Gustavo Petro se “rajó” en encuesta que midió aprobación de la gestión de los presidentes de Latinoamérica: ojo al dato

El presidente de la República salió mal librado en la medición que lidera el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, con un sorprendente 92 por ciento de popularidad

Según CID Gallup, el presidente Gustavo Petro es el quinto con peor medición - crédito Datexco

Se conoció el lunes 10 de junio de 2024 la más reciente encuesta de CID Gallup, que midió el nivel de aprobación de los mandatarios latinoamericanos en mayo. Y los resultados no sacaron bien librado al presidente colombiano Gustavo Petro, que está más cerca de la cola de la medición que de la cabeza, que lidera el recién reelegido presidente de El Salvador, Nayib Bukele, con un impactante 92%.

Mientras el mandatario del país centroamericano le lleva 26 puntos porcentuales de ventaja con respecto al segundo en el sondeo, Luis Abinader, de República Dominicana, que obtuvo el 66%, el jefe de Estado cafetero se hundió en la medición. Solo un 44 por ciento de los consultados aprobó la gestión del gobernante progresista; es decir, más de la mitad de desaprobación de su administración.

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Petro, de acuerdo con la medición, supera al mandatario argentino, Javier Milei, que solo obtuvo un 36%; a los tres que cerraron el escalafón de 12 mandatarios que fueron consultados: Daniel Ortega, dictador nicaragüense (32%); Luis Arce, de Bolivia (18%); el recién posesionado mandatario de Panamá, Laurentino Cortizo (12%), y Dina Boluarte, del Perú (6%). Un balance negativo para Petro.

Esta es la encuesta hecha por CID Gallup que midió la aprobación de la gestión de los presidentes - crédito @cidgallup/X

En la encuesta también fueron incluidos los mandatarios de Costa Rica, Rodrigo Chaves; Bernardo Arévalo, de Guatemala; Xiomara Castro, de Honduras; y Daniel Noboa, de Ecuador, que registraron mejores números que el presidente colombiano. De hecho, Noboa, con un 48%, se ubica en el meridiano del sondeo, aunque ya por debajo de la mitad de aprobación de sus conciudadanos, en la víspera de elecciones.

En contraste con las mediciones locales, como las efectuadas por firmas encuestadoras como Datexco e Invamer, el nivel de aprobación del primer mandatario oscila entre los 32 y 34%, frente a niveles de rechazo a su gestión superiores al 60%. Teniendo en cuenta este parangón, el balance para Petro es menos perjudicial; aunque en el espectro internacional no aparece bien ubicado con sus colegas.

Aunque, si se utilizan los resultados de encuestas hechas por el Centro Nacional de Consultoría (CNC), es la que más se acerca a este registro, pues ha oscilado entre los 48% y el 55%. Aunque estos sondeos han sido financiados por el Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), para conocer la percepción de los colombianos en lo que respecta al Gobierno del Cambio.

El presidente Gustavo Petro se ubica séptimo entre los 12 mandatarios que fueron medidos en esta encuesta - crédito Mauricio Dueñas Castañeda/EFE

Por su parte, esta medición ratificó el impacto de la política de seguridad de Bukele, que se mantiene en sus máximos, por encima del 90%, convirtiéndose en un fenómeno mediático de la región, pese a que en su contra aumentan las denuncias por la violación de derechos humanos, ante la estrategia en materia carcelaria que desconoce el DIH y viola las garantías de los privados de la libertad.

Por el momento no se conoce una reacción por parte del jefe de Estado que, por lo general, cuando las mediciones muestran un índice favorable, saca pecho a través de sus redes sociales. A diferencia de los sectores de oposición, que sí hicieron eco de la medición y reseñaron la ubicación de Petro entre los líderes políticos que fueron incluidos en la encuesta en mención.

Ficha técnica de la encuesta

Según CID Gallup, se utilizó la metodología de llamadas a teléfonos celulares o entrevistas cara a cara, en un esquema que cambió entre países, de acuerdo con las posibilidades. En cada territorio se consultaron al menos 1.200 personas, con un margen de error de 2,8 por ciento, y un nivel de confianza del 95%; lo que permite inferir la seriedad de la medición que se ha vuelto punto de referencia de análisis políticos.