos factores transforman el hábitat y la distribución de aves locales, con especial énfasis en los copetones - crédito iStock

El panorama futuro que dibuja el estudio sugiere que las condiciones seguirán cambiando para las aves en Bogotá, haciendo hincapié en la importancia de mantener registros anuales para un análisis continuo. El cambio climático también estaría alterando la biodiversidad en la capital del país. Jhon Pulido indicó que las temperaturas mínimas anuales han aumentado en los últimos 27 años; numerosas especies comenzaron a migrar de zonas más cálidas a la capital.

Un ejemplo es el sinsonte tropical, el tero y el chamón común, provenientes de áreas de menor altitud en Cundinamarca. Pulido afirmó que “el cambio climático sí ha cambiado mucho la cantidad y tipo de especies en la ciudad”, y observó un aumento de aves como la torcaza, típicas de lugares cálidos como Tolima”.

Adicionalmente, se registró que ciertas especies de colibríes están migrando hacia áreas de subpáramo y páramo en busca de condiciones más favorables. Otro caso observable es el incremento de gallinazos, o chulos, asociándose con el crecimiento de la población humana y la expansión de vertederos de basura en la ciudad. Investigadores advierten que el patrón migratorio de las aves en Bogotá podría intensificarse en el futuro, por lo que se recomienda un conteo anual que permita un análisis detallado de estos cambios.

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