Orlando Molano, director del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), inspeccionó el avance de la construcción del puente en la calle Cien con la avenida Suba, una estructura clave del grupo ocho de la troncal de la avenida 68, la cual facilitará la conexión entre el sur y el norte sobre la avenida Suba.
Durante el anuncio hecho por Molano, director del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), sobre la apertura adelantada del puente en la intersección de la calle Cien con la avenida Suba, inicialmente previsto para concluir entre mayo y junio de 2025 y que ahora estará operativo en diciembre de este año, surgieron varias inquietudes de ciudadanos que afirman que una sección de la estructura del puente presenta una curvatura anormal.
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El funcionario de la administración distrital explicó la situación y aseguró que la construcción no tenía ningún problema estructural.
“Hace poco el alcalde Carlos Fernando Galán me envió un video y me preguntó que si este puente de la calle Cien con avenida Suba estaba quedando torcido. Por eso vinimos al puente a revisar y quiero contarles que no tiene ningún problema estructural, tiene algunos desniveles, pero porque le hace falta la capa de rodadura (capa final de asfalto, la más fina) que tiene entre 5 y 7 centímetros. Cuando se aplique esta capa de rodadura y se tensione el puente con los cables postensados, este va a nivelarse más”, explicó el director del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU).
Y es que, acuerdo con las denuncias de varios ciudadanos en X, la sección final del lado derecho del puente del grupo 8 de la troncal de Transmilenio en la avenida 68, destinado a conectarse con el lado izquierdo, muestra una deformación en la placa de concreto que califican como “inusual” para este tipo de construcciones.
Sin embargo, según la información dicha por Orlando Molano, se prevé que la desviación en la forma del puente en el segmento próximo a ser conectado se corregirá mediante el tensionamiento de las dovelas (estructura que une los dos tramos del puente), la construcción e instalación de los New Jersey (barandas laterales de concreto) y la conformación de la capa de rodadura, tal como señaló el IDU.
De hecho respecto a esto último Molano explicó que: “Si uno ve el puente desde abajo, efectivamente se ve que está desnivelado, pero es por la forma con la que se está construyendo este puente. Y es que cada 4 x 7 metros se funde un módulo, el cual pesa lo de dos volquetas, casi 60 toneladas, por lo cual que se desnivele 3 o 5 centímetros en normal dentro del proceso de construcción y no afecta ni el cálculo ni el diseño estructural. Tampoco va a afectar la seguridad de los vehículos”.
Por su parte, la interventoría comentó lo siguiente: “las desviaciones del puente presentadas dentro del seguimiento para cada dovela se encuentran dentro de las tolerancias definidas en los diseños”. Es debido a lo anterior que no se considera que el proyecto presente problemas estructurales.
La interventoría de igual manera señaló: “El área de topografía de la interventoría ha realizado acompañamiento diario a las topógrafos designados por el contratista, con equipos propios se levanta y revisa la información estructural antes, durante y después de cada vaciado de concreto a través de las dovelas”.
En cuanto al proyecto de infraestructura vial, el puente contará con dos carriles exclusivos para TransMilenio, con una longitud de 350 metros y un gálibo (altura entre la superficie de rodadura de la calzada y el borde inferior de la superestructura del puente) de 5.25 metros, asegurando una movilidad fluida y eficiente para los usuarios del sistema. La entrega está proyectada para mayo o junio de 2025, no obstante, gracias a la gestión realizada por todo el equipo del IDU junto con el contratista y los interventores, se espera que sea entregado a finales del presente año.