En medio de las labores de rutina que realizan los agentes y caninos de la Policía Nacional en el aeropuerto El Dorado de Bogotá, un grupo de uniformados halló en una encomienda que al revisar con detenimiento y someter a una prueba, terminaron decomisando cerca de cuatro kilogramos de cocaína.
De acuerdo con lo que informaron las autoridades, la mercancía iba camuflada de manera sofisticada en una obra de arte, pero gracias a uno de los agentes caninos se identificó uno de los paquetes que reposaba en una de las bodegas de envíos nacionales e internacionales, evitando que la mercancía lograra ser enviada hacia Europa.
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El mayor Eider García, subcomandante de la estación de Policía Aeropuerto, aseguró que gracias a la alerta que se emitió por parte del canino fue que se sometió a una revisión exhaustiva la caja, que al momento de abrirla solo contenía el cuadro, pero tras revisar el costado posterior vieron que algo no cuadraba,
“Se encuentra una pintura en madera impregnada con una sustancia pulverulenta y la cual al realizarle prueba preliminar de narco test arroja resultado positivo para cocaína”, explicó el mayor García.
Según los datos que se verificaron en la base de datos de la terminal aérea, la ciudad de procedencia del paquete es Cali, Valle del Cauca, y su destino final era la ciudad de Gravesend, en Inglaterra.
Por último, el oficial destacó que con este resultado que se dio dentro de la Operación Bogotá se lograron sacar de circulación un total de 4.100 dosis del estupefaciente.
Hasta en cocos se las ingenian para sacar la droga
Junto al caso que se reportó en El Dorado, las autoridades colombianas descubrieron una nueva técnica utilizada por los narcotraficantes para enviar cocaína de alta pureza hacia Europa.
Según informó la Policía Nacional de Colombia la mañana del martes 11 de junio, los traficantes utilizan los orificios de los cocos para ocultar la droga. Este método consiste en extraer el líquido de los cocos, combinarlo con cocaína y luego volver a introducir la mezcla en la fruta.
El hallazgo se realizó durante una inspección en el puerto de Cartagena, donde los inspectores de la compañía Antinarcóticos de Control Portuario identificaron 176 kilos de cocaína escondidos en un cargamento de 18 toneladas de cocos dirigidos a Algeciras, España. Adicional a esto, las autoridades detallaron que los delincuentes cerraban los orificios de los cocos con pequeñas astillas de madera y pegamento para ocultar la manipulación.
Ante este descubrimiento, el general William René Salamanca, director de la Policía Nacional, contó que esta sofisticada técnica fue detectada gracias a la colaboración con autoridades francesas y al uso de tecnología avanzada, como análisis de imágenes y la ayuda de caninos entrenados. La droga, de haber llegado a Europa, tendría un valor de mercado estimado en más de 7 millones de euros (más de $30.000 millones), según la estimación hecha por las autoridades.
Esta operación es parte de una estrategia más amplia para combatir el narcotráfico y las nuevas rutas que emplean los criminales para evadir los controles policiales, y en conjunto con organismos internacionales, las instituciones colombianas están investigando las rutas y logística empleadas por los ‘narcos’. Esto incluye colaboraciones con Estados Unidos, Europa y la República Dominicana.
El general Salamanca mencionó que la investigación en curso tiene como objetivo identificar a todos los involucrados en esta operación y cerrar la nueva ruta descubierta.
Por último ,el contenedor con la droga procedía de la República Dominicana y tenía un sello de revisión de ese país, lo que inicialmente dificultó su identificación como sospechoso, y así fue que el cargamento llegó a Colombia en estado de tránsito y la estrategia de los narcotraficantes era evitar revisiones exhaustivas gracias a esa condición de “transporte”, pero de nada les sirvió el plan, que fue detectado por los agentes.