Un supuesto esquema piramidal ha afectado a más de sesenta personas en Bogotá, Sogamoso, Medellín, España y Estados Unidos. Las víctimas fueron estafadas al invertir en la empresa Sociedad de Gestiones Crediticias S.A.S., que prometía rendimientos financieros mensuales del 3% al 4.5%.
El abogado Henry Páez, según lo dio a conocer Citytv, informó que las víctimas incluyeron personas que hipotecaron sus inmuebles, vendieron vehículos y solicitaron préstamos a prestamistas informales conocidos como ‘gota a gota’.
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La empresa engañaba a sus inversores con supuestas alianzas con entidades bancarias, como el Banco Sudameris, una estrategia diseñada para ganar credibilidad y atraer más víctimas. Incluso, se habla de que el monto robado estaría entre $411.000 a $13.000 millones de pesos.
Mientras tanto, las denuncias han sido enviadas a la Fiscalía, que ya está trabajando en la identificación de los responsables detrás de esta operación fraudulenta.
Los familiares de los propietarios de la empresa entendida como Sociedad de gestiones crediticia S.A.S, incluyendo a un policía y su hijo, y la señora Mábel Arellys Quimbayo, figuran como representantes legales de la misma. A pesar de que la empresa ofrecía inversiones rentables, muchas personas perdieron grandes cantidades de dinero y enfrentan graves problemas financieros como resultado.
La cifra de afectados podría aumentar a cien personas, ya que más víctimas continúan reportando haber sido engañadas con promesas de alta rentabilidad a cambio de sus inversiones, de las cuales se tienen registro de militares y funcionarios públicos, según la Fiscalía 63 seccional de la Unidad de Fe Pública y Orden Económico.
Nueva pirámide financiera en Boyacá: Inversiones Murcia, de dueño de DMG, promete altos retornos
Una nueva actividad relacionada con estructuras financieras de tipo piramidal ha sido detectada bajo la denominación de Inversiones Murcia en el departamento de Boyacá.
Esta entidad ha estado distribuyendo volantes en varios municipios de la región, promocionando una oportunidad de inversión que promete retornos financieros y apoya a su líder, David Murcia Guzmán, principal accionista y creador de la estafa piramidal DMG.
Los volantes incluyen dos números de teléfono a cargo de una mujer identificada como Diana González, quien proporciona información a los interesados sobre la cantidad mínima requerida para invertir y los posibles beneficios económicos. Además, se están distribuyendo videos promocionales a través de WhatsApp que muestran testimonios de individuos que supuestamente han obtenido beneficios económicos de esta inversión.
Es importante recordar que la legislación colombiana exige una intervención estatal preventiva en cualquier actividad que implique la recolección masiva de dinero sin las autorizaciones pertinentes. Estas actividades no autorizadas abarcan desde sistemas piramidales hasta la venta de servicios, y están sujetas a una regulación estricta para prevenir fraudes económicos.
A la sombra de DMG
DMG Grupo Holding S.A., fundada por David Murcia Guzmán en 2003, es un controvertido caso de esquemas piramidales en Colombia. DMG prometía a sus inversionistas rendimientos mensuales extremadamente altos a través de la adquisición de tarjetas prepago.
Los clientes depositaban dinero y recibían estas tarjetas, que supuestamente se incrementaban en valor con el tiempo debido a inversiones estratégicas y el negocio de venta de productos.
La empresa creció rápidamente, atrayendo a miles de colombianos de diversas clases sociales, quienes fueron seducidos por la posibilidad de obtener grandes beneficios económicos en poco tiempo. Sin embargo, las operaciones de DMG despertaron sospechas entre las autoridades, debido a su modelo de negocios poco claro y la falta de regulación.
En 2008, tras una intensa investigación, el gobierno colombiano declaró a DMG como un esquema piramidal ilegal. Las autoridades intervinieron, cerraron sus oficinas y arrestaron a David Murcia Guzmán. Fue acusado y condenado por lavado de dinero, enriquecimiento ilícito y captación ilegal de fondos del público.
El colapso de DMG tuvo un impacto significativo en la economía local, afectando a miles de personas que perdieron sus inversiones. Este caso subrayó la necesidad de una regulación más estricta sobre las actividades financieras en Colombia y sirvió como advertencia sobre los peligros de las inversiones en esquemas que prometen retornos irrealistas.