La jornada estuvo bastante tranquila, teniendo en cuenta que los sismos que se presentaron fueron demasiado leves y el de mayor magnitud fue de 3,0.
La jornada del domingo registró sismos leves, los cuales fueron reportados por las autoridades del Servicio Geológico Colombiano a través de sus cuentas oficiales, aunque ninguno de ellos fue de gran magnitud lo que representó tranquilidad para los colombianos.
Un nuevo temblor sacudió al país antes de caer la noche del domingo, en Los Santos, Santander. De acuerdo con el reporte oficial del Servicio Geológico Colombiano, el evento contó con una magnitud de 3,6.
Según el Servicio Geológico Colombiano (SGC), en Colombia se registran alrededor de 2.500 sismos por mes. Esto equivale aproximadamente a 80 terremotos al día, aunque la mayoría de ellos no son perceptibles para la población, teniendo en cuenta su magnitud y profundidad.
En el plano internacional se han reportado delicadas emergencias relacionadas con sismos en los últimos meses; si bien la tierra nunca deja de moverse, algunas de estas actividades son mucho más perceptibles para la ciudadanía. En Colombia este fenómeno genera una amplia preocupación por los antecedentes, lo que insta a los expertos a mantener en constante alerta y aclarar cualquier tipo de información sobre el mismo.
Pasadas las 4 de la tarde del domingo se registró un nuevo sismo en el municipio de Los Santos, el cual tuvo una magnitud de 3,5 y se sintió en zonas cercanas como Jordán (Santander) a 11 km, Villanueva (Santander) a 15 km.
Tener un botiquín de primeros auxilios bien equipado es esencial en caso de sismos y estos son los elementos indispensables que debe contener:
De acuerdo con la Unidad Nacional para la Gestión del Riego de Desastres (Ungrd) un sismo es la liberación súbita de grandes cantidades de energía, que se representan a través de ondas que se desplazan por el interior de la tierra y que al llegar a la superficie puede ser percibida por las personas, animales y hasta estructuras.
La Escala de Richter, creada en 1935 por los sismólogos Charles Francis Richter y Beno Gutenberg del Instituto de Tecnología de California, es utilizada para cuantificar la energía liberada por un terremoto. Esta escala asigna un valor numérico a cada sismo, incrementando logarítmicamente, es decir, de manera exponencial y no lineal.
El objetivo inicial de la Escala de Richter era medir la potencia de los terremotos según la energía liberada durante un evento sísmico. La magnitud se calcula mediante una fórmula específica que considera varios factores y registra la energía en una escala logarítmica. Por lo tanto, un terremoto de magnitud 4 es 100 veces más fuerte que uno de magnitud 2.
La Escala de Richter clasifica los terremotos en categorías según su magnitud, evaluando su intensidad y los posibles daños. Los temblores por debajo de 3.9 son generalmente imperceptibles. Aquellos entre 4 y 4.9 se sienten comúnmente pero raramente causan daños. Los sismos entre 5 y 5.9 pueden provocar daños menores, especialmente en construcciones antiguas.
Los terremotos de magnitud 6.0 a 6.9 pueden generar daños graves en áreas habitadas en un radio de hasta 160 kilómetros. Los de magnitud 7.0 a 7.9 suelen causar destrucción significativa. Los terremotos mayores, entre 8.0 y 8.9, pueden arrasar vastas áreas de varios cientos de kilómetros, mientras que los de magnitud 9 a 9.9 tienen efectos devastadores en miles de kilómetros y son extremadamente raros, ocurriendo solo una o dos veces cada 20 años.
Hasta la fecha, no se ha registrado un terremoto de magnitud 10 o superior, cuyos efectos serían extremadamente destructivos.
El Terremoto de Popayán (1983): Este evento devastador causó más de 300 muertes, numerosos heridos y significativas destrucciones en edificaciones, marcando un hito en la historia de la ciudad.
El Terremoto del Eje Cafetero (1999): Con epicentro en Armenia y una magnitud de 6,2 en la escala de Richter, este sismo resultó en más de 1.000 víctimas mortales, dejó a decenas de miles sin hogar y causó daños materiales significativos.
El Terremoto de Tumaco (1979): De magnitud 8,1, este terremoto fue seguido por un tsunami que impactó la costa de Nariño, resultando en alrededor de 500 muertes y severos daños en la infraestructura.
El Terremoto de Los Santos (1995): Aunque no hubo víctimas mortales, el sismo de magnitud 6,8 causó importantes daños materiales en varias localidades del departamento de Santander.
El Terremoto de Cúcuta (1875): Registrando una magnitud estimada de 7,3, este terremoto destruyó gran parte de Cúcuta y afectó gravemente a las regiones vecinas, con un saldo de varios miles de víctimas mortales.