Debido al poder que obtuvo como cabecilla del cartel de Medellín, entre los años 80 y 90 Pablo Escobar fue señalado como enemigo número uno de la lucha antidrogas de Estados Unidos, lo que hizo que las autoridades en este país implementaran múltiples estrategias que tenían como objetivo capturar al capo.
Como si se tratara de una película de Hollywood, el agente de la DEA, Robert Mazur, aceptó en 1989 la misión de infiltrarse en el cartel de Medellín, siendo las finanzas de la estructura criminal el principal objetivo del norteamericano.
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El plan consistía en presentarse ante los narcos como Robert Mussela, un hombre real que había fallecido años atrás, del cual se conoció que tenía intervención en negocios ilícitos, en simultáneo con su participación como empresario en otros proyectos.
La estrategia con la que llamaron la atención de los narcos consistía en presentar al público que Mussela era un hombre que no gustaba de tener encuentros con sus socios, de la misma forma, que tenía un representante que se encargaba de ultimar los detalles de sus negocios.
Con esto en marcha, el emisario de Mussela (nueva identidad del agente) indicó a múltiples personas que su jefe podía manejar cuentas en el exterior con sumas ilimitadas de dinero, lo que, en el objetivo de blanquear sus activos, era algo atractivo para los capos.
Durante los primeros meses, los contactos fueron con criminales de menor rango, mientras que en la agencia tenían a Gerardo Moncada, socio principal del cartel, como el objetivo principal antes de llegar a Escobar.
Una reunión en París, en la que estuvo uno de los abogados del cartel y más adelante Moncada, fue el primer triunfo que tuvo el agente de la DEA, al que le prometió que había posibilidades de crear un fondo de ahorro de hasta $100 millones de dólares.
Mazur estuvo a punto de ser descubierto
Las propuestas del agente hicieron que tuviera varias reuniones con miembros del cartel, pero la presencia de agentes encubiertos hizo que los colombianos sospecharan que algo no estaba bien; sumado a esto, los capos evidenciaron que había presencia de personas que vigilaban los alrededores de las zonas en las que se encontraban con el empresario, por lo que Mussela pidió a Moncada tener un encuentro personal en el que estaría sin nadie de sus protectores.
En diálogo con la BBC, el agente reveló que en ese encuentro tuvo que mostrarle los registros de las transacciones a Moncada, lo que hizo que por poco fuera descubierta una grabadora que permanecía en su maletín.
Ese mismo elemento lo acompañó durante reuniones con miembros del Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI) que manejo el dinero de los narcos durante varios años, y ante el peligro de que fueran descubiertos por los colombianos, el enfoque de la misión cambió.
Esto hizo que Kathy Ertz (novia ficticia de Mussela) invitará a los representantes de la entidad bancaría y algunos capos a un supuesto matrimonio que se llevaría a cabo en Tampa Bay, Florida.
Un día antes de la ceremonia, durante una despedida de soltero en la que reunió a varios miembros importantes del BCCI, varias limusinas llevaron a los participantes de la fiesta hasta donde una unidad especial terminó arrestándolos, siendo Mussela presentado como el cabecilla de la estructura criminal.
Para la ciudadanía y los medios de comunicación, se trató de un operativo en el que más de 50 personas fueron arrestadas, sumado a esto, con esta infiltración se produjo la caía del BCCI que tenía su sede principal en Luxemburgo. La historia de Manzur fue recreada en 2016 en una película que protagonizo Bryan Cranston.