El Ejército Nacional y el Gaula Militar anunciaron la captura de alias Marlon, uno de los presuntos jefes de sicarios de la Segunda Marquetalia disidencia de las Farc bajo el liderazgo de Iván Márquez. Este individuo, de 23 años, acumuló un amplio historial delictivo durante su tiempo en el grupo criminal.
Alias Marlon fue detenido en Granada, Meta, después de un minucioso seguimiento efectuado por las autoridades. Según el Ejército, “las operaciones de desmantelamiento de bandas criminales causantes de los delitos que menoscaban la libertad personal de los colombianos” son la principal función del Gaula militar, cuyos agentes llevaron a cabo esta captura.
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De acuerdo con la información proporcionada por las fuerzas de seguridad, el sicario está implicado en varios homicidios selectivos, entre ellos el asesinato de Ayendi Piña Hinojosa: un destacado deportista de Vichada y hermano del alcalde de Puerto Carreño. Este crimen ocurrió en 2023 y, tras perpetrarlo, alias Marlon intentó esconderse en Meta, donde finalmente fue arrestado.
La captura de alias Marlon responde a una orden judicial que lo señalaba por múltiples delitos, incluyendo homicidio agravado y el porte, fabricación y tráfico de armas de fuego. Las autoridades revelaron que el seguimiento a este individuo incluyó el monitoreo de sus visitas a familiares y amigos, lo que permitió localizarlo y detenerlo.
La Segunda Marquetalia se reforzó con armamento ruso
Sobre esta organización ilegal, Noticias Caracol dio a conocer que la Segunda Marquetalia adquirió material bélico avanzado como cohetes y drones provenientes de Rusia. Esta adquisición forma parte de una aparente estrategia para contrarrestar las operaciones aéreas de las Fuerzas Militares colombianas.
De acuerdo con información de inteligencia militar, los insurgentes consiguieron recientemente este arsenal para utilizarlo en el conflicto armado interno.
Las imágenes captadas muestran a los subversivos entrenándose con este nuevo equipamiento, el cual habría sido suministrado por traficantes de armas internacionales. En el mismo informe, se señaló que Iván Márquez habría sido el encargado de negociar estos recursos bélicos, que serían de última generación y producidos por la industria militar rusa.
Además, las grabaciones revelan la preocupante instrumentalización de menores de edad en los entrenamientos, cuando se les enseña a manejar armas no convencionales conocidas como tatucos. Estos dispositivos, de largo alcance y fabricación artesanal, han sido históricamente utilizados por grupos guerrilleros en Colombia para acciones insurgentes.
Esta información surge en un contexto delicado para el país, ya que la Segunda Marquetalia inició diálogos con el Gobierno encabezado por el presidente Gustavo Petro. Estos diálogos buscan establecer un proceso de paz con este grupo subversivo, que se apartó del acuerdo de paz firmado en 2016 con la extinta guerrilla de las Farc.
Esta situación podría tener serias repercusiones en el proceso de paz en curso. En primer lugar, según expertos, genera desconfianza sobre la verdadera intención del grupo insurgente en las negociaciones con el Ejecutivo. La escalada armamentística sugiere una posible preparación para intensificar el conflicto, lo que dificulta la construcción de un ambiente de diálogo y cooperación.
Además, el uso de menores de edad en entrenamientos militares con estos nuevos equipos agravó la situación, ya que es una grave violación de los derechos humanos y puede provocar un rechazo tanto nacional como internacional hacia cualquier acuerdo que se quiera sacar adelante.
Estos desarrollos también pueden endurecer las posturas del Gobierno y de las Fuerzas Militares, al incrementar la posibilidad de una respuesta militar más contundente en lugar de favorecer la negociación. La comunidad internacional, que a menudo juega un papel crucial en apoyar y monitorear procesos de paz, podría también reconsiderar su apoyo y mediación al cuestionar las acciones de la Segunda Marquetalia.