Por un ladrido, el criollito Scanor, que cuida a la comunidad del barrio Bella Vista, en el municipio San Cristóbal, se salvó de ser devorado por una babilla o caimán de anteojos que llegó hasta esta pequeña comunidad de Bolívar en busca de alimento.
Así lo habrían informado los habitantes del sector a través de sus redes sociales, tras ser alertados por el can cuando era amenazado por la poderosa mordedura del caimán en la terraza de su familia adoptiva.
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Atenógenes Zapata, un local que se encuentra familiarizado con tratar a estos animales en su entorno, se puso en contacto con la Policía, pero, ante su inexperiencia, decidió ayudarlos a capturar al animal, valiéndose únicamente de una soga.
“El reptil fue llevado ante la corporación ambiental Cardique, donde verificaron su estado de salud y posteriormente la dejaron en su hábitat natural, alejada de todo contacto con seres humanos”, explicó en entrevista para Noticias Caracol el coronel Javier Lemus Pinto, comandante encargado del departamento.
Sin embargo, llama la atención que tanto Atenógenes como los policías que participaron de la captura del reptil se tomaron fotos con él, mientras yacía amordazado. Una señal contraria al llamado de las autoridades en el que recomiendan “a los ciudadanos acudir a la institución en caso de avistar estas especies, cuyo manejo debe ser adecuado para evitar accidentes o poner a la comunidad en peligro”.
Comunidad que denunció desaparición de gallinas en masa se llevó una tremenda sorpresa al encontrar al “ladrón”
Los habitantes del municipio de Cicuco en el departamento de Bolívar quedaron asombrados al descubrir al responsable de los constantes robos de gallinas que los afectaban. Tras varias noches de vigilancia conjunta entre la comunidad y la Policía Nacional, finalmente lograron capturar al ladrón. Sin embargo, el culpable no era un humano, sino una babilla de más de dos metros y medio de largo.
De acuerdo con el coronel Alejandro Reyes, comandante de la Policía de Bolívar, en declaraciones a Noticias Caracol, el reptil había abandonado su hábitat natural cerca del río Magdalena y llegó hasta las viviendas del municipio en busca de alimento: “Se había salido de su hábitat a orillas del río Magdalena y llegó hasta las casas de los campesinos en el municipio de Cicuco, Bolívar. El reptil, que tenía a algunos habitantes haciendo turno de guardia, había logrado comerse varios animales de corral”.
La comunidad detectó la desaparición de quince gallinas y cuatro pollos, lo que encendió las alarmas y los llevó a organizar rondas de vigilancia. La situación se volvió crítica, impulsando a los habitantes a encontrar la solución lo antes posible. Sin embargo, la sorpresa fue grande cuando descubrieron que el “ladrón” era un animal, y no un ser humano, como inicialmente se sospechaba.
Luis Quintero, un experto en temas ambientales, sugirió precaución al manejar este tipo de situaciones. “Ellos se convierten en una amenaza para el ser humano, ya que son demasiado celosos. Se debe ser muy cuidadoso y respetuoso con eso, ya que no se les puede acercar. La mejor medida es alejarse, dejarlos quietos y que ellos busquen el hábitat normal”, aseguró Quintero. La comunidad decidió respetar la vida del reptil, entendiendo que estaba desorientado.
El animal fue trasladado a un centro de atención animal donde será sometido a una revisión veterinaria antes de ser liberado nuevamente en su hábitat natural. El manejo adecuado de la situación por parte de los residentes de Cicuco y la intervención oportuna de las autoridades permitió resolver un problema que no solo afectaba su sustento, sino también su seguridad.
El esfuerzo y trabajo en equipo entre comunidad y autoridades locales para enfrentar desafíos y encontrar soluciones que beneficien tanto a los seres humanos como a los animales. Además, destaca la necesidad de preservar los hábitats naturales y evitar la invasión de espacios que pueden llevar a situaciones de conflicto y peligro.