A propósito del controversial cierre que efectuó la Dian al famoso piqueteadero de Doña Segunda, por inconsistencias con su sistema de facturación electrónica, salió un informe del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana sobre las desigualdades tributarias de las empresas grandes y las pequeñas.
La publicación que afirma que la tributación en el país, de acuerdo con el tamaño de empresa, es una forma de desigualdad, apunta a que mientras que los impuestos son una de las principales fuentes de ingresos del país y se destinan al desarrollo económico, una mala distribución de las cargas fiscales puede frenar el crecimiento, especialmente para los nuevos empresarios.
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Información publicada por Portafolio, y según lo que reveló el estudio, explicó que las empresas que logran ser rentables se ven obstaculizadas en su crecimiento debido a una tasa efectiva de tributación más alta en comparación con sus competidores de mayor tamaño. “La estructura tributaria podría estar contribuyendo a la concentración de empresas en los extremos de la escala de ingresos”, indicó Oliver Pardo, director del Observatorio.
En consecuencia, se genera una escasez relativa de empresas medianas, ya que las firmas más pequeñas enfrentan una carga fiscal proporcionalmente más alta, lo que dificulta su transición a un tamaño mayor.
La tasa efectiva de tributación (TET)
El informe reveló disparidades notables en la tasa efectiva de tributación (TET), un indicador clave para entender la presión fiscal sobre las empresas. Según el Ministerio de Hacienda, esta tarifa empresarial “es el porcentaje de las utilidades que se destina al pago de impuestos”. La definición del estudio se planetó con una ecuación: “La relación entre el impuesto de renta a cargo frente a la suma de los ingresos no constitutivos de renta y la renta líquida”.
Para entenderlo mejor, la revista En el Tintero, de Fasecolda, indica que “es el cociente entre los impuestos pagados por una empresa y sus utilidades antes de impuestos y beneficios tributarios”.
El estudio muestra que, en términos sencillos, la TET del impuesto de renta para las personas jurídicas puede diferir significativamente de la tarifa nominal del 35% debido a exenciones, sobretasas, deducciones e incentivos fiscales. En datos concretos, las empresas con ingresos bajos enfrentan una TET alta, alrededor del 29%, mientras que las más grandes enfrentan tasas efectivas que disminuyen gradualmente hasta el 20%.
Ahora bien, en cuanto a la TET del impuesto de renta, el análisis mostró que el 28% de las empresas más pequeñas tienen una TET muy baja, apenas del 2%, debido a que sus ingresos son insuficientes y la mayoría enfrentan pérdidas. Sin embargo, para el 22% de las empresas que les siguen en tamaño, la TET aumenta significativamente al 29%. “Para el 40% de las empresas que siguen en tamaño, la TET disminuye y cae al 26%. Para el siguiente 9% de las empresas más grandes la TET disminuye aún más, hasta el 23%. Finalmente, para el 1% que agrupa a las empresas más grandes del país, la TET es apenas del 20%”.
En ese sentido, el reto de ajustar las cargas fiscales es evidente. El Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana destacó que las empresas más grandes disponen de más recursos y estrategias para reducir su carga fiscal, lo que refleja una inequidad tributaria significativa. “Una vez una empresa es lo suficientemente rentable para no enfrentar pérdidas, se encuentra con una tasa efectiva de tributación en renta mayor que la de sus competidoras más grandes, lo que frena su expansión y desarrollo”, resaltó Pardo. De acuerdo con el informe, la problemática central radica en la inequidad tributaria que esto refleja.
Los académicos del Observatorio Fiscal concluyeron que esta inequidad no solo erosiona el recaudo y la justicia fiscal, sino que también actúa como un cuello de botella para la competencia, la innovación y el desarrollo económico.
Oliver Pardo y su equipo sugieren dos acciones complementarias para afrontar esta problemática. La primera es reforzar el pago mínimo de impuestos aumentando la tarifa mínima del 15% al 20%, siguiendo la reforma tributaria de 2022. La segunda medida es la introducción de tasas marginales crecientes con la renta líquida gravable, similar a la tributación de las personas naturales. “Con estas tasas marginales crecientes con la renta líquida gravable, se buscaría contrarrestar la menor tasa efectiva que enfrentan las empresas grandes y facilitar que las pequeñas no se vean desfavorecidas”, concluyeron.