En el barrio Río Negro de Barrios Unidos, los residentes viven con temor debido al constante acecho de los ladrones de carros. Esta situación fue denunciada recientemente por la concejala del Partido Centro Democrático Diana Diago, que destacó que los vecinos están siendo “azotados” por delincuentes que dinamizan el aumento delictivo en el sector.
Uno de los casos más recientes ocurrió el pasado 12 de junio, cuando Luz Marina Osorio, una mujer de 56 años, fue víctima de un robo vehicular frente a su casa. “Los delincuentes ingresaron al vehículo con una llave maestra y lo empujaron para robarlo. Este hecho quedó registrado en las cámaras de vigilancia del sector. Luz Marina afirmó que solicitó la ayuda de la Policía y denunció ante la autoridad, sin embargo, no tuvo una respuesta ante su acción”, declaró la concejal en su denuncia.
Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.
Para entender la magnitud del problema, es crucial revisar las estadísticas de la Secretaría de Seguridad. Entre enero y mayo de este año se registraron 1.663 casos de hurto a automotores en toda Bogotá. En particular, Barrios Unidos reportó 49, lo que representa un incremento del 32,4% frente al mismo periodo de 2023, cuando se registraron 37 casos.
Localidades críticas y modus operandi
En Chapinero, el incremento en el hurto de carros ha sido notable, alcanzando un 71,4% con 24 casos registrados en los primeros cinco meses del año. Otras localidades afectadas incluyen Usme, donde el delito creció un 29,4%; Puente Aranda, con 156 casos y un aumento del 27,9%; y Los Mártires, con un incremento del 24,1%.
La situación es igualmente preocupante en Teusaquillo (17%), Santa Fe (16,7%), Usaquén (5,1%) y Tunjuelito (4,5%), donde también se ha observado un incremento en el número de robos de vehículos.
La Policía Metropolitana de Bogotá identificó que el 80% de los hurtos de automotores se realizan bajo la modalidad de halado. Esta técnica consiste en aprovechar el descuido de las víctimas que dejan sus carros mal estacionados o en lugares prohibidos para sustraerlos.
Una nueva modalidad inquieta a las autoridades: la extorsión tras el robo de vehículos. Este fenómeno se suma a las ya conocidas formas de delito vehicular en Bogotá, las cuales han registrado 843 robos mediante el uso de llaves maestras, 446 con armas de fuego, 322 sin ningún tipo de arma, 23 con escopolamina y 21 con armas blancas en lo que va del año.
Las investigaciones revelan diversas tácticas empleadas por los criminales. Desde rompevidrios que se llevan los espejos y ladrones de llantas que operan desde otros vehículos, hasta aquellos que aprovechan los carros estacionados en la vía pública para sustraer componentes vitales como la computadora del automóvil.
También se han identificado talleres mecánicos fantasmas, donde se roban repuestos en buen estado y los reemplazan por otros dañados, así como estafas con servicios mecánicos ofrecidos en internet. En estos casos, las víctimas son engañadas para llevar sus vehículos a puntos específicos, donde finalmente les son arrebatados y luego desmantelados para la venta de partes en el mercado negro.
El presidente de la Asociación del Sector Automotriz y sus partes (Asopartes), Carlos Pineda, señaló: “En algunos casos es común escuchar que cuando el propietario lleva a sitios no autorizados de las marcas o con alguna trayectoria en el mercado, mecánicos inescrupulosos cambian partes originales y valiosas por otras usadas o dañadas y lastimosamente el propietario del vehículo termina pagando más caro después”.
Según la misma entidad, en lugares públicos las piezas de carros que más se roban son los espejos, plumillas y placas. Sin embargo, en otras modalidades de robo, Pineda destaca que “la tendencia apunta a módulos electrónicos y autopartes pequeñas de altísimo costo”.