El programa Día a Día, de Caracol Televisión, es uno de los espacios de entretenimiento más queridos por los colombianos. A lo largo de más de tres horas diarias, de lunes a viernes, los presentadores Catalina Gómez, Carolina Cruz, Carolina Soto, Iván Lalinde, Carlos Calero y el chef Juan Diego Vanegas acompañan a la audiencia con su carisma, talento y una programación familiar.
Teniendo en cuenta la exposición que tiene actualmente el cocinero y la acogida por el público, siempre se ha mostrado muy amigable con sus seguidores. Sin embargo, recientemente, Vanegas compartió una experiencia incómoda que vivió, arrojando luces sobre el tema del acoso.
Juan Diego, en una entrevista en el canal de YouTube de María Camila Díaz, habló sobre varios aspectos de su vida, desde sus inicios en la cocina hasta su llegada a la televisión colombiana. Recordó su debut como actor en Francisco el Matemático, una experiencia que le hizo darse cuenta de que la actuación no era lo suyo, y también recordó una anécdota desagradable.
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Durante la entrevista, Vanegas compartió una inquietante anécdota que vivió mientras disfrutaba del sauna, un lugar fuera del entorno de Caracol Televisión. A pesar de ser una persona que suele recibir piropos con timidez y sin saber muy bien cómo reaccionar, este incidente le dejó una marca particular.
“Donde esto estuviera pasando de un hombre a una mujer sería gravísimo. [...] Un día me metí al sauna y saliendo del sauna, la señora que estaba trabajando como aseando las toallas y esas cosas se voltea y me dice: ‘No, por allá salió un señor empelota’ y yo le dije: ‘Uy no, pero qué desagradable’. En ese momento ella me dice: ‘Sí, desagradable porque no era usted, porque donde hubiese sido usted me le quedo viendo’. ¿Me entiendes? Entonces yo en ese momento me reí y me fui hacia mi locker, pero yo por dentro decía tú te imaginas que esto hubiera sido al revés”, relató Vanegas.
El chef destacó que este tipo de comentarios, si se dieran en sentido contrario [de un hombre hacia una mujer], serían considerados como un acto de gravedad y completamente inapropiado.
Su reflexión subraya la importancia de reconocer que el acoso y los comentarios inadecuados que no deberían ser aceptables en ninguna circunstancia, independientemente del género de la persona afectada.