El 23 de junio de 2024, el presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, recibirá en una visita diplomática a su homólogo colombiano, Gustavo Petro, en el país centroamericano.
Durante este encuentro, uno de los temas principales será la creciente migración irregular a través de la selva del Darién, una zona fronteriza natural y extremadamente peligrosa entre ambas naciones.
Si bien se tiene previsto que la reunión ocurra el 23 de junio, el presidente colombiano asistirá a la posesión de Mulino el 1 de julio en Panamá.
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Uno de los puntos más polémicos de la agenda es la propuesta de Mulino de cerrar el paso de migrantes por la selva del Darién. “La intención es limitar los cruces fronterizos por la selva para evitar tragedias humanas”, afirmó Mulino, según informó El País.
Sin embargo, esta medida ha generado controversia. Expertos y analistas internacionales consideran que esta propuesta no solo es inviable, sino que además “pone en riesgo la vida de miles de personas que atraviesan diariamente esta zona selvática”, según un análisis publicado por BBC Mundo.
“Vamos a cerrar el Darién y vamos a repatriar a todas estas personas como corresponda, respetando los derechos humanos”, dijo Mulino a mediados de abril del 2024, en plena campaña electoral.
En esa misma oportunidad agrego que: ““La frontera de EE.UU. en vez de (estar en) Texas se corrió a Panamá. Entonces tenemos que hacer un trabajo trilateral (entre EE.UU., Colombia y Panamá) y tienen que entender que Panamá no es un país de tránsito de inmigrantes”.
La región del Darién se ha consolidado como uno de los pasos migratorios más complejos y peligrosos del mundo. En los primeros meses de 2024, cerca de 120.000 personas han transitado por esta inhóspita jungla en su ruta hacia Estados Unidos, incluyendo una considerable cantidad de menores de edad.
En 2023, se registraron 34 muertes debido a las inclemencias y peligros de la selva, según datos de CNN en Español.
Cerrar esta ruta migratoria presenta desafíos significativos. La frontera entre Panamá y Colombia abarca 266 kilómetros, lo que hace que la idea de bloquear completamente el cruce por la selva sea prácticamente imposible de ejecutar. Algunos especialistas sugieren que la medida más efectiva sería “abrir puntos oficiales de cruce que faciliten procesos migratorios seguros y respeten los derechos humanos”, como mencionó un experto en derechos migratorios en The New York Times en Español.
La reunión entre Mulino y Petro será una oportunidad clave para discutir alternativas viables. Mulino ha insistido en que su plan es “proteger tanto a los migrantes como a las comunidades locales afectadas por el tránsito irregular”, de acuerdo con declaraciones recogidas por EFE.
Sin embargo, Gustavo Petro está más enfocado en abordar las causas estructurales de la migración y en encontrar soluciones integrales que beneficien a ambas naciones y a los migrantes.
Uno de los mayores desafíos al intentar regular el paso por la selva del Darién es la presencia de traficantes de personas que operan en ambos extremos de la frontera. “Los migrantes pagan grandes cantidades de dinero a estos traficantes, lo que complica aún más la situación”, destacó un informe de Reuters. Desalentar el flujo de migrantes se torna complicado debido a los desesperados intentos de estas personas por buscar mejores oportunidades.
Hasta ahora, la mayoría de los migrantes que atraviesan el Darién provienen de países en crisis como Venezuela, Haití y diversos países de África y Asia. La selva, con su difícil terreno y múltiples peligros, sigue siendo una de las pocas opciones disponibles para ellos, a pesar de los altos riesgos involucrados. Según datos de The Wall Street Journal en Español, miles de ellos enfrentan condiciones extremas, incluyendo ataques de grupos criminales y enfermedades tropicales.
Como se esperaba, la propuesta de José Raúl Mulino de cerrar el paso por el Darién ha generado un debate intenso sobre su viabilidad y los impactos humanitarios y logísticos que conlleva. “La medida parece más un gesto simbólico que una solución real”, sugirió un analista de temas migratorios en La Nación. La esperada reunión con Gustavo Petro ofrecerá un espacio para explorar enfoques más pragmáticos y efectivos en la gestión de la migración entre Panamá y Colombia.