La tensa situación que se vive entre el Ejército Nacional y el Estado Mayor Central de las disidencias de las Farc parecen llegara nuevo nivel, después de que el comandante de las Fuerzas Militares, general Helder Giraldo, entregara detalles de la nueva estrategia que adoptarán para combatir a los grupos armados.
De hecho, los fuertes enfrentamientos de las últimas semanas, en los que los comandados por Iván Mordisco atacaron con drones a la fuerza pública, hicieron que se asignaran recursos para la adquisición de equipos contraofensivos para derribar naves no tripuladas y drones.
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“Efectivamente, nosotros nos encontramos en este momento en un proceso de adquisición de este tipo de aeronaves no tripuladas (drones) como herramienta para contener estas acciones terroristas que han llevado a cabo no solamente contra la fuerza pública, sino también contra la población civil”, dijo el general Helder Giraldo después de salir de la Cámara de Representantes.
De hecho, el general aseguró que su propósito es adaptarse a las nuevas condiciones que están planteando los grupos armados del país, especialmente en departamentos como Caquetá, Putumayo, Huila y Cauca. De hecho, en las últimas horas se reportó una explosión en una vivienda del departamento del Cauca, al parecer, producto de una ataque con dron.
“El fin es poder detectar, poder identificar, poder destruir este tipo de aeronaves que vienen llevando a cabo este tipo de acciones terroristas a través de drones armados. Hemos dispuesto también de medios, de recursos disponibles para confrontar este tipo de drones armados”, concluyó Giraldo.
Y es que según datos de inteligencia de las Fuerzas Militares, los comandados por Iván Mordisco estarían adquiriendo drones de bajo costo, que usualmente cuentan con una autonomía máxima de 15 kilómetros y capaces de soportar en el aire un peso aproximado de cuatro kilos, suficientes para añadir cargas explosivas dirigidas.
Además, otras disidencias, como la Segunda Marquetalia, también estarían usando estos dispositivos para atentar contra la población civil, que permite generar fuertes daños sin exponer a sus hombres ante posibles detonaciones accidentales.
“El dron lo ponen a volar, la persona que lo manipula está a unos cinco kilómetros de distancia del objetivo a vigilar y así graban los movimientos de los integrantes de la fuerza pública (...). Los utilizan, por ejemplo, para vigilar la vía que conduce de San Vicente del Caguán a Puerto Rico, en Caquetá. Ven cómo están ubicados los soldados, qué seguridad tienen, cuántos son y si tienen refuerzos en la zona”, Se lee en uno de los informes de inteligencia.
El empleo de drones por parte de estructuras criminales mantiene a la fuerza pública en máxima alerta. Según informes del Ejército, entre el primero de mayo y el 13 de junio, se han registrado 16 ataques con drones contra soldados en el Cauca, específicamente en los municipios de Argelia y Suárez, resultando en seis uniformados heridos.
Estos drones son equipos pequeños, accesibles en el mercado y relativamente económicos, pero con una capacidad de daño significativa. Las disidencias han adoptado esta tecnología para maximizar el impacto de sus acciones terroristas a un menor costo, lo que representa un cambio en sus estrategias de guerra.
La noticia del general Giraldo se conoció apenas unas horas después del nuevo ataque perpetrado, al parecer, por el Estado Mayor Central en el corregimiento de El Plateado, zona rural de Argelia, en Cauca. Según se conoció, en la tarde del domingo 16 de junio un artefacto explosivo impactó una vivienda, generando una fuerte conflagración.
Cuentan los afectados que el ataque fue perpetrado mediante el uso de un dron. De hecho, Jorge Ramos, propietario de la casa, relató que estaban cinco personas presentes al momento del ataque. “Cayó una bomba aquí, en todo el techo. Estábamos cinco personas, afortunadamente no nos pasó nada, pero estamos muy asustados porque están tirándole al pueblo desde una loma, desde el otro lado”, declaró Ramos en declaraciones recogidas por Semana.
En la misma propiedad también se encontraba una ferretería que quedó completamente incinerada tras estos ataques. Ramos alertó que estos eventos se han vuelto más frecuentes últimamente. “En la otra casa también cayó otra bomba. En estos días han caído dos bombas, la última cayó en la ferretería de nosotros”, añadió.
La familia afectada, a pesar de no presentar heridas físicas, sufrió daños auditivos. “Cuando cayó la bomba, quedamos sordos. Por favor, no nos tiren esas bombas que los civiles no tenemos nada que ver en el conflicto. Estamos muy nerviosos”, expresó Ramos, visiblemente afectado.