La calificadora de riesgo Moody’s alertó el 12 de junio que el perfil crediticio de Colombia podría deteriorarse debido al actual contexto macroeconómico del país, en el que se incluye un alto precio del dólar (superó los $4.000), alta inflación (7,16% interanual a mayo), elevadas tasas de interés (11,75% la del Banco de la República) y crecimiento económico rezagado.
Actualmente, Moody’s evalúa a Colombia en la categoría Baa2, con perspectiva estable (moderado riesgo de crédito).
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El vicepresidente senior y analista principal de Moody’s para Colombia, Renzo Merino, señaló durante un panel en un evento en Bogotá que la situación económica está acercando a Colombia a “un escenario a la baja que nos podría llevar a un cambio en la perspectiva estable que tenemos actualmente”.
Merino también aseguró que esperarán los datos del Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP), que debe presentarse antes del 15 de junio, para evaluar con precisión las métricas de deuda del Gobierno.
Deterioro o estabilización de la deuda
Según él, se espera que la deuda del Gobierno muestre un leve deterioro este año. Sin embargo, la verdadera magnitud de este deterioro se conocerá con la publicación del Marco Fiscal de Mediano Plazo, que permitirá determinar si el revés será puntual o si los niveles de deuda seguirán erosionándose en los próximos años.
El experto, según Reuters, resaltó: “Lo que queremos analizar es si esa tendencia de deterioro se va a revertir o se va a estabilizar después del 2024 o si podríamos ver mayores deterioros en los próximos años. Ahí está el enfoque de nuestro análisis”.
Moody’s anticipa que los niveles de deuda del país aumentarán, tanto en carga como en intereses, en 2024 y en los años siguientes, lo que conllevaría un déficit más alto. La previsión actual del déficit para este año es del 5,3%, pero esta meta podría ajustarse en función de los nuevos datos. Respecto a las estrategias del gobierno colombiano para mejorar las cuentas fiscales, destacó medidas como el recorte presupuestario de $20 billones y una reforma tributaria diseñada para reducir la carga impositiva a las empresas.
Recursos por asignar
Merino resaltó que, aunque el tipo de recorte es importante, también es crucial mejorar la eficiencia en la ejecución del gasto público ya asignado. “Actualmente, hay recursos que ya han sido asignados y que no se han ejecutado”, explicó. Con relación a la reforma tributaria, se espera que esta no sea tan amplia como las implementadas en los años 2021 y 2022.
“Podríamos esperar que haya ciertas medidas por el lado de los ingresos para incentivar la reactivación de la economía”, indicó Merino.
Cumplimiento de la regla fiscal
De igual manera, destacó la importancia de la política de contrapesos en los debates de política pública y el compromiso de diversas instituciones con el cumplimiento de la regla fiscal, norma establecida por la Ley 1473 del 2011, que tiene como objetivo controlar y limitar el déficit fiscal y la deuda pública, asegurando que no se supere el límite de deuda, que es igual a 71% del PIB, con un ancla de deuda recomendada de 55% del PIB. Esto, teniendo en cuenta que el Gobierno Petro busca flexibilizarla para endeudarse más.
No obstante, advirtió que si se prioriza de manera errónea una transformación en la regla fiscal, esto podría tener un impacto negativo en el perfil crediticio del país.
Por eso, según la agencia, puntualizó que “si viésemos que hay una nueva postura de la política, donde no se va a cumplir con la regla fiscal, con los parámetros de la regla fiscal, y que conllevaría este deterioro fiscal, eso también sería un factor importante de presión negativa para el perfil crediticio”.