En el Concejo de Bogotá se realizó un debate de control político para abordar las causas, consecuencias y soluciones sobre la emergencia hídrica que está viviendo la ciudad, debido a los niveles actuales de los sistemas de embalses.
La primera cabildante en intervenir en la sesión en el recinto Los Comuneros fue la concejala Heidy Sánchez Barreto, de la bancada del Pacto Histórico, citante al debate, que señaló varios factores como los causantes de la situación que se vive en la capital, entre ellos, el cambio climático y la expansión rápida y desordenada de la ciudad.
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La cabildante remarcó la falta de planeación de las últimas administraciones distritales para evitar el racionamiento de agua: “Lo que nunca le dijeron a la gente, es que ellos desde enero sabían del racionamiento y que desde el 19 de diciembre de 2023 habían cambiado la operación para alimentación de agua de la ciudad”.
En su intervención, Sánchez advirtió que si la actual administración no toma las medidas correspondientes para enfrentar la emergencia, la crisis podría alargarse por mucho más tiempo: “El racionamiento va para largo, desde ya sabemos que en 2024 y 2025 no tendremos disponibilidad de agua a libre demanda”.
Por su parte, el cabildante Ángelo Schiavenato denunció en la sesión las fallas que habría tenido el Sistema de Gestión del Riesgo en la atención de los incendios forestales que causaron emergencias en varios sectores de la capital durante los primeros meses de 2024.
“En Bogotá no está funcionando el sistema de Gestión del Riesgo porque no está articulado con el Plan Distrital de Desarrollo, el Plan de Ordenamiento Territorial, y los recursos del sistema están administrados por funcionarios con serios cuestionamientos por parte de organismos de control”, denunció Schiavenato.
Y es que, para Schiavenato, la Administración distrital no tomó medidas para prevenir los incendios forestales a pesar de las advertencias.
Retomando las declaraciones de la concejala Sánchez, dio a conocer relevantes hallazgos frente a la presunta contratación indebida relacionada con la potabilización del agua por parte de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (Eaab).
Señaló que, de acuerdo con información de la Eaab y comparando la oferta y la demanda de 2023 a 2024, antes del 2013 el consumo promedio de Bogotá nunca superó los 15,5 m³/s, sin embargo, desde el 2017 se está registrando un incremento en la demanda de agua en más de 1 m³/s, llegando a cerca de 17 m³/s en lo que va de la administración de Carlos Fernando Galán.
Conforme con los datos entregados por la cabildante, a corte del 17 de junio, la capacidad de las principales plantas de potabilización oscila entre 14,45 m³/s y 19,45 m³/s. Sánchez precisó que, “según la actualización del plan de abastecimiento de la ciudad, la demanda de agua aumentará de manera constante año a año hasta el 2050, aproximadamente en 0.2 m³/s, agravándose con la creciente demanda del sector inmobiliario para la construcción de viviendas en la ciudad (entre 30 mil y 45 mil al año), lo que llevará a que Bogotá se quede sin agua”.
Sobre la actual crisis, sumó que desde 2018 (durante la administración de Enrique Peñalosa Londoño) la Eaab ya estaba generando alertas sobre la disminución histórica de la afluencia en los embalses que componen el sistema Chingaza.
En consecuencia de lo anterior, la Administración distrital ya tenía conocimiento técnico de la sistemática disminución histórica de las lluvias; no obstante, no es el único factor a considerar. Sánchez sumó que desde 2021, entre diciembre y enero de 2022, la disponibilidad del sistema contrastada con la oferta era cero, situación que se complicó en octubre, noviembre, diciembre de 2022 cuando la demanda era prominente, pero la tendencia indicaba que a partir de junio de 2023 el consumo era superior a la capacidad de recarga del embalse.
“Es falso eso que nos quieren hacer creer que esta situación es coyuntural, pues las proyecciones permiten inferir que el racionamiento seguirá durante el 2025. Lo que más preocupa es que el Plan Maestro de Abastecimiento de la Eaab, actualizado en 2021, contiene obras para las ampliaciones de los sistemas que se han destacado por hallazgos administrativos y fiscales de los entes de control debido a retrasos e incumplimientos técnicos, ratificando que la única certeza existente es la incertidumbre frente a la disponibilidad del recurso a futuro”, destacó la Sánchez.
Además, para la cabildante, “Bogotá camina sin agua, y la administración Galán parece no comprender la complejidad de la crisis”, añadiendo que desde su equipo de trabajo se presentó una denuncia basada en la revisión de los contratos de suministro de insumos químicos para las plantas de tratamiento de agua potable de la ciudad.
En dicha denuncia, se presentaron presuntas compras indebidas en torno a los insumos que se venden de manera sólida y se diluyen en agua. A eso, agregó que “la Eaab compra el producto en presentación líquida, es decir, se paga por un compuesto que tiene menos del 5% del químico y 95% de agua a precios exorbitantes comparados con otras empresas del mercado, incluso empresas que importan el producto”.
Sánchez anexó que dicho proceder está generando suspicacia, debido a que los distribuidores son los mismos durante los últimos 5 años, y tienen contratos por más de $6.000 millones. A continuación, los datos presentados por la cabildante: