El cabo tercero Francisco José Pardo Olivero, de 23 años, fue encontrado sin vida el martes 19 de junio en su habitación del Batallón de Apoyos y Servicios para las Comunicaciones, en Facatativá, Cundinamarca. La Fiscalía investiga su muerte, que inicialmente fue planteada como un suicidio, tras conocer que el jóven había grabado un dramático video en el que el soldado atribuía su muerte a la presión de uno de sus superiores.
También se supo de que Pardo Olivero había escrito una carta en la que denunciaba situaciones de acoso, desde meses antes de su muerte.
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Después de encontrar el cuerpo, el Ejército Nacional lamentó su deceso mediante comunicado: “El Comando del Ejército Nacional lamenta lo ocurrido y expresa un respetuoso saludo de condolencias a los familiares y amigos de nuestro suboficial fallecido, al tiempo que reafirma su compromiso con el bienestar de los hombres y mujeres que integran la Fuerza”. Inmediatamente, las autoridades pertinentes tomaron el caso.
Ahora, los padres del joven se pronunciaron. A través de un diálogo con la revista Semana, Franklin Asís Pardo Jiménez, progenitor del cabo, expresó dudas sobre el suicidio. Detalló que hallaron disparos adicionales en la habitación: “Yo ví que en la habitación había cerca de seis impactos de bala en el techo. Supuestamente, mi hijo fue encontrado con un solo tiro en la cabeza, ¿entonces por qué hay seis tiros en el techo?”, cuestionó.
La madre de Pardo reveló una inconsistencia crucial, según su punto de vista; aunque en la foto del cuerpo el fusil estaba en la mano izquierda, ella afirma que su hijo era diestro. “Hay tantas inconsistencias sobre su muerte. A pesar de que se filtró la foto donde aparece tirado en el suelo, si no hubiera salido, no nos hubiéramos dado cuenta de que tiene el fusil en la parte izquierda. Mi hijo no era zurdo, era diestro”, declaró.
Otros detalles que consideran los padres del cabo
La investigación, que ahora está en mados del cuerpo técnico de la Fiscalía, tendrá que determinar qué fue lo que realmente sucedió, si se trata de un suicidio o un posible homicidio. No obstante, los padres del uniformado insisten en la hipótesis de un aparente asesinato.
Otra irregularidad mencionada por la madre, además de los impactos de bala en el techo es que hay una ventana rota en la escena del desceso. “Cuando fuimos a buscar sus cosas, nos dimos cuenta de que en el cuarto había seis tiros de fusil en el techo. Asismismo, había una ventana rota. Hemos preguntado y el tiro que él tiene en la cabeza es de salida. A él lo mataron, no sé qué habrá pasado”, agregó la madre.
Como parte de la investigación también se está analizando la carta que el fallecido presentó ante el Comando del Ejército, mencionando acoso laboral. Las Fuerzas Militares informaron que la denuncia se remitió a las autoridades competentes, pero que el cabo tampoco habría demostrado intenciones de conciliar con el superior.
Según publicó el portal de Semana, la institución comunicó que “existe toda la evidencia y trazabilidad de la gestión y trámite de la denuncia interpuesta por el suboficial. No obstante, la Audiencia de Comité de Convivencia Laboral fue fallida por falta de ánimo conciliatorio del quejoso”.
El incidente ha sembrado dudas considerables acerca de la posibilidad de un homicidio en vez de un suicidio. Las discrepancias señaladas por la familia del cabo Pardo serán claves en la evolución de las investigaciones.
Los padres insistieron en que no hubo acciones suficientes
Los padres de Francisco José Pardo Olivero han denunciado también que las autoridades militares y el Ministerio de Defensa no tomaron las acciones necesarias para prevenir la muerte, en caso de que haya sido un suicidio, pese a las múltiples advertencias hechas por el joven de 23 años.
Franklis Asís Pardo Jiménez y su esposa señalaron que su hijo denunció haber sido acosado por su superior, el mayor Andrés López, debido a su origen caribeño. Según relatos ofrecidos por los padres a la revista Semana, estas denuncias de acoso no fueron atendidas, pese a varios intentos del joven suboficial para buscar ayuda.
En una carta fechada el 23 de marzo de 2024 y dirigida al comandante del Ejército, Pardo Olivero detallaba las presuntas situaciones de hostigamiento y discriminación, incluidas las insistentes preguntas sobre una eventual baja y comentarios discriminatorios hacia los caribeños. Incluso, el fallecido joven aseguró que el mayor López había iniciado tres investigaciones en su contra con el objetivo de desprestigiar su carrera militar, las cuales consideraba infundadas.
Estos hechos no quedaron restringidos a la unidad militar. Los padres declararon que su hijo solicitó intervención psicológica, la cual nunca se materializó. La Procuraduría General de la Nación y el comandate de la Primera División del Ejército, el brigadier general Royer Gómez Herrera, también tuvieron conocimiento de la situación, según los padres.